Manuel Zelaya, un populista de familia bien
El mandatario hondure?o se ha convertido en el extra?o compa?ero de viaje de Hugo Ch¨¢vez en su proyecto bolivariano
Terrateniente y empresario perteneciente a la oligarqu¨ªa, educado en exclusivos colegios religiosos, pero tambi¨¦n convencido adalid de la lucha contra la pobreza, la corrupci¨®n y la violencia estructural de las maras. Jos¨¦ Manuel Zelaya Rosales (Catacamas, 1952), o Mel, como es conocido familiarmente, ostentaba la presidencia de Honduras desde el 27 de enero de 2006 con una impecable hoja de servicios hasta que el apetito de poder le ha hecho dar un paso en falso. El Parlamento, el tribunal electoral y el Ej¨¦rcito le han parado los pies. Nada nuevo en Am¨¦rica Latina: ni la afici¨®n a ce?irse la banda presidencial ni el ruido de sables.
Su decidida apuesta por la Alternativa Bolivariana para las Am¨¦ricas (ALBA) y su p¨²blica condena del bloqueo estadounidense a Cuba le han convertido en compa?ero de viaje de la vieja y nueva guardia latinoamericana: del venezolano Hugo Ch¨¢vez en especial, pero tambi¨¦n del boliviano Evo Morales e incluso del cubano Fidel Castro, que en marzo le dedic¨® encendidos elogios.
Con aire de mariachi o de ranchero, estatura de coloso (190 cent¨ªmetros de altura), poblado mostacho, sombrero de ala ancha y botas de vaquero, Zelaya parece la versi¨®n hondure?a del mexicano Vicente Fox. La campa?a electoral que le llev¨® a la presidencia mostr¨® a un l¨ªder carism¨¢tico, populista en su justa medida y poco dado a los circunloquios del pol¨ªtico profesional; temeroso de Dios, tan amante de los caballos como desapegado del establishment, y con fama de honesto hasta que en abril le salpicaron las acusaciones de Otto Reich, ex subsecretario de EE UU para Am¨¦rica Latina con los presidentes Reagan y Bush. Reich culp¨® a Zelaya de "consentir y alentar" el pago de sobornos por parte de una empresa de Miami a funcionarios de Hondutel, la empresa nacional de telecomunicaciones de Honduras.
Una mezcla asaz explosiva para el mandatario de un pa¨ªs vapuleado por los vaivenes de la econom¨ªa de mercado, sin resultados hasta ahora en la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos, 7,2 millones de personas que se cuentan entre las m¨¢s pobres de Centroam¨¦rica
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