Abhisit Vejjajiva, nuevo primer ministro de Tailandia
El candidato del opositor Partido Dem¨®crata se hace con la jefatura del Gobierno al vencer en la votaci¨®n parlamentaria a Pracha Promnok, del partido Puea Pandin, de la hasta ahora coalici¨®n gobernante
En plena crisis pol¨ªtica y con dos bandos enfrentados que afirmaban tener la legitimidad suficiente para que su candidato fuera designado jefe del Ejecutivo, el Parlamento de Tailandia ha elegido al que ser¨¢ su pr¨®ximo primer ministro. Abhisit Vejjajiva, l¨ªder del hasta ayer opositor Partido Dem¨®crata, se convierte, con 235 votos a favor y 198 en contra, en el quinto l¨ªder del pa¨ªs en un poco m¨¢s de dos a?os. Vejjajiva se ha impuesto en la votaci¨®n parlamentaria a Pracha Promnok, l¨ªder del Puea Pandin, un partido que hasta ahora pertenec¨ªa a la coalici¨®n gobernante que encabezaba el Partido del Poder Popular hasta su ilegalizaci¨®n a principios de este mes.
La elecci¨®n de Vejjajiva deber¨ªa cerrar la crisis pol¨ªtica en la que vive instalado Tailandia desde hace dos a?os, pero lo cierto es que los seguidores del anterior primer ministro, Somchai Wongsawat, destituido e inhabilitado por el Tribunal Constitucional el 2 de diciembre, ya han sacado a relucir sus camisetas rojas en protesta por la elecci¨®n del nuevo jefe del Gobierno. Cerca de 200 manifestantes han bloqueado los accesos al Parlamento al conocer el resultado. Han comprobado los documentos de los veh¨ªculos que sal¨ªan y destrozado con palos y ladrillos las ventanas de aquellos pertenecientes a los diputados que hab¨ªan votado a favor Vejjajiva. La sucesi¨®n de eventos que llev¨® a la destituci¨®n de Somchai Wongsawat amenaza con repetirse si, esta vez, los partidarios del ya ilegalizado PPP optan por aplicar la misma receta con que los miembros de la oposici¨®n lograron la ca¨ªda de su Gobierno: La protesta permanente con la toma del espacio p¨²blico incluida.
La elecci¨®n del candidato del Partido Dem¨®crata es el ¨²ltimo episodio de una crisis pol¨ªtica que dura m¨¢s de dos a?os pero que se ha intensificado en los ¨²ltimos seis meses. En 2006, un golpe de Estado acab¨® con el Gobierno del controvertido Thaksin Shinawatra, acusado de corrupci¨®n y refugiado en Londres. Los militares permitieron nuevas elecciones en agosto, en las que venci¨® el candidato del PPP, Samak Sundaravej, afin a Thaksin. No dur¨® mucho: Fue destituido al poco tambi¨¦n acusado de corrupci¨®n. Samak fue reemplazado por Somchai, a la saz¨®n cu?ado de Thaksin. Los partidarios de la oposici¨®n, en especial los del Alianza Popular por la Democracia (APD), le consideraban un mero t¨ªtere de Thaksin e igual de corrupto, adem¨¢s de acusar a su partido de fraude electoral. Por ello, tomaron las calles.
Seis meses de protesta
Una primera oleada de manifestaciones, que incluy¨® la toma del palacio del primer ministro en agosto y septiembre pasados, culmin¨® en la destituci¨®n de Samak. De nada le sirvi¨® la declaraci¨®n del estado de excepci¨®n y que el Ej¨¦rcito se hiciera cargo de la seguridad en Bangkok. Su sucesor, Somchai, tampoco fue aceptado por el APD, ya que se negaban a tener un primer ministro del PPP. Esta vez, a principios de noviembre, otros 30.000 manifestantes se lanzaron a las calles y tomaron los dos aeropuertos de la capital dejando atrapados a decenas de miles de pasajeros, entre ellos 600 espa?oles.
Tal era la tensi¨®n, que el Ej¨¦rcito, aut¨¦ntico ¨¢rbitro del sistema, lleg¨® a pedir la dimisi¨®n de Somchai. Se temi¨® un nuevo golpe de estado, el n¨²mero 23 en el pa¨ªs desde que aboli¨® la monarqu¨ªa absoluta en 1932.
Finalmente, el Constitucional adelant¨® su fallo por la demanda de fraude electoral que pesaba sobre el partido y dictamin¨® su ilegalizaci¨®n y la inhabilitaci¨®n de varios de sus diputados, entre ellos el primer ministro. Tras 15 d¨ªas de Gobierno interino del viceprimer ministro, hoy ha sido elegido el sucesor, con el benepl¨¢cito de las masas de la APD. Queda por ver si las camisetas amarillas del movimiento opositor que han tomado Bangkok durante meses, ser¨¢n reemplazadas por las rojas de la Alianza por la Defensa de la Democracia, partidaria del PPP y que, hasta el momento, se ha limitado a observar y jurar que defender¨¢ hasta la muerte el orden constitucional.
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