La memoria hist¨®rica tambi¨¦n hizo campa?a
La sombra de Pinochet sobrevol¨® la recta final de la carrera hacia la presidencia
Despu¨¦s de la tortura, "sangraba por la vagina, por la nariz, por los pezones, por los o¨ªdos, por la boca", cuenta una ex presa pol¨ªtica en un testimonio que muestra un aparato de televisi¨®n en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, una de las obras que inaugur¨® la presidenta Michelle Bachelet en la semana de la elecci¨®n que ha decidido qui¨¦n ser¨¢ su sucesor en La Moneda. Bajo la pantalla hay un catre met¨¢lico de los que se usaban para aplicar corriente a los detenidos. Es la sala del museo que recuerda la pr¨¢ctica masiva de la tortura.
Acompa?ado por su madre, que lo invit¨® al museo para mostrarle lo que ocurr¨ªa en la dictadura, Alberto Flores, estudiante de ingenier¨ªa de 21 a?os, confiesa que fue porque ella se lo pidi¨®. "Sab¨ªa lo que pas¨®, pero s¨®lo por lo que hab¨ªa escuchado. No es lo mismo que acercarse a esta realidad. Me impact¨® la parte de los ni?os, donde se muestra que ellos tambi¨¦n se daban cuenta de forma muy cruda de lo que pasaba en dictadura", comenta emocionado.
Como Flores, 2.000 personas visitaron a diario el museo en su primera semana, que se convirti¨® en el m¨¢s concurrido del pa¨ªs en estos d¨ªas. En tres pisos, esta obra, con 5.000 metros cuadrados de exhibici¨®n, dise?ada por arquitectos brasile?os, re¨²ne testimonios, documentos, objetos y material audiovisual del periodo de la dictadura (1973-1990) y, seg¨²n Bachelet, refleja el compromiso "de nunca m¨¢s volver a sufrir una tragedia como la que en este lugar siempre recordaremos".
La sombra del dictador Augusto Pinochet, fallecido hace tres a?os, sobrevol¨® en la recta final de la campa?a presidencial, despu¨¦s de estar casi ausente en la primera vuelta. En la dictadura hubo 3.200 asesinados y detenidos-desaparecidos, alrededor de 30.000 torturados y decenas de miles de exiliados. Precisamente hoy se abrir¨¢ la recepci¨®n de denuncias de casos de atropellos a los derechos humanos para quienes todav¨ªa no han dado cuenta de su situaci¨®n.
Con dos candidatos que se opusieron a Pinochet y rechazan las violaciones a los derechos humanos, el debate electoral sobre este tema se concentr¨® en quienes mantuvieron cargos durante la dictadura y ahora acompa?an al empresario Sebasti¨¢n Pi?era, que representa a la derecha.
Interpelado al respecto, Pi?era busc¨® una posici¨®n intermedia, impulsada por su necesidad de no perder los votos, escasos pero existentes, de los nost¨¢lgicos de Pinochet. Afirm¨® que no acudir¨¢ a ex autoridades de la dictadura, aunque tampoco descart¨® convocar a t¨¦cnicos de ese r¨¦gimen.
En sus propuestas, el oficialista Eduardo Frei se comprometi¨® a derogar la ley de amnist¨ªa de la dictadura, que se aplica a los cr¨ªmenes cometidos entre 1973 y 1978, un anhelo hist¨®rico de los partidos de la izquierda y las organizaciones de derechos humanos. En reuniones con militares retirados, Pi?era afirm¨® en cambio ser partidario de que los juicios se aceleren y fue criticado por aspirar a un punto final, lo que ¨¦l desminti¨®.
Las organizaciones de v¨ªctimas de la dictadura temen que con el triunfo de Pi?era haya un retroceso en los avances logrados en democracia y un aumento de las presiones de los militares en retiro para cerrar los juicios por violaciones de los derechos humanos.
En la actualidad hay alrededor de un centenar de encarcelados por estos cr¨ªmenes, entre ellos la mayor parte de los jerarcas de los aparatos represivos de la dictadura, y otros 300 militares y ex agentes procesados en cerca de 80 juicios abiertos.
En los d¨ªas finales de la campa?a hubo llamamientos de v¨ªctimas a votar por Frei, y a no votar nulo o en blanco. Pero lo hicieron, m¨¢s que por coincidencia o simpat¨ªa con el candidato de la Concertaci¨®n, para impedir el triunfo de Pi?era.
Una gran foto muestra a tama?o natural a los prisioneros del ataque a La Moneda de 1973, muchos de ellos hoy desaparecidos, mientras se accede al museo. La madre de una v¨ªctima cuenta en una de las salas del recinto: "Lo fusilaron en el camino, cerca de la casa; sent¨ª los disparos, sal¨ª y encontr¨¦ su cuerpo. Me gritaron que fuera a enterrar al perro que hab¨ªa muerto. Ese perro era mi ¨²nico hijo".
El lema del nuevo museo resume su sentido: "No podemos cambiar nuestro pasado. S¨®lo nos queda aprender de lo vivido. ?se es nuestro desaf¨ªo".
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