El martirio de R¨ªo de Janeiro
Con 102 muertes, la ciudad contin¨²a en estado de alerta
Despu¨¦s de haberse cobrado 102 v¨ªctimas mortales, las lluvias torrenciales que azotan a R¨ªo desde hace 37 horas mantienen a la ciudad en estado de alerta. Las autoridades han pedido que tambi¨¦n hoy mi¨¦rcoles salgan de casa s¨®lo quienes tengan una necesidad ineludible para hacerlo.
Hoy la ciudad amaneci¨® sembrada de coches y autobuses que hab¨ªan sido abandonados tras la riada. Toda la ciudad es un manto de lodo y basuras arrastradas por las aguas. La lluvia contin¨²a aunque con menos fuerza.
?A qu¨¦ se debe que unas lluvias fuertes hayan puesto de rodillas a una ciudad de 10 millones de habitantes? Seg¨²n los expertos, las condiciones geogr¨¢ficas de la ciudad son, en parte, unas de las responsables de lo que ha ocurrido. La otra lo son los problemas estructurales de una ciudad que no estaba preparada para lo que ha ocurrido. Los promontorios que coronan a la ciudad no son porosos y el agua se arrastra hasta ella, que est¨¢ rodeada de brazos de mar. La marea alta hace que las aguas cabe inundado los barrios. El subsuelo de R¨ªo es una madeja de r¨ªos que cuando llueve saltan a la superficie. Desde que hace 40 a?os, cuando la ciudad vivi¨® una tragedia semejante, nada ha sido hecho para prepararla a los azote de la naturaleza.
No hay drenajes suficientes para que el agua pueda sumir sin inundar a la ciudad y la acumulaci¨®n de basura en las calles taponan los pocos que existen.
A ellos hay que a?adir la incuria de las autoridades que en estos a?os han dejado construir m¨¢s de 1.000 favelas, la mayor¨ªa en los promontorios de la ciudad, destruyendo la vegetaci¨®n y dejando la tierra sin ra¨ªces protectoras contra las aguas. La falta de una pol¨ªtica de construcci¨®n de barrios populares han obligado sobretodo a los inmigrantes del norte pobre del pa¨ªs llegados en busca de trabajo a amontonarse en las favelas construyendo barracas unas obre otras como cajas de cerillas y centro de violencia y tr¨¢fico de drogas.
S¨®lo en los dos ¨²ltimos a?os una media docena de favelas han empezado a ser pacificadas tras haber conseguido expulsar de ellas a los narcotraficantes, pero su estructura geogr¨¢fica peligrosa continua en pie y d¨ªa a d¨ªa se va comiendo la vegetaci¨®n.
En medio a este R¨ªo martirizado por las aguas, ha aparecido como consuelo, una ola de solidaridad en toda la ciudad en la que simples ciudadanos comunes han arriesgado sus vidas para salvar a los que estaban en mayor peligro que ellos. Y toda la ciudad est¨¢ ayudando a las fuerzas del orden a limpiar las calles del barro y de la basura acumulada dando un ejemplo c¨ªvico de responsabilidad.
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