El Senado de EE UU presenta la primera ley de reforma sanitaria
Un comit¨¦ de la c¨¢mara alta desvela un plan de unos 583.000 millones a 10 a?os
La ley para la reforma sanitaria ech¨® a andar este mi¨¦rcoles en el Senado de Estados Unidos con un proyecto que recoge el principio de la cobertura sanitaria para todos los norteamericanos, aunque no incluye la opci¨®n de seguro p¨²blico que defiende Barack Obama. Es un texto moderado, nacido con buenas posibilidades de ser el definitivo, aunque, de momento, ha decepcionado a la izquierda dem¨®crata sin ganar el apoyo de la oposici¨®n republicana.
El proyecto reduce ligeramente el coste total de la reforma propuesto inicialmente por el presidente y garantiza que los 856.000 millones de d¨®lares (unos 583.000 millones) que deben de gastarse en la pr¨®xima d¨¦cada saldr¨¢n ¨ªntegramente de reducciones en el despilfarro actual (507.000 millones de d¨®lares) y de nuevos impuestos, especialmente a las compa?¨ªas de seguros (349.000 millones de d¨®lares).
De acuerdo a esta ley, todos los ciudadanos estadounidenses estar¨¢n obligados a tener un seguro. Los que no lo hagan podr¨¢n ser castigados con multas de m¨¢s de mil d¨®lares. Aquellos que no puedan costearse una cobertura adecuada, contar¨¢n con subvenciones del Estado. Los empresarios no tienen que ofrecer obligatoriamente protecci¨®n sanitaria a sus empleados, pero las compa?¨ªas con m¨¢s de 50 trabajadores tendr¨¢n que pagar una tasa por cada uno de ellos que necesite subvenci¨®n p¨²blica para su seguro de salud.
El Estado no ofrecer¨¢ su propio sistema de salud. Tan s¨®lo se favorecer¨¢ la creaci¨®n de cooperativas sin ¨¢nimo de lucro que ofrezcan seguros privados en condiciones m¨¢s competitivas que las de las aseguradoras.
Las compa?¨ªas de seguros no podr¨¢n, como hacen frecuentemente ahora, rechazar a un cliente por condiciones m¨¦dicas previas ni expulsarlo posteriormente por el agravamiento o la prolongaci¨®n de su enfermedad.
"?ste es un momento ¨²nico de nuestra historia en el que, finalmente, podemos conseguir el objetivo que hemos perseguido durante tanto tiempo", declar¨® el autor del proyecto, Max Baucus, presidente del comit¨¦ de Finanzas del Senado. "Este comit¨¦ ha trabajado cuidadosamente para garantizar que esta propuesta sea adecuada para los pacientes, para los proveedores de la atenci¨®n sanitaria y para nuestra econom¨ªa", a?adi¨®.
El texto ser¨¢ sometido a la primera prueba sobre sus posibilidades de ser aprobado la pr¨®xima semana, cuando sea votado dentro del propio comit¨¦. Los republicanos que lo integran no han dado a¨²n su apoyo al proyecto, aunque uno de ellos, la senadora Olympia Snowe, ha manifestado que podr¨ªa hacerlo en los pr¨®ximos d¨ªas.
Por su parte, entre los dem¨®cratas, uno de los senadores m¨¢s implicados en esta iniciativa y que con m¨¢s pasi¨®n ha defendido la opci¨®n p¨²blica, Jay Rockefeller, ha advertido que no respaldar¨¢ el proyecto en su redacci¨®n actual. El jefe del grupo dem¨®crata, el senador Harry Reid, ha anunciado una reuni¨®n, ma?ana, para coordinar la estrategia y tratar de mantener una unidad que resulta imprescindible para sacar adelante la ley.
Aunque no recoge por completo las ideas que Obama esboz¨® en su discurso de la pasada semana ante el Congreso, este proyecto es, de todos los que han circulado hasta ahora, el que m¨¢s que se aproxima a la voluntad del presidente: cumple el prop¨®sito de la universalidad sin agravar el d¨¦ficit.
Contiene, no obstante, suficientes elementos pol¨¦micos como para que haya que esperar todav¨ªa un duro debate hasta que sea aprobado por los plenos de ambas c¨¢maras, lo que no deber¨ªa de demorar m¨¢s de seis o siete semanas.
Los congresistas en la izquierda del Partido Dem¨®crata a se resisten a la idea de renunciar al seguro p¨²blico. La Casa Blanca tambi¨¦n, aunque el presidente ha aclarado en varias ocasiones que no har¨¢ de ello una condici¨®n imprescindible para firmar la ley. Este aspecto quiz¨¢ no sea decisivo en el Senado, donde son m¨¢s los dem¨®cratas conservadores. Pero podr¨ªa ser un serio obst¨¢culo en la C¨¢mara de Representantes, donde el grupo de dem¨®cratas progresistas es suficiente como para restar al proyecto los votos necesarios para su aprobaci¨®n.
La sustituci¨®n de esa opci¨®n p¨²blica por un sistema de cooperativas sin af¨¢n de lucro podr¨ªa, en cambio, favorecer el respaldo de algunos republicanos moderados. En todo caso, no ser¨¢n muchos ni ser¨¢ f¨¢cil. El Partido Republicano ha montado una operaci¨®n de rechazo a la reforma sanitaria sobre una base esencialmente ideol¨®gica y como un instrumento esencial en su pol¨ªtica de oposici¨®n. A eso se suma que los centristas que podr¨ªan estar de acuerdo con la mayor parte del proyecto, rechazan los nuevos impuestos que ¨¦ste incluye.
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