Un misterio militar resuelto dos d¨¦cadas despu¨¦s
El Ej¨¦rcito de EE UU identifica los restos del primer soldado ca¨ªdo en la primera Guerra del Golfo
Era uno de los grandes misterios de la primera Guerra del Golfo, en la que EE UU se enfrent¨® a Irak por la ocupaci¨®n de Kuwait, en 1991. En la noche inicial de la Operaci¨®n Tormenta del Desierto, el 16 de enero de aquel a?o, el entonces teniente comandante Scott Speicher, de 33 a?os, sobrevolaba los territorios fronterizos del oeste de Irak con su caza F/A-18 Hornet. De repente, desapareci¨®, sin dejar rastro.
En principio, el Pent¨¢gono le dio por muerto. Dick Cheney, que entonces era Secretario de Defensa, compareci¨® ante los medios y se apresur¨® a alabarle por su servicio y convertirlo en la primera v¨ªctima de la incipiente guerra, explicando que hab¨ªa sido tocado y abatido por un misil lanzado por un avi¨®n iraqu¨ª. Un d¨ªa despu¨¦s, el Pent¨¢gono rectific¨® y lo dio por "desaparecido en combate". Al no reconocer oficialmente su muerte, le sigui¨® ascendiendo, hasta convertirlo en capit¨¢n.
Los rumores cobraron vida propia. Al acabar la guerra se le busc¨® entre los prisioneros liberados por Sadam Hussein. Al no encontrarle, la Marina le declar¨®, de nuevo, muerto. "Cuerpo desaparecido", anot¨® en su ficha. En 1993, por casualidad, un general destinado a Qatar y de visita en Bagdad, encontr¨® el caza de Speicher en el desierto, a 250 kil¨®metros de la capital iraqu¨ª. No se hab¨ªa desintegrado. Hab¨ªa posibilidades de que Speicher hubiera sobrevivido. Pero sus restos se hab¨ªan esfumado.
Dos a?os despu¨¦s, Hussein permiti¨® que el Ej¨¦rcito de EE UU y la Cruz Roja inspeccionaron la zona donde Speicher se estrell¨® y buscaran sus restos. Los iraqu¨ªes mantuvieron siempre que el soldado no sobrevivi¨® al ataque y negaban airadamente que lo hubieran retenido como prisionero de guerra.
Esa expedici¨®n lleg¨® a la conclusi¨®n de que la cabina del piloto hab¨ªa sido registrada y que alguien hab¨ªa entrado en el caza despu¨¦s de que se estrellara. En las inmediaciones del avi¨®n se encontr¨®, adem¨¢s, un traje de piloto. De nuevo, la Marina cambi¨® su informe y le dio por "capturado". En una entrevista a la cadena de radio CBS, el entonces presidente Bill Clinton, dijo en 2001 que era posible que estuviera vivo. "Si lo est¨¢", dijo, "haremos lo posible para sacarle de all¨ª".
En menos de un mes su sucesor, George Bush, tom¨® el relevo. Luego llegaron los atentados contra EE UU de septiembre de 2001 y la segunda guerra de Irak, en la que Sadam cay¨®. Ahora, por fin, El Pent¨¢gono ha podido inspeccionar la zona a conciencia y ha llegado a una conclusi¨®n: Speicher muri¨® en el choque y un grupo de beduinos lo enterr¨® en el desierto.
"En virtud de informaci¨®n ofrecida por un ciudadano iraqu¨ª a principios de julio, los marines norteamericanos destinados a la provincia de Abar acudieron a un punto en el desierto en el que se cree que se estrell¨® el caza de Speicher", dice un comunicado de la Marina. "El ciudadano iraqu¨ª dijo que conoc¨ªa a dos ciudadanos iraqu¨ªes que recuerdan que un caza americano se estrell¨® en el desierto y que los restos del piloto fueron enterrados".
La semana pasada, los soldados peinaron la zona y encontraron unos restos humanos, que fueron enviados a la Base A¨¦rea de Dover, en EE UU, y que, sometidos a un an¨¢lisis forense, resultaron ser los de Speicher. La clave fue la dentadura, que concuerda con la de las radiograf¨ªas de Speicher que obran en poder del Ej¨¦rcito.
Este s¨¢bado, por fin, pudo haber un homenaje p¨®stumo definitivo al h¨¦roe de guerra. "Le debemos al Capit¨¢n Speicher y a su familia gratitud por el sacrificio al que se han sometido por nuestra naci¨®n y el ejemplo que nos han dado a todos nosotros", dijo el almirante Gary Roughead, jefe de operaciones navales de la Marina. Speicher estaba casado y ten¨ªa dos hijos.
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