Ch¨¢vez juramenta a 30.000 milicianos en el aniversario del frustrado golpe de Estado
El presidente de Venezuela, con la espada de Sim¨®n Bol¨ªvar: "La amenaza golpista e imperialista no ha terminado ni terminar¨¢ a corto plazo"
La multitud que aclama al presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez ha cambiado radicalmente de color. Sol¨ªa ser roja, civil y bulliciosa. El martes, durante el acto organizado por el Gobierno para celebrar el octavo aniversario del regreso al poder del comandante tras el golpe de Estado de 2002, fue verde oliva, militar, silenciosa, atenta a una voz de orden cerrado para romper filas despu¨¦s del discurso presidencial. Era el mismo pueblo, seg¨²n Ch¨¢vez, pero ahora armado con fusiles y vestido de milicia para defender "la patria de (Sim¨®n) Bol¨ªvar, la revoluci¨®n socialista". En cifras oficiales, m¨¢s de 30.000 hombres y mujeres, a los que el presidente tom¨® juramento de lealtad en el que bautiz¨® como "D¨ªa de la Milicia Bolivariana, del Pueblo en Armas y de la Revoluci¨®n de Abril".
"A ver... levanten el fusil las milicias estudiantiles", les areng¨® el comandante. Y el primer bloque de tropa frente a la tarima —varias hileras de universitarios— alzaba las armas. No llevaban los fusiles Kal¨¢shnikov, de los 100.000 que recientemente compr¨® el Gobierno venezolano a Rusia, sino los viejos fusiles ligeros de asalto (FAL) que sol¨ªa usar el Ej¨¦rcito. A este gesto, Ch¨¢vez asegur¨® que Venezuela no est¨¢ en medio de ninguna "carrera armamentista": "Hay que tener cinismo para decir eso, sobre todo si lo dice ese imperio maldito que es el imperio yanqui, que un d¨ªa desaparecer¨¢ de la faz del planeta".
Los milicianos son, en su totalidad, empleados p¨²blicos, integrantes de Consejos Comunales —organizaci¨®n popular creada por el Gobierno— y estudiantes de la Universidad de la Fuerza Armada. Son amas de casa, jubilados, oficinistas... Dif¨ªcilmente se colar¨ªa entre ellos un "escu¨¢lido" (opositor). Pero, por las dudas, las armas que llevaban no ten¨ªan cargador y ni balas. Se las entregaron horas antes de comenzar el acto, tras mostrar cada uno su c¨¦dula de identidad al pie de un cami¨®n de reparto. El presidente confes¨® m¨¢s tarde que a¨²n teme un ataque en su contra: "Las conspiraciones siguen a la orden del d¨ªa, mi asesinato sigue a la orden del d¨ªa".
Luego lleg¨® la hora de la jura, y Ch¨¢vez se enfund¨® unos guantes negros para tomar en sus manos la espada de Bol¨ªvar: un sable de oro, acu?ado en diamantes que le fue obsequiado al pr¨®cer en Lima, en 1825. "Esta espada la consegu¨ª por ah¨ª, en el Banco Central, donde los escu¨¢lidos la hab¨ªan guardado. Estaba en una fr¨ªa b¨®veda. Voy a desenvainarla en ocasiones memorables, como esta". Entonces la empu?¨® sobre su cabeza, pidi¨® a los milicianos que hicieran lo mismo con el fusil, y les hizo prometer que no dar¨ªan descanso a su brazo hasta liberar a Venezuela. ?De qu¨¦? De los yanquis, de la burgues¨ªa. Les pidi¨® "radicalizar la revoluci¨®n a fondo" y "barrer" a esa burgues¨ªa de todos los espacios pol¨ªticos y econ¨®micos si acaso se aventuraba a perpetrar un magnicidio, o si se atrev¨ªa a sacar m¨¢s votos que el Partido Socialista Unido de Venezuela en los comicios parlamentarios del 26 de septiembre.
"No podemos permitir que la burgues¨ªa ocupe espacios en la Asamblea Nacional. Toda la Asamblea Nacional debe ser del pueblo", orden¨® Ch¨¢vez a sus seguidores. "Ellos no vienen a gobernar, vienen a tratar de desestabilizar el pa¨ªs, a echar atr¨¢s las leyes revolucionarias y eso no lo podemos permitir". Al hablar de "burgues¨ªa" se refer¨ªa a la pl¨¦yade de partidos de oposici¨®n agrupados en la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica, que van desde la extrema derecha a la extrema izquierda. A diferencia de las elecciones parlamentarias de 2005, a las que la oposici¨®n decidi¨® no presentarse, esta vez la Mesa de la Unidad se ha propuesto llevar candidatos ¨²nicos para asegurarse tantos esca?os como sea posible. Y Ch¨¢vez, que hoy en d¨ªa cuenta con el voto de las dos terceras partes del Parlamento, ya se hab¨ªa acostumbrado a gobernar solo.
En 2007, Ch¨¢vez ret¨® al Rey de Espa?a a revelar si conoc¨ªa el golpe de Estado de Caracas en 2002 durante la Cumbre Iberoamericana de 2007 en Montevideo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.