La pesadilla de la reconstrucci¨®n del World Trade Center
Siete a?os despu¨¦s del ataque contra las Torres Gemelas que cost¨® la vida a cerca de 3.000 personas, el nuevo proyecto se enfrenta a una complicada reedificaci¨®n
La encantadora iglesia ortodoxa griega de San Nicol¨¢s fue destruida el 11 de septiembre de 2001 en el ataque terrorista que cost¨® la vida a cerca de 3.000 personas en el World Trade Center de Nueva York. Seg¨²n el 'Master Plan' reelaborado en 2005 para la reconstrucci¨®n de toda la zona, el peque?o espacio ocupado por la congregaci¨®n era perfecto para instalar el Centro de Veh¨ªculos de Seguridad del nuevo complejo. A cambio, el Porth Autorithy of New York New Jersey, autoridad portuaria, due?a de los terrenos y directora del proyecto, les ceder¨ªa un espacio en otro lugar pr¨®ximo. La falta de acuerdo entre las partes hace imposible la construcci¨®n del Centro de Veh¨ªculos, que a su vez ralentiza la construcci¨®n de las cinco torres que sustituyen a las destruidas en 2001.
El ejemplo simboliza las complicaciones a las que se enfrenta un proyecto que implica la construcci¨®n, en 16 acres (64.749 metros cuadrados) de cinco rascacielos (dos de ellos, los m¨¢s altos de la ciudad) el tercer gran centro de transportes de Manhattan y uno de los mayores museos del mundo en homenaje de las v¨ªctimas del terrorismo. En conjunto, un espacio para oficinas equivalente al de todo el barrio de negocios de Atlanta, sin olvidar los servicios que todo eso necesita y la reconstrucci¨®n total de dos de las calles adyacentes, Greeenwich y Fulton. En total est¨¢n implicados, dos grandes promotores privados, 19 agencias p¨²blicas, 101 contratistas y subcontratistas, 33 agencias de dise?o y arquitectura, las familias de las v¨ªctimas y varios miles de trabajadores.
Toneladas de contratiempos
Los problemas aparecieron desde el principio. Los terrenos est¨¢n encima del r¨ªo Hudson (ver fotogaler¨ªa) y hay que construir paredes en el subsuelo para aislar la humedad. Primer error: los ingenieros utilizaron estudios superficiales y se basaron en las condiciones del terreno donde estaban las Torres Gemelas. El inconveniente es que estas nuevos edificios se construyen un poco m¨¢s al este y el terreno es mucho m¨¢s duro, lo que ha retrasado las obras desde el inicio y ha complicado el transporte de las m¨¢s 400.000 toneladas de material que se sacaron en la primera fase de las obras. A 300.000 d¨®lares diarios por retrasos, el total pagado por este error es de 14 millones de d¨®lares para el promotor y otros 14 para uno de los constructores, Pohenix Constructor.
Todas estas cifras no son nada comparadas con los costes del retraso de un proyecto cuyo presupuesto inicial era de 15.000 millones de d¨®lares (10.600 millones de euros), que ya est¨¢ lejos de esos datos y que aumenta cerca de un 15% al a?o, seg¨²n fuentes de la promotora Silverstein Properties. El Ayuntamiento de la ciudad, gobernado por el multimillonario Michael Bloomberg, ansioso por reconstruir la zona y llenarla de nuevo de empresas, firm¨® un pacto en 2005 con el banco de inversi¨®n Goldman Sachs por el que le conced¨ªan ventajas fiscales si se compromet¨ªan a establecerse en el nuevo World Trade Center. La letra peque?a del pacto inclu¨ªa bonificaciones para el banco por valor de 321 millones de d¨®lares si no se llegaba a cierto grado de construcci¨®n en 2010. Ahora que se sabe que no se va a cumplir el plazo, el Ayuntamiento renegocia el acuerdo mientras echa balones fuera y culpa a la Autoridad Portuaria, que al tiempo asegura que los plazos impuestos por el antiguo gobernador de Nueva York (George Pataki, republicano, blanco predilecto de todas las cr¨ªticas) son "m¨¢gicos y emocionales". El nuevo gobernador, David Patterson, ha prometido un calendario "riguroso y realista".
Aclarar este cruce de acusaciones es misi¨®n imposible. Este peri¨®dico se puso en contacto con Steve Coleman, miembro del equipo de prensa del Porth Authority, que remite al documento sobre el proyecto colgado en su web. Ni una palabra m¨¢s. Elizabeth Kubany, de Skidmore, Owings and Merrill, uno de los principales estudios de arquitectura del mundo y encargado de la construcci¨®n de la Torre 1, tampoco quiso hacer declaraciones "sobre retrasos y tiempos de entrega" y remite a la Autoridad Portuaria. En el documento sobre el estado de las obras, sus m¨¢ximos responsables reconocen que los plazos "no eran realistas" y atribuyen la multiplicaci¨®n del presupuesto a "los efectos de la dram¨¢tica subida del precio de los materiales".
Dos s¨ªmbolos 'tocados'
Dos de los grandes hitos de la reconstrucci¨®n se han visto especialmente afectados por este desastre de planificaci¨®n y ejecuci¨®n. El primero, el centro de transportes dise?ado por el arquitecto espa?ol Santiago Calatrava, el tercero en tama?o de la ciudad y que dar¨¢ servicio a 80.000 viajeros al d¨ªa. El proyecto preve¨ªa un techo retr¨¢ctil y otros aspectos que no ser¨¢n incluidos finalmente por los retrasos en la ejecuci¨®n, que ya supera en 1.000 millones de d¨®lares el presupuesto inicial. Bloomberg, en un ataque de sinceridad, dijo ayer en un art¨ªculo titulado muy acertadamente 'No deber¨ªa haber m¨¢s excusas para la zona cero' que la terminal es "demasiado complicada de construir".
M¨¢s dram¨¢tica es la historia del Memorial para las V¨ªctimas y el museo que incluye. Su inauguraci¨®n estaba prevista para septiembre de 2011, una fecha con fuerte carga emocional. El alcalde Bloomberg ha asegurado que es su "m¨¢xima prioridad" y que la plaza que alberga el memorial estar¨¢ lista para entonces. El museo tendr¨¢ que esperar un a?o m¨¢s. Parte de las 8.000 toneladas de acero para su construcci¨®n empezaron a llegar la semana pasada a la zona, como s¨ªmbolo del desperezamiento de unas obras que cuestan 530 millones de d¨®lares (374 millones de euros) y que llevan un considerable retraso.
El lugar ha guardado un sitio para la Escalera de los supervivientes, aquella por la que accedieron al hall de la Torre 1 cientos de personas que se salvaron en los atentados y que sobrevivi¨® milagrosamente al derrumbe de la torre y su peripecia posterior. La imprudencia de unos obreros, que rasgaron parte de la mampara que la escond¨ªa, permiti¨® descubrir que la escalera se encontraba varada en Vesey Street, protegida por una chapa y a la espera de reubicaci¨®n. La publicaci¨®n por parte de la prensa neoyorquina de la noticia movi¨® a las autoridades a cambiar su emplazamiento. Aseguran que la escalera, otro paradigm¨¢tico error m¨¢s, est¨¢ a salvo. Si excluimos estos peque?os contratiempos, lo normal es que los neoyorquinos miren con escepticismo y cierta indiferencia al tema. Un paseo por la zona sirve para comprobar que solo los turistas, y por miles, se interesan por el estado de las obras.
Christopher O. Ward es desde junio el encargado de la Autoridad Portuaria, el boss del proyecto. Quienes han utilizado el Air Train que lleva desde Jamaica Station hasta el aeropuerto JFK, proyecto del que fue responsable, se pueden hacer una idea de la eficiencia de este hombre de 53 a?os no exento de pol¨¦mica (hay quienes critican su trasvase de la iniciativa p¨²blica a la privada y vuelta a empezar) que estudi¨® un postgrado de Teolog¨ªa en Harvard. Le va a hacer falta.
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