Detenido un general colombiano retirado por v¨ªnculos con los 'paras'
Del R¨ªo, cercano a Uribe, est¨¢ acusado de cr¨ªmenes de lesa humanidad
La polic¨ªa colombiana detuvo el jueves a Rito Alejo del R¨ªo, un pol¨¦mico general retirado cercano al presidente ?lvaro Uribe, acusado de cr¨ªmenes de lesa humanidad. El "pacificador de Urab¨¢", como muchos le llaman, fue detenido cuando depart¨ªa con un grupo de amigos en el Club Militar de Bogot¨¢. Se le acusa de v¨ªnculos con los paramilitares entre 1995 y 1997, cuando era comandante de la Brigada XVII con sede en Urab¨¢, regi¨®n bananera del departamento de Antioquia. Uribe era entonces gobernador de ese departamento.
No son acusaciones nuevas. En 2001 estuvo dos meses en prisi¨®n. Pero en 2004, el fiscal encargado entonces del caso (hoy embajador en M¨¦xico) decidi¨® archivar la investigaci¨®n. La tranquilidad del ex general empez¨® a desdibujarse con las declaraciones a la justicia de los jefes paramilitares que buscan beneficios y rebaja de penas.
"?D¨®nde est¨¢ el pacificador que nos pasaba informaci¨®n a nosotros para que hici¨¦ramos el trabajo sucio? ?D¨®nde est¨¢ el pacificador que enviaba a sus tropas a patrullar con nosotros y que nos abr¨ªa las puertas en sus cuarteles?", declar¨® Ever Veloza, alias H H.
Salvatore Mancuso, m¨¢ximo comandante paramilitar, nombr¨® nueve veces a Del R¨ªo en sus declaraciones antes de ser extraditado a EE UU. "Era uno de los jinetes de un proyecto que convirti¨® el paramilitarismo en una pol¨ªtica de Estado", afirm¨® Mancuso, que dio detalles de las reuniones en las que, de manera conjunta, militares y paras planearon la limpieza de Urab¨¢. Las matanzas y las desapariciones fueron en esa ¨¦poca el pan de cada d¨ªa. Esto mismo declararon hace tiempo decenas de testigos.
La fiscal¨ªa desempolv¨® estas viejas declaraciones, viaj¨® a la zona, cotej¨® estos datos con lo dicho ¨²ltimamente y dict¨® la orden de detenci¨®n. El fiscal de derechos humanos que maneja el caso tiene evidencias suficientes que vinculan al general retirado con delitos atroces, como el asesinato de Marino L¨®pez, un l¨ªder campesino. L¨®pez fue decapitado y luego, frente a los aterrorizados habitantes de la aldea remota donde viv¨ªa, en los l¨ªmites entre Antioquia y Choc¨®, sus asesinos jugaron al futbol con su cabeza.
El crimen se produjo a la sombra de la Operaci¨®n G¨¦nesis que comand¨® Del R¨ªo para pacificar esta zona, donde hab¨ªa fuerte presencia guerrillera. M¨¢s de 3.000 campesinos y pescadores, la mayor¨ªa afrocolombianos, tuvieron que huir despavoridos en uno de los mayores ¨¦xodos de la historia de dolor que han vivido los pobres de este pa¨ªs. Muchas de las tierras que dejaron abandonadas est¨¢n ocupadas hoy por proyectos agroindustriales de los paras.
Esta detenci¨®n salpica de nuevo al presidente Uribe, que siempre ha defendido al general. En 1999, cuando el ex presidente Andr¨¦s Pastrana retir¨® del Ej¨¦rcito a Del R¨ªo y Estados Unidos le cancel¨® el visado, un grupo de personas le hizo un homenaje de desagravio. Uribe fue el principal orador. "Despedir a un general por solicitud de la guerrilla es traspasar a la insurgencia esta prerrogativa presidencial", dijo ese d¨ªa el hoy primer mandatario. Durante sus primeros d¨ªas de Gobierno, Del R¨ªo actu¨® como asesor del Das, el mayor ¨®rgano de inteligencia del Estado. El opositor Partido Liberal pidi¨® ayer explicaciones al presidente por esta amistad.
Las denuncias por este maridaje entre paras y militares no han cesado. Esta semana fue ordenada la detenci¨®n de cuatro militares, entre ellos un mayor y un coronel, implicados en la matanza de 11 campesinos (entre ellos tres ni?os) en 2005, en la comunidad de San Jos¨¦ de Apartad¨®, un peque?o caser¨ªo de esta regi¨®n de Urab¨¢ que ha levantado un monumento para no olvidar a sus v¨ªctimas.
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