El camino del islam
En un pa¨ªs conservador y religioso, se entremezclan predicadores que tratan de captar a extranjeros y oradores salafistas que el Gobierno ha utilizado para librarse de rivales pol¨ªticos
Apenas son las diez de la ma?ana y el calor ya aprieta cuando, tras el paseo por Shibam, emprendo el ascenso a la colina de Jaba para observar la ciudad en su conjunto. Al hacer un alto en un recodo a la sombra, un enorme cartel anuncia en ingl¨¦s "El camino hacia el islam". Por un momento, temo que haberme confundido, lo que buscaba era el camino al mirador...
Los predicadores son astutos. Saben que ¨¦ste es un lugar obligado para cualquier visitante y tratan de sembrar su semilla. Bajo el cartel, unas repisas ofrecen libros en los que se ensalzan las bondades del islam y su profeta en varios idiomas. Una nota anuncia su gratuidad e invita a llevarse un ejemplar. Me llama la atenci¨®n uno en espa?ol, Muhammad. El Mensajero de Dios.
Hace unos d¨ªas estaba haciendo entrevistas por la Ciudad Vieja de San¨¢ cuando un hombre de mediana edad se me acerc¨® y en un m¨¢s que correcto ingl¨¦s me pregunt¨® por mi nacionalidad. "Ana esban¨ªa", le dije tratando de practicar mi modesto ¨¢rabe. De inmediato, sac¨® de su bolsa ese mismo libro y me lo regal¨®, junto a su tarjeta por si quer¨ªa pasar a charlar con ¨¦l.
Abdulbari Husein A. Falah, del Centro Cultural para la Llamada de los Extranjeros, se neg¨® sin embargo a darme su opini¨®n sobre si la religi¨®n tiene algo que ver con la amenaza de Al Qaeda. "No hablo sobre pol¨ªtica", se disculp¨® cort¨¦s. Lo suyo, al parecer, es ganar adeptos. Pero ¨¦se es un terreno farragoso en Yemen, donde como ha revelado el caso del terrorista de los calzoncillos (el nigeriano que intent¨® atentar contra un avi¨®n estadounidense el d¨ªa de Navidad) se radicalizan muchos musulmanes y conversos extranjeros.
Los libros que distribuye Falah est¨¢n editados en Arabia Saud¨ª, fuente de la versi¨®n m¨¢s intransigente del islam. El car¨¢cter conservador y religioso de la sociedad yemen¨ª hace dif¨ªcil actuar contra esa corriente salafista (fundamento ideol¨®gico del radicalismo) que el propio Gobierno ha alentado en ocasiones para librarse de sus enemigos pol¨ªticos.
"El pasado viernes fui con un amigo a la Universidad Isl¨¢mica y el serm¨®n del jeque Zendani me dej¨® preocupado", me conf¨ªa Ahmed respecto al controvertido l¨ªder islamista al que Estados Unidos acusa de apoyar el terrorismo. "Es muy listo y mide mucho sus palabras, pero el mensaje que transmite es un revulsivo", a?ade. En sus pr¨¦dicas, Zendan, que no rehuye la pol¨ªtica, se refiere a los norteamericanos como "diablos". Para muchos, justifica la violencia.
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