Guatemala, adopciones a mano armada
Una prueba de ADN confirma que muchos ni?os dados a parejas extranjeras proceden de un 'mercado' ilegal
Un encuentro feliz y traum¨¢tico; ansiado, pero dif¨ªcil de asimilar. Lejos de echarle los brazos al cuello, Esther Sulamita, una ni?a de dos a?os y medio, se mostr¨® agresiva con su madre. "Me mord¨ªa, me pegaba, me tiraba cosas a la cara; no quer¨ªa ni que la tocara", dice Ana Escobar, de 27 a?os, que removi¨® cielo y tierra durante dos a?os para recuperar a la peque?a.
La devoluci¨®n de Esther Sulamita, tras un an¨¢lisis de ADN que prob¨® inequ¨ªvocamente la relaci¨®n maternofilial, confirma por primera vez lo que muchos sospechaban: que el sistema de adopciones en Guatemala se nutre en parte de ni?os robados. Como Esther Sulamita.
El 26 de marzo de 2006, dos hombres y dos mujeres armados entraron en la zapater¨ªa donde Ana Escobar, a la saz¨®n reciente madre soltera, trabajaba. Se llevaron por la fuerza a la ni?a, y desde entonces Escobar no ha parado de buscarla. Una huelga de hambre con otras cuatro madres despose¨ªdas de sus v¨¢stagos; la acci¨®n de organizaciones de derechos humanos y ONG y, sobre todo, el tes¨®n infatigable de Escobar pusieron sobre la mesa el problema.
El Congreso de Guatemala, presionado por la Conferencia de La Haya en Derecho Internacional Privado, adopt¨® en diciembre de 2007 una Ley de Adopciones y cre¨® el Consejo Nacional de Adopciones; adem¨¢s, y gracias a la presi¨®n de las madres en huelga, en mayo se paralizaron todos los procesos de adopci¨®n en curso, alrededor de 2.300. El a?o pasado, m¨¢s de 4.700 ni?os guatemaltecos fueron entregados a parejas estadounidenses; Guatemala es el segundo pa¨ªs de origen, tras China, de los beb¨¦s que se adoptan en Estados Unidos.
Pero a Ana Escobar no le result¨® tan f¨¢cil probar el hecho. Al contrario, al denunciar el robo de su ni?a ante la polic¨ªa, "me empezaron a echar la culpa a m¨ª, dec¨ªan que yo la hab¨ªa vendido", contaba el pasado 25 de julio, un par de d¨ªas despu¨¦s de recibir a Esther, en declaraciones a la BBC. "Las autoridades no me escucharon", se queja Escobar, quien atribuye a Dios, y no a la hipot¨¦tica justicia, el "milagro" de recuperar a su hija. "La ley aqu¨ª en Guatemala no sirve; sigue el robo de ni?os, y ha aumentado en los ¨²ltimos meses", afirma. "Tengo entendido que dan hasta 50.000 d¨®lares casi 32.000 euros] por cada ni?o". ?Y la nueva Ley de Adopciones, no ofrece m¨¢s garant¨ªas? "La verdad es que no", zanja categ¨®rica Escobar.
Adoptar un beb¨¦ en Guatemala cuesta entre 13.000 y 40.000 d¨®lares (8.295 y 25.523 euros), el 80% de los cuales va a parar a manos de los abogados, pues antes de la adopci¨®n de la ley, y ante la falta de una regulaci¨®n espec¨ªfica, los procesos se tramitaban notarialmente. El resto se reparte entre los m¨¦dicos que asisten el parto y otros profesionales implicados: comadronas, enfermeras, cuidadoras, etc¨¦tera. El mercado negro de menores, en manos de mafias organizadas, "se garantiza la impunidad en las instituciones del Estado al repartir fuertes sumas de dinero", denuncian organizaciones locales proinfancia.
Las mafias emplean tambi¨¦n jaladores, inquietantes figuras que detectan embarazos y pagan u obligan a la futura madre a desprenderse del beb¨¦ despu¨¦s del parto. Pero cuando las amenazas o el dinero no valen, se recurre a la fuerza: la Procuradur¨ªa de Derechos Humanos de Guatemala calcula que s¨®lo el a?o pasado fueron robados 203 beb¨¦s en el pa¨ªs. Como Esther Sulamita.
Entre enero y junio de este a?o se han localizado en el pa¨ªs cinco casas-cuna clandestinas, con m¨¢s de un centenar de ni?os a la espera de ser entregados en adopci¨®n. Muchos de esos beb¨¦s, como Esther Sulamita, presentaban informes falsos de ADN. Desde agosto de 2007, consciente de la existencia de numerosos fraudes, la embajada estadounidense en Ciudad de Guatemala solicita un segundo informe de ADN para conceder al beb¨¦ el visado de entrada en EE UU.
Este mercado de ni?os genera ingresos de entre 100 y 150 millones de d¨®lares (entre 63 y 96 millones de euros) al a?o, seg¨²n c¨¢lculos de Unicef. En un pa¨ªs donde el 56% de sus 13 millones de habitantes vive por debajo del umbral de la pobreza, donde la renta per c¨¢pita es de 4.700 d¨®lares, menos de la mitad que la de Argentina, Brasil o Chile; donde a¨²n se sufren las consecuencias de 36 a?os de guerra civil, se entiende que cualquier ingreso extra, aun il¨ªcito, pueda tenerse en cuenta. Y para las mafias la adopci¨®n internacional ?hay 3.700 familias estadounidenses haciendo cola? no es sino una oportunidad de diversificar el negocio.
Legal o fraudulentamente, alrededor de 20.000 peque?os han dejado para siempre Guatemala en la ¨²ltima d¨¦cada, pero de esa cifra hay que empezar a descontar no s¨®lo n¨²meros, sino tambi¨¦n nombres y apellidos. Como los de Esther Sulamita Escobar, que hoy ya abraza t¨ªmidamente a su madre ?aunque debe seguir durante un tiempo en tratamiento psicol¨®gico para superar el trauma? y juega al escondite por los pasillos de la Fundaci¨®n Sobrevivientes, una ONG dedicada a las v¨ªctimas de la violencia de g¨¦nero que ha acompa?ado a Ana Escobar durante su b¨²squeda. Esther Sulamita, sin saberlo, es un punto y aparte en el cap¨ªtulo de los ni?os robados.
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