Calder¨®n denuncia ante el Congreso la responsabilidad de EE UU en el narcotr¨¢fico
El presidente de M¨¦xico vuelve a condenar la ley de inmigraci¨®n de Arizona
El presidente de M¨¦xico, Felipe Calder¨®n, ha llevado hasta el Congreso de Estados Unidos la denuncia por las responsabilidades de este pa¨ªs en los problemas que desestabilizan la frontera y dificultan la convivencia: la inmigraci¨®n ilegal y la violencia. Menos rotundo ha sido en el reconocimiento de las responsabilidades del propio M¨¦xico en una situaci¨®n que es causa de alarma entre los dos distantes vecinos de Norteam¨¦rica.
M¨¦xico y Estados Unidos comparten la culpa de los problemas que enturbian sus relaciones y obstaculizan su progreso. Estados Unidos aporta los consumidores que sostienen el mercado mexicano de las drogas y las armas que empu?an los narcotraficantes. M¨¦xico permite la corrupci¨®n institucional en la que ese negocio florece. Estados Unidos abusa de los inmigrantes ilegales que, a su vez, huyen del fracaso de las autoridades mexicanas para ofrecerles un horizonte de prosperidad.
Calder¨®n, en su segundo d¨ªa de visita oficial a Estados Unidos, ha intervenido ante un pleno de las dos c¨¢maras del Congreso para recordar que, sin la colaboraci¨®n activa de este pa¨ªs, ser¨¢ imposible acabar con el narcotr¨¢fico o poner orden en el caos migratorio.
"Siento un profundo respeto por la Constituci¨®n norteamericana y el derecho que consagra a poseer armas de fuego, pero tienen que saber que muchas de esas armas no van a manos de honestos ciudadanos sino a manos de criminales", ha manifestado el presidente mexicano, que tambi¨¦n ha pedido una pol¨ªtica m¨¢s eficiente para reducir el consumo de drogas entre la poblaci¨®n estadounidense.
M¨¢s del 90% de las exportaciones de coca¨ªna procedente de M¨¦xico tienen como destino el mercado norteamericano. La violencia generada por ese peligroso negocio se cobr¨® el a?o pasado alrededor de 6.500 vidas en M¨¦xico. Las autoridades de ese pa¨ªs se incautaron en los ¨²ltimos cinco a?os de unas 45.000 armas de fuego vendidas en Estados Unidos. Aunque recientemente la Administraci¨®n norteamericana ha puesto en marcha medidas m¨¢s severas para controlar el tr¨¢fico fronterizo, estas son todav¨ªa muy insuficientes para acabar con esas dram¨¢ticas cifras.
En manos de los congresistas a los que se ha dirigido Calder¨®n est¨¢ la adopci¨®n de normas m¨¢s contundentes, cuya promulgaci¨®n choca frecuentemente con la necesidad de mantener la fluidez del enorme volumen de comercio imprescindible a ambos lados de la frontera.
En manos de los congresistas est¨¢ tambi¨¦n la regulaci¨®n del tr¨¢fico de personas, que sirve de ox¨ªgeno a la empobrecida poblaci¨®n mexicana y del que se aprovechan miles de empresas en los estados sure?os norteamericanos. Solo una ambiciosa ley migratoria podr¨ªa encarar esa situaci¨®n con posibilidades de ¨¦xito. Pero esa reforma, que exigir¨ªa, tal y como ahora mismo est¨¢ propuesta, la legalizaci¨®n de m¨¢s de diez millones de indocumentados, se estrella a su vez con los intereses pol¨ªticos de muchos de los que escuchaban a Calder¨®n.
George Bush ya intent¨® una reforma migratoria sin conseguirlo. Barack Obama la plante¨® como una de las prioridades para este a?o y le a ser muy dif¨ªcil lograrlo. Incluso entre su propio partido, hay varios congresistas que, a cinco meses de las elecciones legislativas, se niegan a abordar el asunto. Entre la oposici¨®n republicana, por el momento, el rechazo es casi un¨¢nime.
El debate se ha acelerado a ra¨ªz de la ley recientemente instaurada en Arizona que convierte en delito la inmigraci¨®n ilegal y permite a la polic¨ªa pedir documentos a cualquier sospechoso de haber entrado en el pa¨ªs de forma clandestina. Calder¨®n ha vuelto a condenar esa ley que, seg¨²n ha dicho, "no solo ignora una realidad que no puede ser borrada por decreto sino que introduce la terrible idea de la discriminaci¨®n racial".
Esa ley obedece en parte al vac¨ªo dejado por el Gobierno federal por la incapacidad para sacar adelante una legislaci¨®n de car¨¢cter nacional, lo cual ha variado algo el c¨¢lculo sobre lo que puede ser m¨¢s rentable electoralmente: si seguir de brazos cruzados o correr el riesgo de actuar.
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