Un nuevo deslizamiento de tierra reaviva el p¨¢nico en R¨ªo de Janeiro
Las v¨ªctimas se elevan a 180 y los equipos de socorro creen que puede haber m¨¢s de 200 personas sepultadas
Parec¨ªa que lo peor ya hab¨ªa pasado cuando la noche del mi¨¦rcoles el capricho de la naturaleza desencaden¨® un nuevo deslizamiento de tierra en R¨ªo de Janeiro, esta vez en la favela Morro do Bumba, en el municipio de Niteroi, en la periferia de la ciudad brasile?a, trag¨¢ndose un conglomerado de 60 casas. Tras una madrugada de dram¨¢ticos rescates, 56 personas fueron desenterradas con vida, entre ellas ocho ni?os de una guarder¨ªa local. Pero no todo fueron buenas noticias: alrededor de 200 cuerpos se encontraban ayer a¨²n sepultados bajo un enorme amasijo de barro y escombros.
Varias fuentes del cuerpo de bomberos coincidieron en el diagn¨®stico de la situaci¨®n: es pr¨¢cticamente imposible que alguien pueda sobrevivir despu¨¦s de haber permanecido durante horas bajo semejante monta?a de fango y piedras. Las im¨¢genes a¨¦reas, impresionantes, mostraban un escarpado cerro poblado de vegetaci¨®n de cuya cima descend¨ªa una gran lengua de tierra que se hab¨ªa tragado parte de la favela.
Con los ¨²ltimos cad¨¢veres rescatados, el balance mortal de este inclemente temporal, que azota a R¨ªo desde el lunes, ascend¨ªa ayer a 180 fallecidos. La previsi¨®n es que este n¨²mero aumente exponencialmente en los pr¨®ximos d¨ªas, a medida que las m¨¢quinas excavadoras vayan recuperando los cuerpos que presumiblemente yacen en el Morro do Bumba.
Las tormentas de agua y viento, aunque intermitentes, no han dado tregua durante toda la semana y han provocado enormes inundaciones, deslizamientos de tierra y derrumbamientos de casas en diferentes ¨¢reas de la ciudad. Como siempre, la peor parte se la llevan los m¨¢s pobres, y en R¨ªo los m¨¢s pobres viven en las favelas. Con este mar de fondo, las autoridades locales tienen ahora la v¨ªa m¨¢s libre que nunca para acometer el delicado proyecto de desmantelar algunas favelas ubicadas en zonas consideradas de riesgo y protecci¨®n medioambiental. La oposici¨®n m¨¢s f¨¦rrea la encontrar¨¢n probablemente en los miles de vecinos de estos suburbios que se niegan a abandonar el lugar donde viven desde hace d¨¦cadas y donde han visto crecer a sus hijos.
Las esperanzas de encontrar cuerpos con vida en el Morro do Bumba son tan escasas que los equipos de rescate ya trabajaban ayer con excavadoras mec¨¢nicas y no manualmente, a golpe de pala, como se viene haciendo en otras favelas. Seg¨²n la alcald¨ªa de Niteroi, el conglomerado de casas que se ha tragado la tierra fue levantado sobre un lugar que sirvi¨® de vertedero entre 1970 y 1986, de manera que, al recibir la avalancha de tierra y agua, las construcciones ?entre las que se contaban una pizzer¨ªa y una iglesia? se hundieron en medio de un amasijo de desechos y fango. El color casi negro de la tierra es el resultado de la descomposici¨®n de la basura durante las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Los rescates tambi¨¦n continuaron ayer en el Morro dos Prazeres, una de las favelas m¨¢s castigadas de R¨ªo, enclavada en el barrio de Santa Teresa. "S¨®lo de mi familia han sacado a uno muerto, otros tres est¨¢n en el hospital y cuatro siguen desaparecidos", narra Jos¨¦ Carlos con la mirada perdida en una monta?a de escombros mientras los bomberos sacan un nuevo cuerpo sin vida. El aeropuerto Santos Dumont tambi¨¦n presentaba ayer un aspecto inquietante, con la cabecera de su pista principal invadida por el vaiv¨¦n de las olas de la bah¨ªa de Guanabara.
En todo el Estado de R¨ªo se han contabilizado m¨¢s de 160 heridos de diversa gravedad desde el lunes y unas 15.000 personas han tenido que abandonar sus viviendas. Varios barrios de la capital, principalmente los m¨¢s pudientes, recobraban ayer poco a poco su ritmo de vida habitual. Ahora la preocupaci¨®n se concentra en las favelas donde sigue existiendo el riesgo de derrumbes, ya que la tierra contin¨²a encharcada. S¨®lo el fin del temporal, previsto para hoy, puede cerrar una semana infernal de la reciente historia de R¨ªo.
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