"Todo se derrumb¨® y a¨²n est¨¢n ah¨ª"
Los equipos de rescate agotan las ¨²ltimas horas para rescatar supervivientes del terremoto de Sumatra.-Indonesia recuenta 1.000 muertos y 4.000 desaparecidos
Mientras se ajusta la mascarilla que le tapa la nariz y la boca, Chych Primadasa muestra con la cara desencajada la lista de sus amigos muertos. Hab¨ªa 15 y s¨®lo se mantienen con vida dos, pero a¨²n siguen enterrados bajo los escombros. "Estaban en clase de ingl¨¦s... yo estaba en el patio, cuando vi c¨®mo se derrumbaba todo", explica ante las ruinas. En esa lista ha ido tachando los nombres de los compa?eros que han perdido la vida. "Pero me acaban de decir que uno de ellos y mi profesor est¨¢n bien, deseo que los rescaten pronto", afirma este estudiante de 22 a?os en una calle del centro de Padang, una de las localidades m¨¢s afectadas por el terremoto que arras¨® la costa oeste de Sumatra (Indonesia) el 30 de septiembre.
Cuando amanece y la ciudad sale de la oscuridad total en que la sume la falta de electricidad, la imagen de los 20.000 edificios afectados por el se¨ªsmo es a¨²n m¨¢s fantasmag¨®rica. La cifra de muertos, que supera hasta ahora el millar, aumentar¨¢ a buen seguro en los pr¨®ximos d¨ªas. Hay m¨¢s de 4.000 desaparecidos en Sumatra. Con el paso de las horas, cada vez parece m¨¢s claro que el impacto del terremoto en la zona ha sido terrible. Y no s¨®lo en Padang. Cientos de personas pueden haber perecido sepultadas en ¨¢reas remotas situadas al norte de esta ciudad de 900.000 habitantes. Testimonios llegados desde esas zonas precisan que al menos tres aldeas (Pulau Aia, Lubuk Laweh y Jumena) han quedado literalmente tragadas por los corrimientos de tierra. "No se ve ni el minarete", reconoce Rustam Pakaya, responsable del centro de crisis del Ministerio de Sanidad. Puede haber m¨¢s de 600 muertos s¨®lo en estas localidades.
Todo apunta a que la situaci¨®n puede ser a¨²n peor en Pariaman, una localidad de unos 500.000 habitantes situada a 56 kil¨®metros de Padang y m¨¢s cercana al epicentro del se¨ªsmo. M¨¢s del 50% de las casas de este municipio se han visto afectadas, seg¨²n ha indicado el vicepresidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, de visita en la zona afectada por el se¨ªsmo. Las primeras cien horas son claves en cualquier rescate. Despu¨¦s de ese plazo, que vence la ma?ana del domingo, ser¨¢ casi imposible encontrar supervivientes entre los escombros. Los esfuerzos de los equipos de rescate indonesios e internacionales, llegados o a punto de llegar de m¨¢s de 20 pa¨ªses, se centran en Padang y sus alrededores. "Pasadas ese tiempo, esperaremos entre siete y diez d¨ªas m¨¢s, despu¨¦s habr¨¢ ya poco que hacer", explica Winston Chang, funcionario de la ONU que trabaja en las labores de coordinaci¨®n de la ayuda.
Los equipos cuentan con perros adiestrados para localizar supervivientes, sensores capaces de rastrear el menor sonido a trav¨¦s de los cascotes y equipos de maquinaria pesada. El despliegue no parece impresionar a Chych Primadasa. "Los equipos de rescate tardaron un d¨ªa en aparecer cuando se cay¨® el edificio", se queja. Las altas temperaturas y la elevad¨ªsima humedad complican a¨²n m¨¢s la situaci¨®n de las v¨ªctimas.
El jefe del Ej¨¦rcito indonesio, Agustadi Sasongko, ha informado de que los esfuerzos de b¨²squeda se est¨¢n centrando en los seis puntos m¨¢s catastr¨®ficos. Uno de ellos es el Hotel Ambacang, en el centro de Padang. La mitad del establecimiento se ha venido abajo. Los perros de un equipo de socorristas suizos rebuscan entre los escombros, sin mucho ¨¦xito. Un mensaje de m¨®vil enviado por una persona atrapada a sus familiares hab¨ªa despertado esperanzas. "Est¨¢n entrenados para detectar a los vivos, no a los muertos, y no han detectado nada", afirma Anna Hagenbush, una de las integrantes del equipo. De momento, el balance es devastador: 40 cad¨¢veres han sido recuperados de entre las ruinas del hotel y 80 personas permanecen bajo tierra.
Cuando las seis plantas del Ambacang se desplomaron, Nur Azani estaba cumpliendo con su turno de recepcionista en un hotel situado enfrente, mucho m¨¢s moderno, que no ha sufrido ning¨²n da?o. "Las columnas eran muy finas", explica. "Se cay¨® la parte m¨¢s vieja del hotel Ambacang".
Mientras tanto, las agencias de ayuda humanitaria intentan reconstruir los servicios p¨²blicos, como el suministro de agua corriente, para evitar que se extiendan las enfermedades. En el r¨ªo de agua marr¨®n que cruza Padang, cientos de vecinos hacen cola para lavarse al anochecer. Muchos se han quedado sin casa y duermen en la calle. La electricidad regresa a un ritmo muy lento, s¨®lo en el centro. Las casitas que bordean el cauce se iluminan de noche con velas.
Poco a poco, los ciudadanos que se han salvado de esta cat¨¢strofe, que va camino de igualar el terremoto que asol¨® la vecina isla de Java en 2006 (que se cobr¨® 5.000 muertos y dej¨® a 1,5 millones de personas sin hogar) vuelven a su vida cotidiana. Viven en el llamado cintur¨®n de fuego del Pac¨ªfico, amenazado por la constante actividad s¨ªsmica.
Poco antes del anochecer y de que el muec¨ªn llamara a la oraci¨®n (el 85% de los indonesios son musulmanes), fueron enterradas ayer en el cementerio general de Padang las primeras v¨ªctimas. Los 60 ni?os de entre 9 y 14 a?os atrapados en un colegio del centro de la ciudad tambi¨¦n ser¨¢n sepultados pronto. Sus voces pidiendo socorro dejaron de o¨ªrse el viernes. Los equipos de rescate ya han abandonado la b¨²squeda. El olor a muerte, entremezclado con el calor, se percib¨ªa a metros del colegio. Tirados en el suelo, en el ¨¢rea acordonada por la polic¨ªa, todav¨ªa se pod¨ªan ver zapatos de ni?o y cartillas de notas escolares.
Sin noticias de tres espa?oles
Ana Pelegr¨ªn y su marido, Ricardo Gil, de 45 a?os, enviaron un correo electr¨®nico la v¨ªspera del terremoto para avisar de que embarcaban rumbo a las islas de Mentawi, un para¨ªso del surf situado a unos 170 kil¨®metros de Padang, donde estaban de vacaciones. Desde entonces, su familia no ha sabido nada m¨¢s de ellos. Temen que hayan sido v¨ªctimas del terremoto que asol¨® la zona el mi¨¦rcoles pasado.
La familia desconoce si finalmente cogieron el barco para desplazarse a ese archipi¨¦lago, m¨¢s concretamente a la isla de Sibenut. La Embajada espa?ola en Yakarta ha dicho a la familia que no tiene datos al respecto. Fuentes de los equipos de rescate que trabajan en la zona aseguran que la poca informaci¨®n que disponen de aquellas islas indica que el se¨ªsmo no fue tan fuerte como en Padang.
Otra posibilidad es que no se hayan enterado de lo sucedido, ya que la isla es muy remota. La familia, seg¨²n fuentes muy cercanas, ha llamado a todas las compa?¨ªas de ferrys de la zona y a los hoteles, sin resultado por ahora. Ana Pelegr¨ªn, abogada y funcionaria de la Junta de Andaluc¨ªa, y su marido, que es farmac¨¦utico, sol¨ªan realizar viajes por su cuenta y sin reservar alojamiento hasta que llegaban al lugar. "S¨®lo sabemos que iban a coger ese barco", cuenta un amigo en conversaci¨®n telef¨®nica.
El Ministerio de Exteriores confirm¨® ayer que se est¨¢ tratando de localizar tambi¨¦n a un tercer espa?ol del que no ha trascendido la identidad.
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