Proteger a la infancia entre los escombros

Hait¨ª, una semana despu¨¦s del terremoto. Nos encontramos ante una de las cat¨¢strofes m¨¢s complejas y de mayores dimensiones de todas las que la comunidad internacional ha abordado en los ¨²ltimos a?os: la capital destruida con todas sus instituciones, las agencias humanitarias afectadas, las comunicaciones bloqueadas...

Sin embargo, poco a poco se empieza a vislumbrar algo de luz al final del t¨²nel. La carretera que une Santo Domingo y Puerto Pr¨ªncipe ya est¨¢ transitable y toneladas de suministros est¨¢n llegando ya a la devastada capital haitiana. Ahora, ?por d¨®nde empezar?

UNICEF, la agencia de naciones unidas especializada en la atenci¨®n a la infancia tiene como misi¨®n tratar de garantizar a todos los ni?os y ni?as del mundo el derecho a sobrevivir y a desarrollarse, sea cual sea el contexto en el que vivan. En una situaci¨®n como la atraviesa hoy Hait¨ª, son precisamente los ni?os las v¨ªctimas m¨¢s vulnerables, de manera muy especial aquellos que se han visto separados de sus familiares (y por supuesto los ni?os que ya con anterioridad a la emergencia ya eran hu¨¦rfanos o estaban abandonados). En medio del caos, los ni?os pueden padecer malnutrici¨®n y diversas enfermedades, sufrir da?os psicol¨®gicos de por vida y ser v¨ªctimas de explotaci¨®n sexual y tr¨¢fico.

Por tanto, para hacer realidad esos derechos en un contexto como el haitiano nuestra prioridad es clara: nos urge encontrar a esos ni?os, proporcionarles alimentos, atenci¨®n m¨¦dica, un refugio seguro y cuidados psicol¨®gicos y emocionales. Paralelamente, es necesario identificarles y registrarles, para as¨ª poner en marcha con car¨¢cter de urgencia la b¨²squeda de sus padres o familiares.

A d¨ªa de hoy, UNICEF ya est¨¢ trabajando junto con la Cruz Roja Internacional y Save the Children en el establecimiento de programas de b¨²squeda familiar en el mismo momento en que los ni?os llegan a los centros de acogida. Durante el tiempo que dura el proceso, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia presta todo el apoyo necesario para su cuidado y protecci¨®n, d¨¢ndoles refugio y cubriendo todas sus necesidades hasta que su familia sea encontrada.

Ante la angustia que nos producen las im¨¢genes de ni?os heridos o abandonados, es inevitable pensar en otro tipo de alternativas, tales como la acogida o la adopci¨®n inmediata por parte de familias de otros pa¨ªses, incluido el nuestro. Sin embargo, en la experiencia de m¨¢s de 60 a?os de UNICEF (compartida por otras muchas organizaciones especializadas), hemos constatado que alejar a los ni?os de su entorno en este momento no es una medida que les favorezca, dado que son ni?os sometidos a una situaci¨®n muy traum¨¢tica y un cambio brusco en su entorno puede aumentar a¨²n m¨¢s su aflicci¨®n y desorientaci¨®n, obstaculizando la recuperaci¨®n. Muchos de esos ni?os tienen padres, madres u otros familiares que pueden hacerse cargo de ellos en un entorno m¨¢s cercano y comprensible.

De hecho, la legislaci¨®n espa?ola proh¨ªbe expresamente la adopci¨®n de menores en circunstancias de este tipo, precisamente para evitar el causarles un perjuicio mayor as¨ª como la propagaci¨®n de mafias dedicadas a enriquecerse con el tr¨¢fico de ni?os en un momento de confusi¨®n y descontrol.

Definitivamente, la acogida o la adopci¨®n forman parte de los denominados "cuidados alternativos", destinados a aquellos menores que no tengan ninguna posibilidad de reencontrarse con sus familiares. Pero primero deben establecerse los controles y procedimientos necesarios para garantizar en todo caso que esto es as¨ª, atendiendo siempre al inter¨¦s superior del menor.

Hagamos por tanto las cosas por orden y sigamos centrando la atenci¨®n en lo que ahora mismo es m¨¢s prioritario: atender las necesidades de asistencia urgente y proporcionar a los ni?os un lugar seguro donde empezar a recuperar algo parecido a la normalidad.