Berlusconi: "Seguir¨¦ adelante por el bien del pa¨ªs"
La popularidad del primer ministro sube siete puntos tras la agresi¨®n
A una semana de la agresi¨®n, Silvio Berlusconi ha lanzado este domingo desde su casa de Arcore un nuevo mensaje a los seguidores del Pueblo de la Libertad (PDL), reunidos en Verona en un acto de solidaridad. "Seguir¨¦ adelante por el bien del pa¨ªs, las muestras de apoyo de estos d¨ªas me han emocionado y me dan a¨²n m¨¢s fuerza interior", ha manifestado Berlusconi antes de recurrir de nuevo a la f¨®rmula catequista empleada el d¨ªa que sali¨® del hospital: "El amor vence siempre a la envidia y el odio".
La convalecencia parece demostrar que el salvaje ataque de Massimo Tartaglia, el desequilibrado de 42 a?os que lanz¨® el souvenir de alabastro tras visitar dos veces la sede del Milan preguntando por "el presidente", ha producido r¨¦ditos pol¨ªticos a Berlusconi, aunque a la vez ha acentuado la divisi¨®n ante su carism¨¢tica figura. En unos d¨ªas, el pol¨ªtico y magnate ha elevado su popularidad en siete puntos. Seg¨²n un sondeo de Il Corriere della Sera, el apoyo al primer ministro ha subido desde el 48,6%, el pasado noviembre, al 55,9%. Encabezan las listas los votantes del PDL (donde su consenso llega al 95%) y los de la Liga del Norte (77%).
Tambi¨¦n entre los electores de la oposici¨®n su valoraci¨®n remonta y se sit¨²a en el 17%; entre quienes, en caso de haber elecciones, no sabr¨ªan a qui¨¦n votar, Berlusconi re¨²ne ya el 58% de las preferencias. Las encuestas muestran un dato alarmante: entre un 20% y un 25% de los italianos aprueba el gesto violento de Tartaglia. El motivo es que piensan que el primer ministro constituye "un peligro" para la democracia italiana.
A trav¨¦s de su ministro de Econom¨ªa, Giulio Tremonti, Berlusconi parece dispuesto a cambiar su estrategia, y ha tendido una mano a la oposici¨®n para dialogar sobre las reformas que "el pa¨ªs necesita". La oferta ?que incluir¨ªa la reforma de la Constituci¨®n, la inmunidad parlamentaria, una nueva forma de elecci¨®n de la magistratura y del Tribunal Constitucional? implica aislar en un rinc¨®n al ex juez Antonio Di Pietro (Italia de los Valores) y partir de una ley puente que salve al Cavaliere de los procesos en curso. Como suele sucederle en cuanto se discute un asunto importante, el Partido Democr¨¢tico se ha roto en dos. Contra el acuerdo se sit¨²an dos ex secretarios generales, Dario Franceschini y el reaparecido Walter Veltroni.
El otro sector est¨¢ comandado por el ex primer ministro Massimo D'Alema, eterno mu?idor de bambalinas, y parece favorable a lo que algunos llaman inciucio, palabra traducible como componenda o chanchullo. D'Alema ha negado cualquier trapicheo, pero ha llamado a su partido a "emprender el di¨¢logo con la mayor¨ªa" y ha a?adido: "El PDL no es capaz de hacer solo las reformas, y el Partido Democr¨¢tico debe saltar al campo". Incluso el lenguaje parece unir ya a los viejos y cordiales enemigos.
El pacto, alertan diversos analistas, consistir¨ªa en conceder a Berlusconi el salvoconducto judicial a cambio de que el clima pol¨ªtico se apacig¨¹e, la oposici¨®n mantenga su estatus y, quiz¨¢, logre de paso algunas prebendas. Es decir: la c¨¦lebre casta, en su versi¨®n m¨¢s turbia.
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