Los tribunales chinos condenan a muerte a un segundo infanticida
Xu Yuyuan hiri¨® a 29 ni?os y tres adultos un d¨ªa despu¨¦s de la ejecuci¨®n del primer agresor de la ola de ataques a escuelas
La Justicia china ha condenado hoy a muerte a Xu Yuyuan, que el 29 de mayo hiri¨® a 29 ni?os y tres adultos en una guarder¨ªa, en lo que supone la segunda pena capital de la grave ola de ataques a escuelas que dura ya dos meses. Xu, seg¨²n informa la agencia oficial Xinhua, ha sido declarado culpable de homicidio intencionado por el Tribunal Popular Intermedio de Taixing, en provincia oriental de Jiangsu -donde se produjo el suceso-, en un juicio que se ha ventilado en una sola jornada y al que han asistido 300 personas.
El agresor, de 47 a?os, atac¨® con un cuchillo a los ni?os, dos maestros y un guardia de seguridad del centro educativo. Ese suceso se produjo un d¨ªa despu¨¦s de que Zheng Minsheng, un hombre de 42 a?os, fuera ejecutado por causar la muerte de ocho ni?os en la provincia suroriental de Fujian. Zheng, un cirujano que hab¨ªa perdido su trabajo y su novia, fue precisamente el que inici¨® la cadena de agresiones el 23 de marzo. Tras su ejecuci¨®n, se han producido al menos seis agresiones en escuelas y guarder¨ªas chinas, la ¨²ltima de ellas el mi¨¦rcoles 12 de mayo, en la que murieron 10 personas (entre ellas el agresor, que se suicid¨®, y siete ni?os).
En busca del porqu¨¦ de los ataques
La cadena de ataques a ni?os en centros educativos chinos, en la que han muerto una veintena de personas -la mayor¨ªa ni?os- y otras 70 han resultado heridas, ha causado una enorme alarma y desconcierto en la sociedad china, que ha empezado a buscar las razones psicol¨®gicas y sociales de este fen¨®meno y se pregunta si debe hacer algo m¨¢s que aumentar la seguridad. El primer ministro, Wen Jiabao, ha prometido soluciones "profundas" para este problema que, hasta ahora, se afrontaba con el env¨ªo de polic¨ªas y guardias a los centros escolares. En esta l¨ªnea, el ministro de Seguridad P¨²blica, Meng Jianzhu, pidi¨® atenci¨®n psicol¨®gica a "individuos antisociales y paranoicos" como los que han cometido las agresiones, todos de entre 30 y 50 a?os y con conflictos laborales, econ¨®micos o sentimentales.
En el ¨²ltimo ataque, por ejemplo, el agresor manten¨ªa un conflicto con la propietaria de la guarder¨ªa (una de las v¨ªctimas mortales), a la que hab¨ªa alquilado el local, pero el contrato hab¨ªa terminado el mes pasado y ella quer¨ªa seguir en la casa donde mont¨® la guarder¨ªa. El ministro tambi¨¦n pidi¨® a la Polic¨ªa que "hable m¨¢s con la gente, para resolver disputas con el fin de reducir conflictos sociales". Los medios de comunicaci¨®n, por su parte, han recibido ¨®rdenes de no destacar las informaciones sobre la ola de ataques ante el temor a que la publicaci¨®n de estas noticias anime a otros criminales potenciales.
Expertos chinos han empezado a reflexionar sobre la cadena de ataques y se preguntan si tienen su origen en los problemas sociales que el r¨¢pido crecimiento econ¨®mico del pa¨ªs ha producido en 30 a?os, tales como la creciente diferencia entre ricos y pobres o la falta de atenci¨®n psicol¨®gica a quienes la necesitan -el sistema sanitario chino pas¨® a ser de pago en los a?os ochenta-. "Los atacantes no ven oportunidades en una sociedad polarizada, es un problema muy grave", destaca, en el diario South China Morning Post, Yu Jianrong, de la Academia China de Ciencias Sociales.
Xu Youyu, otro experto de la misma academia, tambi¨¦n alerta del derrumbe de valores que muestran estos ataques en una civilizaci¨®n, la china, donde los ni?os han sido siempre se?al de m¨¢xima felicidad
en el seno familiar y m¨¢s en la actual China de la pol¨ªtica del "hijo ¨²nico". Con todo, China es considerada todav¨ªa, como otros pa¨ªses de Asia Oriental, una naci¨®n con menores ¨ªndices de delincuencia que Occidente, y a¨²n hay quienes siguen manteniendo que el aumento de la seguridad es el enfoque correcto para salir de esta crisis.
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