Una visi¨®n Ikea de Europa y del mundo
Entre los pu?ados de ideas excelentes y ocurrencias brillantes que hay en ¡®La deriva de Espa?a¡¯ de Enric Juliana se encuentra la del ¡®giro Ikea¡¯ efectuado en el 37 congreso del PSOE, celebrado en julio del pasado a?o: ¡°El PSOE actual no tiene tantas cabezas ¨Cprofesores, periodistas y obreros han cedido el paso de manera irreversible a los profesionales de la pol¨ªtica- pero cierta visi¨®n de conjunto s¨ª que la tiene. Una cierta idea de Espa?a s¨ª que se constat¨® en su 37 congreso. Una visi¨®n Ikea de Espa?a. No es un s¨ªmil despectivo. La multinacional sueca de muebles y objetos del hogar se ha convertido en un referente de la Europa contempor¨¢nea. Ikea es un gran fen¨®meno cultural: oferta variada, dise?os agradables, precios asequibles y m¨®ntatelo t¨² mismo¡±. Nada de giro a la izquierda, escribe el periodista, sino giro Ikea.
La idea me parece tan sugestiva como para aplicarla tambi¨¦n al europe¨ªsmo de Zapatero y su Gobierno, as¨ª como a su pol¨ªtica exterior, es decir, la forma de situar a Espa?a respecto al ancho mundo. El Grand Tour de esta semana del presidente del Gobierno nos ofrece una buena muestra: recorrer¨¢ en avi¨®n tantos kil¨®metros como Barack Obama, en su caso desde Santiago de Chile hasta Estambul. El registro de melod¨ªas ideol¨®gicas y pol¨ªticas ser¨¢ tan rico como el de Obama: con los pa¨ªses progresistas reunidos en Vi?a del Mar (Chile); con el G 20+2, donde sacarse la espina de que Espa?a no estuviera en Bretton Woods; con la Alianza Atl¨¢ntica levemente desairada por el asunto de Kosovo; con la Uni¨®n Europea que presidiremos el pr¨®ximo a?o; con la Alianza de Civilizaciones, es decir, curas y hombres piadosos de todas las religiones, adem¨¢s de Erdogan, en Estambul. Todas ellas piezas de la rep¨²blica independiente de mi casa, que ligan por el designio y el gusto de su propietario, pero tienen un peso espec¨ªfico ligero y evanescente.
Tienen toda la raz¨®n algunos comentaristas tambi¨¦n levemente zapateristas: no hay para tanto con lo de Kosovo. Y tu m¨¢s: tampoco el PP tuvo un Gobierno fiable. O, si no, acord¨¦monos del enfado del secretario de Estado, Colin Powell, que tuvo que desplegar sus mejores artes para mediar entre Rabat y Madrid en el enorme conflicto de Perejil. Es verdad, reconozc¨¢moslo: Kosovo es a Zapatero lo que Perejil a Aznar, y eso sin considerar la mancha insoportable de las Azores. En uno y otro caso se demuestra, adem¨¢s, la levedad de la propia Espa?a, sobre todo cuando son leves quienes la conducen.
Con una pol¨ªtica y con otra, adem¨¢s, se comprueba que la coherencia y la fiabilidad, cosas graves ciertamente, han desertado de la pol¨ªtica exterior espa?ola desde hace tiempo y no han regresado todav¨ªa. Tambi¨¦n el consenso ha desertado, algo que explica muchas cosas. Como todo es ¨²til como proyectil en la pelea entre oposici¨®n y Gobierno, al final ni un solo plato queda indemne de la trivial pelea. Este pa¨ªs empez¨® a desguazar con Aznar la pol¨ªtica exterior de la que se hab¨ªa dotado al final de la transici¨®n y con Zapatero nada se ha reconstruido: cuanto m¨¢s, hemos amueblado el apartamento con la oferta coloreada y divertida, funcional y bien dise?ada, pero fr¨¢gil y barata de Ikea.
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