Zelaya deja Honduras una hora despu¨¦s de la investidura de Lobo
"Volveremos", proclama el ex mandatario antes de tomar el avi¨®n rumbo a Rep¨²blica Dominicana.- El nuevo presidente llama a la reconciliaci¨®n de Honduras
Los hondure?os han asistido hoy al ¨²ltimo cap¨ªtulo de un golpe de Estado perfecto. El presidente Manuel Zelaya, secuestrado por un comando militar y sacado del pa¨ªs en pijama hace ahora siete meses, abandon¨® esta noche (hora espa?ola) su encierro en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde ha vivido los ¨²ltimos 129 d¨ªas encerrado y cada vez m¨¢s olvidado. El jefe del Ej¨¦rcito que lo traicion¨®, general Romeo V¨¢squez, recibi¨® la noticia de que los jueces no lo sentar¨¢n en el banquillo por dirigir el golpe militar. Roberto Micheletti, el pol¨ªtico con mano de hierro que ocup¨® la silla presidencial desde la expulsi¨®n de Zelaya hasta ahora, fue nombrado por el Congreso "diputado vitalicio" y se beneficiar¨¢ de una amnist¨ªa pol¨ªtica. Y Porfirio Lobo, el candidato del Partido Nacional que perdi¨® frente a Zelaya en las elecciones de 2005, ha conseguido ser investido presidente de Honduras en una ceremonia en la que se leyeron pasajes de la Biblia y los asistentes, cogidos de la mano, agradecieron al "padre celestial" su apoyo a Honduras durante la "crisis pol¨ªtica".
Porfirio Lobo se qued¨® solo en su toma de posesi¨®n. A pesar de sus desesperados esfuerzos por ganarse la simpat¨ªa de la comunidad internacional, s¨®lo tres presidentes, los de Taiw¨¢n, Panam¨¢ y Rep¨²blica Dominicana, han asistido a su toma de posesi¨®n en el Estadio Nacional. Y, en el caso del dominicano Leonel Fern¨¢ndez, su presencia estaba motivada por su compromiso de sacar de Honduras, y en su propio avi¨®n, a Manuel Zelaya y a su familia. Lo que ocurri¨® alrededor de las cuatro de la tarde (siete horas m¨¢s en Espa?a). Zelaya y los suyos fueron acompa?ados hasta la base a¨¦rea contigua al aeropuerto de Toncont¨ªn por el nuevo presidente, Porfirio Lobo. Antes de partir, Zelaya prometi¨®: "Volveremos".
La semana pasada, Lobo viaj¨® a Santo Domingo acompa?ado del resto de los candidatos presidenciales -a los que ha incluido en su Gobierno- para pedirle a Fern¨¢ndez que acogiese a Zelaya como "hu¨¦sped invitado". Ya hac¨ªa tiempo que el presidente derrocado ven¨ªa manifestando, aunque siempre en privado, que estaba "harto" de su est¨¦ril encierro de cuatro meses en la embajada de Brasil. Zelaya hab¨ªa perdido todas las esperanzas de regresar al poder ni siquiera un minuto, ni siquiera de forma simb¨®lica. El golpista Roberto Micheletti le hab¨ªa ganado definitivamente el pulso. A ¨¦l y a la comunidad internacional al completo.
De ah¨ª que el golpe de Estado de Honduras haya resultado un modelo de perfecci¨®n, aunque de perfecci¨®n antidemocr¨¢tica. Desde el 28 de junio, unas horas despu¨¦s de que los militares sacaran a Zelaya del pa¨ªs y lo abandonaran en Costa Rica, Micheletti tuvo claro que sus objetivos como nuevo jefe de Gobierno eran dos: dejar fuera de juego para siempre a Zelaya y lograr que el 27 de enero de 2010 -o sea, hoy- un nuevo presidente tomara las riendas de Honduras como si no hubiera pasado nada. No le fue del todo f¨¢cil hacerlo, pero no le tembl¨® el pulso.
Con una unanimidad nunca antes vista, la comunidad internacional se le puso en contra, bloque¨® las ayudas, quit¨® los visados a los miembros de su equipo, envi¨® a Honduras a representantes de alto nivel que una y otra vez chocaban contra una roca llamada Micheletti... Durante los tres primeros meses, Zelaya intent¨® varias veces regresar a su pa¨ªs, por avi¨®n, por tierra, hasta que al 21 de septiembre consigui¨® colarse en la embajada de Brasil. Micheletti decret¨® el toque de queda, suspendi¨® algunas garant¨ªas constitucionales y esper¨®...
Hoy ha tenido su recompensa. Zelaya fuera. Lobo dentro. ?l, diputado vitalicio y protegido por una amnist¨ªa, y su general Romeo, tambi¨¦n inmune, vestido de gala en el palco de autoridades. Micheletti hasta se permiti¨® el detalle de no asistir a la toma de posesi¨®n, para no robarle foco al nuevo presidente, y se conform¨® con asistir a misa en compa?¨ªa de sus leales. Como escribiera Antonio Machado sobre la muerte de Don Guido: "?Aquel trueno!, vestido de nazareno".
Lobo tiene ahora ante s¨ª una dif¨ªcil papeleta. A sus 62 a?os, este terrateniente de Olancho, uno de los mayores productores de ma¨ªz, sorgo y soja del pa¨ªs, padre de 11 hijos, formado en Estados Unidos y de profundas convicciones religiosas que no le impiden ser partidario de la pena de muerte, recibe un pa¨ªs -el segundo m¨¢s pobre de Am¨¦rica despu¨¦s de Hait¨ª- sin una lempira en las arcas y con una deuda "inmanejable", seg¨²n ha reconocido en su discurso de investidura. "Honduras", ha a?adido, "ha dejado de recibir m¨¢s de 2.000 millones de d¨®lares en ayuda internacional durante al crisis. Con ese dinero hubi¨¦ramos podido pagar las medicinas que necesitamos durante los pr¨®ximos 20 a?os. Necesitamos reconciliarnos con la comunidad internacional".
Para lograrlo, y como muestra de buena voluntad, Lobo accedi¨® a incluir en su Gobierno a los candidatos por ¨¦l derrotados. Pero luego se mont¨® en un jeep y pas¨® revista a las tropas junto al general golpista vestido de gala.
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