Macaco, primer paramilitar colombiano que responder¨¢ ante la justicia de EE UU
El ex cabecilla 'para' ha sido extraditado por varios delitos de narcotr¨¢fico
El ex jefe paramilitar colombiano Carlos Mario Jim¨¦nez, Macaco, ser¨¢ el primer miembro de esta tenebrosa organizaci¨®n juzgado en Estados Unidos. En la media noche del martes, un avi¨®n de la DEA (la agencia antidroga de EE UU) lo traslad¨® a Washington, donde debe responder ante un tribunal por varios delitos de narcotr¨¢fico.
La extradici¨®n de este hombre —acusado de haber cometido m¨¢s de 10.000 cr¨ªmenes— se produce tras un largo debate jur¨ªdico que enfrent¨® al Gobierno de Bogot¨¢ con las v¨ªctimas de las sanguinarias Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Los abogados de Macaco hab¨ªan logrado hasta ahora mediante recursos frenar su env¨ªo a Estados Unidos, bajo el argumento de garantizar la verdad y la reparaci¨®n a las viudas, hu¨¦rfanos y desterrados que provoc¨® el acusado.
El Gobierno respond¨ªa insistentemente que permitir que estos delincuentes se amparen en el dolor de las v¨ªctimas para evitar la extradici¨®n supone estimularles en su capacidad de hacer da?o en Colombia. Hasta que el martes un alto tribunal de Bogot¨¢ dio la raz¨®n al Gobierno y en segunda instancia desestim¨® la tutela que imped¨ªa su env¨ªo a la justicia estadounidense. Seg¨²n el fallo, su extradici¨®n no significa un "perjuicio irremediable" para las v¨ªctimas ni exime al Gobierno ni al ex paramilitar de sus obligaciones de reparaci¨®n.
El embajador de EE UU, William Brownfield, dijo m¨¢s o menos lo mismo: las v¨ªctimas no perder¨¢n sus derechos y no habr¨¢ impunidad. Brownfield hab¨ªa dicho recientemente que la no extradici¨®n de paramilitares —a¨²n hay varias solicitudes pendientes— pon¨ªa en peligro la ayuda militar de su pa¨ªs a Colombia, la segunda en el mundo, para la lucha antidroga y anti terrorista.
Macaco empez¨® su vida en la mafia paramilitar escud¨¢ndose en el oficio de ganadero; en la d¨¦cada de los noventa se convirti¨® en jefe del Bloque Central Bol¨ªvar, uno de los m¨¢s poderosos de la organizaci¨®n, que impuso su poder pol¨ªtico, militar y econ¨®mico a golpe de terror en m¨¢s de medio pa¨ªs. Macaco se desmoviliz¨® con 5.000 de sus hombres en 2005, pero sigui¨® delinquiendo desde prisi¨®n, porque nunca dej¨® de mover los hilos del millonario negocio de las drogas.
Por eso, las v¨ªctimas creen que en Estados Unidos el juicio se limitar¨¢ a pedirle cuentas por el delito de narcotr¨¢fico y dejar¨¢ de lado los cr¨ªmenes de lesa humanidad. Amparo Cano se quejaba ayer desde Medell¨ªn, la segunda ciudad del pa¨ªs, de que se desvanec¨ªa "la ¨²ltima luz de esperanza que ten¨ªa hasta hoy". Macaco le hab¨ªa prometido que, en su pr¨®xima versi¨®n ante los jueces de Justicia y Paz —el marco legal de la desmovilizaci¨®n de m¨¢s de 30.000 paras—, contar¨ªa d¨®nde hab¨ªa enterrado a su esposo y a su hijo, desaparecidos desde 2002. A su lado, otra mujer joven confesaba a los periodistas su tristeza y su rabia: "Pasaron por encima de nosotras, las v¨ªctimas", dijo. Cree que nunca sabr¨¢ el paradero de su padre y su hermano, tambi¨¦n desaparecidos.
Abogados de las v¨ªctimas ya han anunciado que llevar¨¢n su queja hasta la Corte Constitucional. Se aferran a lo que dijo la Corte Suprema de Justicia a mediados de abril: de acuerdo a la Ley de Justicia y Paz, los paramilitares no pueden ser extraditados mientras no cumplan con las v¨ªctimas. Entretanto, muchos de los que dicen conocer de cerca a estos hombres, que cometieron todo tipo de atrocidades, afirman que su ¨²nico temor es la extradici¨®n. Y aseguran, adem¨¢s, que Macaco hizo todo lo que tuvo a su alcance para impedir su salida del pa¨ªs.
Pero al ex cabecilla paramilitar se le ve¨ªa tranquilo cuando subi¨®, en medio del fr¨ªo amanecer, al avi¨®n de la DEA. Su ¨²ltimo deseo fue disponer de un m¨®vil para despedirse de su madre. Quiz¨¢ porque, como muchos piensan, hace tiempo que buscaba negociar con la justicia de EE UU, convencido de que en ese pa¨ªs le ir¨¢ mejor.
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