Un veterano y una ne¨®fita pelean por la vicepresidencia
El cara a cara entre el dem¨®crata Biden y la republicana Palin reaviva la campa?a
Un veterano animal pol¨ªtico de Washington y la ne¨®fita gobernadora de Alaska llegan al debate de esta madrugada con dos trayectorias muy distintas a sus espaldas y con una misma promesa: liderar, junto con sus compa?eros de candidatura, el cambio que tanto anhelan los norteamericanos. El de hoy es el ¨²nico encuentro p¨²blico que mantendr¨¢n los dos candidatos a la vicepresidencia, Joe Biden y Sarah Palin, antes de las elecciones del 4 de noviembre.
El senador tiene la misi¨®n de no aparecer ante los votantes como un pol¨ªtico de la vieja guardia, dispuesto a emplear argumentos machistas contra su contrincante. Por su parte, la gobernadora tiene ante s¨ª una oportunidad ¨²nica para desarmar a aquellos detractores que la acusan de carecer de la experiencia necesaria para ser vicepresidenta.
El equipo de Biden puede haber ayudado a Palin en esta ¨²ltima tarea. A lo largo de las pasadas semanas, sus asesores han tratado de diluir la imagen de que Palin es una pol¨ªtica carente de experiencia. Al contrario, han retratado a la gobernadora como una maestra en el arte del debate. "La gobernadora lo va a hacer muy bien. Es buena dando cuchillazos y puede soltar frases pegadizas y golpes de mand¨ªbula eficientes", dijo el pasado mi¨¦rcoles el portavoz de Biden, David Wade, en una entrevista al diario The Washington Post. El objetivo es mantener las expectativas bajas y convertir el debate en una victoria c¨®moda para Biden.
Estos d¨ªas, los diarios de Alaska han recordado la f¨®rmula en que Palin lleg¨® a ser gobernadora: su capacidad de hacer que los votantes de a pie se identificaran con ella. Uno de sus oponentes en aquellas primarias, el senador estatal John Brinkley, recordaba esta semana en el diario The Anchorage Daily News que, en su cara a cara con Palin, ¨¦l se centr¨® "demasiado en los asuntos pol¨ªticos. Ella se centr¨® en c¨®mo la gente se siente sobre esos asuntos". Palin apela a los sentimientos, a la identificaci¨®n impulsiva que con ella pueden experimentar los votantes de clase media y baja. Hasta ahora le ha funcionado.
En el debate, Biden no s¨®lo se va a enfrentar a Palin. Los analistas le han a?adido a otro contrincante: ¨¦l mismo. El senador es un experto en todo tipo de meteduras de pata, como cuando dijo que Hillary Clinton hubiera sido mejor candidata a la vicepresidencia que ¨¦l.
Las horas que Biden ha pasado encerrado en el hotel Sheraton de Wilmington, practicando sus argumentos con la gobernadora de Michigan, Jennifer Granholm, se han centrado en prepararse para no dar la imagen de ser un machista, atacando a Palin con argumentos sexistas.
Por su parte, Palin tambi¨¦n ha tratado de mantener las expectativas bajas, una estrategia que funcion¨® en la Convenci¨®n Republicana del pasado mes de septiembre. Entonces, su discurso de presentaci¨®n precedi¨® a un imponente ascenso en las encuestas de la candidatura republicana. Esta ventaja, sin embargo, se ha diluido en las ¨²ltimas semanas. El llamado efecto Palin ha durado poco, ahogado por la debacle de Wall Street.
"Palin puede estar da?ando la candidatura republicana", titulaba ayer el diario The Washington Post, que publicaba una encuesta en la que quedaba patente el descontento hacia la candidata entre el electorado. Un 60% de los votantes opina que Palin no estar¨ªa preparada "para prestar servicio como presidenta". La ilusi¨®n generada por el discurso de Palin en la Convenci¨®n Republicana del pasado 3 de septiembre ha deca¨ªdo lentamente. Entonces, un 58% de los encuestados ten¨ªa una impresi¨®n favorable de la gobernadora. Desde entonces, esta cifra ha ca¨ªdo siete puntos.
En este descenso mucho ha tenido que ver la estrategia de esconder a Palin de los medios. La candidata s¨®lo ha dado tres entrevistas a las grandes cadenas de televisi¨®n informativas. La ¨²ltima, conducida por la veterana periodista Katie Couric, de CBS, ha resultado ser una retah¨ªla de equ¨ªvocos.
Cuando la presentadora le pidi¨® que nombrara alg¨²n dictamen del Tribunal Supremo al que se opusiera, aparte del que legaliz¨® el aborto en 1973, la gobernadora respondi¨®: "Ha habido, desde luego, en la gran historia de Am¨¦rica, dict¨¢menes... ha habido dict¨¢menes. Nunca va a haber un consenso entre todos y cada uno de los americanos". La sensaci¨®n generalizada entre los espectadores fue la de la improvisaci¨®n y la de la falta de experiencia.
La imagen de Joe Biden se encuentra en el extremo opuesto. El senador por Delaware ha dado m¨¢s de 80 entrevistas desde que acabara la Convenci¨®n Dem¨®crata. La suya es una carrera de abultadas cifras: 35 a?os en el Senado. Miembro del Comit¨¦ de Asuntos Exteriores de esa misma C¨¢mara desde 1975. Dos candidaturas presidenciales y, ahora, una oportunidad ¨²nica y real de llegar a la vicepresidencia.
Cuando, en su entrevista, Katie Couric le pregunt¨® a Palin por su experiencia en pol¨ªtica internacional, la gobernadora se volvi¨® a referir a la cercan¨ªa de Alaska con Rusia. "Cuando Putin gira su cabeza y entra en el espacio a¨¦reo de EE UU. ?Ad¨®nde va? A Alaska. Est¨¢ ah¨ª, cerca de su frontera", dijo.
Biden, en cambio, ha sido parte activa en diversas crisis internacionales. Fue de los primeros pol¨ªticos en Washington que pidi¨® una r¨¢pida intervenci¨®n de EE UU en la crisis de los Balcanes. En 1993 viaj¨® a Belgrado, donde se encontr¨® con Slobodan Milosevic. Seg¨²n recuerda en su autobiograf¨ªa, Prometer para cumplir, el senador le espet¨® al dictador: "Creo que es usted un maldito criminal de guerra, y como tal deber¨ªa ser juzgado".
Ser¨¢ uno de estos dos estilos, totalmente opuestos, casi irreconciliables, el que deb¨ªa convencer a la mayor¨ªa de votantes para dar un espaldarazo definitivo a Barack Obama o John McCain.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.