Los padres de dos ni?as violadas por un cura exigen ver al Papa
Las v¨ªctimas quieren que el Vaticano permita revisar todos los casos de abusos sucedidos en Melbourne
Despu¨¦s de un viaje de 33 horas desde Escocia, Anthony y Christina Foster han llegado a Sidney con una misi¨®n: ser recibidos en audiencia por el Papa, y o¨ªr a Benedicto XVI pedir perd¨®n en nombre de la Iglesia y comprometerse a proteger y cuidar a las v¨ªctimas de abusos sexuales.
Las dos hijas mayores de los Foster, Emma y Katie, alumnas de un colegio cat¨®lico de Oakleigh, Melbourne, fueron violadas repetidamente cuando ten¨ªan entre cinco y ocho a?os por el sacerdote Kevin O'Donnell.
O'Donnell muri¨® en 1997, tras ser condenado a 39 meses de c¨¢rcel por abusar de 12 menores. Ahora, la dolorosa historia de la familia Foster amenaza con ensombrecer el primer viaje del Papa a Australia.
Los Foster quieren explicarle en persona a Benedicto XVI que los efectos de los abusos se padecen en ocasiones durante toda la vida, y no son compensables con dinero, sino con justicia. "La Iglesia no ha comprendido todav¨ªa el impacto de sus actos y el efecto de los ataques sexuales. No sabe cuidar de sus v¨ªctimas y lleva a?os neg¨¢ndoles justicia y paz", dijo Anthony Foster al diario local Sydney Mornign Herald.
La familia espera del Papa una "respuesta moral y no legal" para las v¨ªctimas. Y que se ponga fin a "la cobertura que la Iglesia australiana" ha dado a los centenares de abusos sucedidos en el pa¨ªs.
Pero la decisi¨®n de la Santa Sede est¨¢ todav¨ªa en el aire.
El jefe de prensa del Vaticano, Federico Lombardi, no ha querido confirmar si Benedicto XVI pedir¨¢ perd¨®n p¨²blicamente a las v¨ªctimas, aunque el propio Papa anticip¨® en el avi¨®n que le tra¨ªa desde Roma que dir¨ªa en Australia "lo mismo" que dijo en Estados Unidos.
Entretanto, el obispo Anthony Fisher, que es el coordinador de la Jornada Mundial de la Juventud, ha agitado la pol¨¦mica al criticar a las v¨ªctimas que "siguen haciendo lutos exc¨¦ntricos con las heridas del pasado".
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