Obama contraataca a los que tratan de minar su reforma
El mandatario de EE UU ha pedido el apoyo de la red de 13 millones de voluntarios que le facilit¨® la victoria en las elecciones presidenciales
Frente a una oleada de duros ataques contra su proyecto de reformar la sanidad y ofrecer cobertura m¨¦dica a todos los norteamericanos, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha iniciado una serie de debates en peque?as localidades, al estilo de los m¨ªtines de la pasada campa?a electoral, y ha pedido el apoyo de la red de 13 millones de voluntarios que le facilit¨® la victoria en las elecciones presidenciales, para desmentir las falsedades que diversos oponentes a esta reforma han difundido en los ¨²ltimos d¨ªas.
Los asesores de Obama ven este esfuerzo como algo necesario, ya que el debate sobre la reforma sanitaria se ha radicalizado en la semana pasada. Despu¨¦s de que las sesiones del Congreso quedaran suspendidas por el descanso estival, algunos senadores y representantes han vuelto a sus Estados de origen a tomar parte en m¨ªtines con los votantes, organizados semanas atr¨¢s. Ninguno hab¨ªa previsto la fiereza con que algunos votantes les aguardar¨ªan.
Los encuentros con el senador dem¨®crata por Pensilvania Arlen Specter han acabado invariablemente a gritos. "En las p¨¢ginas 58 y 59 de la nueva ley se le da al gobierno acceso libre a las cuentas de banco de cada ciudadano", dijo una votante el martes en un acto en la localidad de Lebanon. "Dios te va a juzgar por todo esto", le grit¨® otro. "?Qu¨¦ demonios es esto? ?Esto es socialismo!", dijo ayer, a voces, otro ciudadano en State College. Los gritos y los argumentos incomprensibles o falsos han sido una constante en estos debates.
A las puertas de esos encuentros se ve a grupos con carteles que superan lo ofensivo y rayan en el delito. Pancartas con la cara de Obama con un bigote al estilo de Adolf Hitler sobre las letras "He cambiado". Carteles con el lema "Obama miente, mi abuela muere". Al representante por Georgia David Scott, afroamericano y dem¨®crata, le recibieron con esv¨¢sticas. El FBI ha comenzado una investigaci¨®n al respecto.
El ambiente en estos encuentros con los ciudadanos es el mismo que se viv¨ªa en los m¨ªtines de la candidata republicana a la vicepresidencia Sarah Palin, cuando las bases conservadoras acusaban a Obama de islamista, amigo de terroristas y socialista. La ex gobernadora de Alaska ha dado ox¨ªgeno al fuego de los rumores. En un mensaje colgado en Facebook, dijo: "La Am¨¦rica que conozco y quiero no es aquella en la que mis padres o mi beb¨¦ con s¨ªndrome de Down tendr¨¢n que enfrentarse al comit¨¦ de la muerte de Obama para que sus bur¨®cratas decidan, de acuerdo con su juicio subjetivo y su nivel de productividad en la sociedad, si merecen seguro m¨¦dico".
La mecha prendi¨® el fuego, y, ahora, en todos los m¨ªtines, los oponentes de la reforma gritan en contra de unos supuestos comit¨¦s de la muerte que nadie ha anunciado. Con tanta rapidez se han difundido estas mentiras que el propio presidente ha querido acudir en persona a una serie de m¨ªtines en peque?as localidades de New Hampshire, Colorado y Montana. All¨ª est¨¢ explicando sus intenciones: reformar el sistema sanitario para ofrecer seguro m¨¦dico a todos los que no tengan -50 millones, seg¨²n las ¨²ltimas cifras- y rebajar costes para aquellos que ya disponen de uno.
"Cada vez que nos disponemos a culminar la reforma sanitaria, los poderes f¨¢cticos contraatacan con todo lo que tienen a su alcance", dijo el presidente en el primero de estos m¨ªtines, en Portsmouth, New Hampshire, el pasado martes. "Usan su influencia. Usan a sus aliados pol¨ªticos para asustar y enga?ar a los ciudadanos americanos. Es lo que siempre hacen. No podemos permitirles que lo hagan de nuevo. No esta vez".
La organizaci¨®n que Obama form¨® para mantener activa a la imponente base de voluntarios que le llev¨® al poder, Organizing for America, ha pasado tambi¨¦n a la acci¨®n. Muchos de estos activistas acuden a los debates p¨²blicos a expresar la necesidad de reforma de un sistema sanitario que cuesta dos billones de d¨®lares y que deja a millones de personas a su suerte. "Una respuesta masiva demostrar¨¢ a las compa?¨ªas aseguradoras y a sus aliados en el Congreso que sus t¨¢cticas s¨®lo har¨¢n nuestro movimiento aun m¨¢s fuerte", dec¨ªa en un correo electr¨®nico Mitch Stewart, director de Organizing for America. Poco a poco, estos voluntarios van rebajando la tensi¨®n en los m¨ªtines, calmando los ¨¢nimos y contraatacando a aquellos que, seg¨²n Obama, "tratan de aterrorizar, invocando a un hombre del saco ficticio".
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