"A Germaine a¨²n le cuesta levantar la vista cuando va por la ciudad"
Un nutricionista de Acci¨®n contra el Hambre cuenta a EL PAIS c¨®mo transcurre el d¨ªa a d¨ªa de de los supervivientes y la respuesta de su ONG
Estoy en nuestra oficina provisional. La real se hundi¨® con mucho de nuestro personal dentro, afortunadamente estaban en la planta primera, que de repente se convirti¨® en la planta baja. S¨®lo ten¨ªan contusiones o un susto de muerte... pero mucho de nuestro personal no ha aparecido a¨²n, otros no han venido a trabajar porque estaban rescatando o llorando a su familia. Nuestros empleados locales han perdido la casa y alg¨²n ser querido, y cuando salen de aqu¨ª duermen en la calle como otros miles de personas, y luego se presentan aqu¨ª a las 8 para empezar su jornada laboral. Un equipo especial de psic¨®logos de Acci¨®n contra el Hambre va a entrevistarles y hacer lo que puedan para ayudarles a recuperarse del golpe en la medida de lo posible.
Nosotros tambi¨¦n estamos en tiendas de campa?a, porque no se puede entrar a la casa de expatriados vistas las fisuras y destrozos que ha sufrido. La oficina est¨¢ bajo un pl¨¢stico y funcionamos con generador y bater¨ªas.
Ayer fue el d¨ªa de visitar los campos, de avisar a la gente para las pruebas de reclutamiento de personal de ma?ana. Tan complicado es el tema, que nuestra mejor fuente de personal de salud son los campamentos de damnificados... Por eso, tendr¨¦ que ir uno por uno y hacer los test 4 veces, ocupando todo el d¨ªa.. Necesitamos enfermeros, o lo m¨¢s parecido para formarlos y poder abrir cuanto antes las tiendas de acogida para madres lactantes y peque?os hu¨¦rfanos que han perdido a su mam¨¢, y su fuente de alimento o supervivencia, como lo quieras ver.
Por su lado, los de agua y saneamiento han podido posicionar 6 puntos de distribuci¨®n de agua en dos de los campamentos. Cada una de las vejigas contiene 10000 litros, pero el agua se acababa en una o dos horas.
La poblaci¨®n est¨¢ desesperada. La gente se protege bajo pl¨¢sticos, s¨¢banas, sacos, tumbados, si tienen suerte, sobre los colchones que han recuperado de sus casas, y esperan... Hemos visitado un orfanato que estaba un poco tocado, pero ha resistido a pesar de haber perdido 3 ni?os de entre los adolescentes durante el terremoto. Media ciudad est¨¢ en ruinas... Las Naciones Unidas han retirado en los ¨²ltimos dos d¨ªas 80000 cad¨¢veres de las calles, que van directos a fosas comunes para reducir los riesgos de enfermedad y epidemia..
Cuando vemos a la gente por la calle, parece una ciudad normal, van y vienen ocupados en sus cosas. La diferencia es que mientras hacen eso, tienen a¨²n a sus seres queridos atrapados ( y muertos) bajo los escombros de lo que fue su casa, se tapan la nariz con mascarillas y otros inventos para evitar el olor de los cuerpos en descomposici¨®n y, sobre todo las enfermedades que temen se les peguen al respirar... Y buscan sin descanso comida, agua, ayuda para su familia, luz o alguien que les escuche. En cada esquina hay letreros escritos sobre sabanas que piden ayuda en varios idiomas "Necesitamos Agua y Comida!"
Para terminar, os cuento la historia de Germaine, la estudiante de enfermer¨ªa que nos acompa?o para traducir cuando hablamos con los representantes de las comunidades o campamentos. Estaban en clase cuando tembl¨® la tierra y su aula cay¨® 5 plantas. De 81 estudiantes solo sobrevivieron 12, ella completamente ilesa pero atrapada toda la noche bajo los escombros. Menos suerte tuvo su hermana, tambi¨¦n estudiante, que muri¨® en su clase de derecho. Y a¨²n le cuesta levantar la vista cuando conducimos por la ciudad.
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