Los nietos de los exiliados hacen fila
Miles de cubanos piden la nacionalidad espa?ola en virtud de los nuevos supuestos de la Ley de Memoria Hist¨®rica, que entraron ayer en vigor
El cardi¨®logo cubano Norberto D¨ªaz Reyes ser¨¢ espa?ol dentro de 15 d¨ªas. Y espera estar en la "madre patria" a m¨¢s tardar en tres meses. "Siempre quise regresar a la tierra de mis abuelos. Quisiera vivir y trabajar en Espa?a muchos a?os", afirma, con una sonrisa m¨¢s ancha que el malec¨®n de La Habana. Norberto, de 38 a?os, ha sido el primero en acogerse en su pa¨ªs a la conocida como Ley de nietos, una disposici¨®n de la Ley de Memoria Hist¨®rica que, desde ayer y por un plazo de dos a?os, prorrogable uno m¨¢s, permitir¨¢ adquirir la ciudadan¨ªa a unos 150.000 cubanos descendientes de emigrantes y exiliados espa?oles.
La cifra s¨®lo es tentativa. En el Consulado General de Espa?a en La Habana advierten que los pron¨®sticos son aproximados y que la realidad puede ser "mucho m¨¢s apabullante". Un dato: s¨®lo en el primer tercio del siglo pasado llegaron a Cuba casi un mill¨®n de emigrantes espa?oles. Otro: en 1905 viv¨ªan en la isla 105.000 oriundos de Galicia.
En el Consulado General de Espa?a en La Habana trabajan unas 50 personas. Ahora Madrid ha autorizado la contrataci¨®n de otros 35 "auxiliares administrativos temporales" para hacer frente a la avalancha. "Calculamos que en los tres a?os pueden presentar expedientes entre 250.000 y 300.000 personas, y que, de ellas, 150.000 pueden tener derecho a la nacionalidad", asegura una fuente consular.
Aproximadamente, el 20% adquirir¨¢ la ciudadan¨ªa acogi¨¦ndose a la categor¨ªa de nieto de exiliado o sea, los descendientes de aquellos espa?oles que llegaron a Cuba entre el 18 de julio de 1936 y el final de 1955. La gran mayor¨ªa se beneficiar¨¢ de la posibilidad que ofrece la nueva ley a las personas cuyo padre o madre sean espa?oles aunque no nacieran en Espa?a.
Una reforma del C¨®digo Civil reconoci¨® en 2002 el derecho de nacionalizaci¨®n a los hijos de "espa?oles de origen" nacidos en Espa?a -en los ¨²ltimos cinco a?os, unos 30.000 cubanos han recuperado la nacionalidad espa?ola por esta v¨ªa. La eliminaci¨®n de dicho requisito ampl¨ªa la cantidad de personas que ahora tienen derecho a convertirse en espa?oles, pues ahora pueden aspirar los cubanos hijos de cubanos que recientemente hayan recuperado la nacionalidad.
Una espera de d¨ªas
Es el caso de Michel Limonge, un bodeguero del barrio de Regla que este primer d¨ªa de aplicaci¨®n de la medida espera frente al Consulado General de Espa?a. "Yo me he pasado aqu¨ª meses enteros", r¨ªe. "Primero hice los tr¨¢mites para recuperar la nacionalidad de mi abuelita, que naci¨® en Tenerife. Despu¨¦s me zumb¨¦ las colas para que mi mam¨¢ y mis t¨ªos adquirieran la ciudadan¨ªa, por ser su madre espa?ola. Con la ley anterior yo no pod¨ªa, pero ahora es mi turno...", dice.
La espera, que lleva d¨ªas -"yo pas¨¦ aqu¨ª la Nochebuena", relata una mulata llamada Rosa-, es para coger un turno: el que da derecho a recoger los formularios, que han de rellenarse y presentarse junto a la partida de nacimiento del descendiente.
Los turnos para recoger las planillas, repartidos por los propios cubanos, llegaban ayer al n¨²mero mil; y los ¨¢nimos por momentos se alebrestaban. "Hay algunos cabrones que han hecho la cola para revender el turno a 10 d¨®lares", explica un futuro gallego. A su lado, Luidmila P¨¦rez, otra candidata, asegura que su madre era comunista y por eso le puso ese nombre, pero dice que ella no. "Yo me quiero ir de aqu¨ª para repetir la historia de mis ancestros, pero al rev¨¦s: a esto ya no hay por donde sacarle lasca".
En busca del pasaporte
Luidmila resume en un segundo las razones que tienen los cubanos para obtener la ciudadan¨ªa: "Lo primero es tener un pasaporte". Un pasaporte espa?ol en Cuba implica muchas cosas. Entre ellas, la posibilidad de entrar a Estados Unidos sin visado.
"Muchos de los que usted ve aqu¨ª no se quieren ir a Espa?a sino a Miami", explica Rosa. Otros tienen la esperanza de recibir alguna ayuda o pensi¨®n del Gobierno espa?ol o de alguna autonom¨ªa, algo extremadamente dif¨ªcil ante la avalancha de solicitudes, y s¨®lo en el caso de personas de avanzada edad del solicitante.
Para la mayor¨ªa, hacerse espa?ol simplemente implica la posibilidad mental de emigrar. Como las hermanas V¨¢zquez Acu?a. Sus nombres son de premio. El abuelo de Aylletem (28 a?os), Agnnie (27), Aylil (30) y Lillian (35) era asturiano, y su madre, Aide¨¦, recuper¨® la ciudadan¨ªa el a?o pasado. Ahora les toca a ellas.
Agnnie va toda vestida de blanco, pues se acaba de iniciar en la religi¨®n afrocubana de la santer¨ªa. "Que se preparen en el Consulado: aqu¨ª por ser espa?ol cualquiera hace brujer¨ªa", dice. Una vez con los formularios y la documentaci¨®n en la mano, las cuatro hermanas tendr¨¢n que pedir cita por tel¨¦fono o por Internet -pr¨¢cticamente imposible en Cuba. Como hizo Norberto. Su caso no es com¨²n: las leyes cubanas restringen la salida de los m¨¦dicos, pero ¨¦l pidi¨® la baja de su trabajo hace cinco a?os y se la acaban de conceder. Est¨¢ libre. Dentro de nada empezar¨¢ su nueva vida como espa?ol en el a?o 50 de la revoluci¨®n.
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