?Pueden evaporarse los pa¨ªses?

En las elecciones belgas de ayer confluyen dos fuertes vectores de cambio. De una parte, un lento y persistente movimiento centr¨ªfugo que viene de lejos, medio siglo como m¨ªnimo, por el que cada elecci¨®n es un paso m¨¢s hacia la separaci¨®n entre las dos comunidades que conforman el pa¨ªs, flamencos y valones. De la otra, la colosal turbulencia de la globalizaci¨®n, que rompe fronteras, mueve poblaciones, acopla econom¨ªas, desoccidentaliza el mundo, encoge a los europeos y arruina y enriquece aleatoriamente seg¨²n c¨®mo golpean las olas de sus mareas. Ambos movimientos son los que han conducido a la Nueva Alianza Flamenca de De Wever a convertirse ayer en el primer partido de un pa¨ªs como B¨¦lgica, cuya existencia considera obsoleta su programa.

Las complicaciones que esperan ahora a los belgas descartan cualquier posibilidad de protagonismo en su presidencia europea, que empieza el 1 de julio al terminar la espa?ola. La formaci¨®n de un gobierno es una de las operaciones m¨¢s largas y delicadas de la pol¨ªtica belga. El protagonismo temporal es para unos intermediarios que nombra el rey para negociar con los partidos bajo los curiosos nombres de informadores, formadores, negociadores, facilitadores o moderadores, seg¨²n el momento y car¨¢cter de los tratos pol¨ªticos, y nadie estar¨¢ para la presidencia europea. La m¨¢s larga de estas operaciones se produjo despu¨¦s de las elecciones de junio de 2007, sin mayor¨ªa clara de gobierno.

Ahora, parad¨®jicamente, un belga franc¨®fono y socialista, de origen y nombres italianos, Elio di Rupo, puede ser el hombre de la situaci¨®n, e incluso el primer ministro. Si tarda en llegar, como ha sucedido otras veces, otro belga, el flamenco Herman van Rompuy con su gabinete de asesores, tambi¨¦n flamencos casi todos, ser¨¢ quien sacar¨¢ provecho de la interinidad como presidente del Consejo Europeo y asumir¨¢ todo el protagonismo del turno semestral de su pa¨ªs al frente de los consejos de ministros de la Uni¨®n Europea. No ser¨¢ tan s¨®lo protagonismo: dos presidencias seguidas en crisis, la econ¨®mica espa?ola y la pol¨ªtica belga, conducen a la extinci¨®n pr¨¢ctica de la presidencia semestral. Rompuy puede darse por satisfecho. Quiz¨¢s B¨¦lgica llegue a evaporarse alg¨²n d¨ªa, pero no sus pol¨ªticos. Lo que se evapora, de momento, es la presidencia semestral de la Uni¨®n Europea.