El debate de las torturas divide en dos al partido de Obama
Dos bandos dem¨®cratas chocan.- Nancy Pelosi aglutina a los partidarios de crear una comisi¨®n de la verdad mientras otros prefieren pasar p¨¢gina
El debate sobre c¨®mo investigar las presuntas responsabilidades pol¨ªticas de aquellos que justificaron, autorizaron y ordenaron el uso de la tortura en los interrogatorios de la Seguridad nacional y el Ej¨¦rcito a sospechosos de terrorismo durante la era Bush est¨¢ causando una profunda divisi¨®n en el seno del Partido Dem¨®crata, informa The New York Times.
Los l¨ªderes en el Congreso del partido del presidente Barack Obama han expresado abiertamente visiones diferentes y antag¨®nicas sobre la conveniencia de crear una comisi¨®n de la verdad que investigue a fondo si hubo violaci¨®n de leyes por parte de aquellas autoridades que dieron luz verde al empleo de t¨¦cnicas agresivas como el waterboaring o asfixia simulada, y otros m¨¦todos de extrema crueldad y dureza.
Los partidarios de la apertura de una comisi¨®n independiente que indague hasta sus ¨²ltimas consecuencias la legalidad de dichas t¨¦cnicas est¨¢n liderados por la portavoz de los dem¨®cratas en la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi.
En el otro bando emerge como figura destacada el l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en el Senado, Harry Reid, que ha expresado su rechazo a la creaci¨®n de dicho panel. Reid, que denunci¨® en repetidas ocasiones el uso de t¨¢cticas extremas cuando Bush era presidente, es partidario de dejar que la comisi¨®n creada al efecto en el Senado complete sus trabajos, algo que no ocurrir¨¢ hasta dentro de un a?o. "Creo que lo que debemos de hacer es esperar hasta que el comit¨¦ de inteligencia finalice su trabajo", ha dicho el l¨ªder dem¨®crata en declaraciones a Las Vegas Sun.
Mirar hacia adelante
Desde la Casa Blanca, Obama ha insistido en que es necesario "mirar hacia adelante y no hacia atr¨¢s" y es contrario a la apertura de una causa general contra la anterior Administraci¨®n que acabe capitalizando la legislatura y dejando en segundo plano la agenda reformista que quiere impulsar para salir de la crisis. Adem¨¢s, existe el riesgo de que su Gabinete sea acusado de revanchismo por sus rivales pol¨ªticos.
Pero fue Obama quien el pasado martes intensific¨® la tormenta pol¨ªtica al dejar la puerta abierta a la creaci¨®n de una comisi¨®n bipartidista que aborde el asunto, pero dej¨® en manos de su fiscal general (ministro de Justicia), Eric Holder, la decisi¨®n final sobre cualquier actuaci¨®n judicial contra antiguos miembros del Gobierno republicano. No obstante, el ojo del hurac¨¢n se form¨® d¨ªas antes con la publicaci¨®n de los cuatro memorandos mantenidos en secreto hasta ahora y en los que se justificaba el uso de determinadas t¨¦cnicas de interrogatorio.
Frente a los que reclaman mano dura contra la impunidad, Holder, ha advertido este jueves, en sinton¨ªa con Obama, que no tolerar¨¢ que se "criminalicen" las diferencias pol¨ªticas sobre los pol¨¦micos interrogatorios de la CIA y las Fuerzas Armadas. Es decir, que no es partidario, a priori, de enjuiciar a ning¨²n responsable pol¨ªtico del anterior Gobierno por este asunto. En una comparecencia ante el Comit¨¦ de Asignaciones de la C¨¢mara de Representantes, Holder ha reiterado que no se procesar¨¢ a los agentes de la CIA que actuaron "razonablemente, de buena fe y de acuerdo con las opiniones (legales) del Departamento de Justicia" que legitimaron la tortura a supuestos terroristas. "No ser¨ªa justo, desde mi punto de vista, efectuar tales enjuiciamientos", ha dicho.
Pero es ¨¦l quien tiene la ¨²ltima palabra, despu¨¦s de que el presidente asegurara el martes que depend¨ªa de su criterio jur¨ªdico juzgar o no a los abogados de la Administraci¨®n de Bush que redactaron los memorandos que permit¨ªan la tortura. En este aspecto, Holder ha reconocido que "es mi responsabilidad como fiscal general hacer cumplir la ley", pero s¨®lo si aprecia "indicios de conductas indebidas".
Gates reconoce divisiones
Por otra parte, las ¨²ltimas declaraciones sobre este episodio realizadas por el secretario de Defensa, Robert Gates, que ocup¨® ese mismo cargo durante el ¨²ltimo Gobierno de Bush, sugieren que el debate sobre la publicaci¨®n de los memorandos ha abierto una falla en el c¨ªrculo m¨¢s pr¨®ximo al presidente.
En una visita a una base militar en Carolina del Norte, Gates ha dicho que estaba preocupado porque la publicaci¨®n de dichos informes podr¨ªa jugar en contra de los intereses de Estados Unidos en el mundo, pero que su desclasificaci¨®n era inevitable. "Supimos durante los debates previos a su publicaci¨®n que algunos de estos informes podr¨ªan ser usados por Al Qaeda y nuestros enemigos", ha dicho Gates.
"Pretender que pod¨ªamos retener todo eso y mantener todo en secreto, incluso si hubi¨¦ramos querido, probablemente no era realista", ha explicado. A juicio de Gates, era "inevitable" que esa informaci¨®n saliese tarde o temprano a la luz.
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