El destino de la mujer condenada a ser lapidada en Ir¨¢n sigue en el aire
Fuentes de las autoridades iran¨ªes aseguran que suspenden la lapidaci¨®n por la presi¨®n internacional pero sigue la condena a muerte.- El abogado de Ahstiani dice no saber nada
La mujer condenada a muerte por adulterio en Ir¨¢n no ser¨¢ lapidada, seg¨²n han anunciado las autoridades iran¨ªes. Sin embargo, el abogado de de la v¨ªctima asegura que no tiene constancia de ning¨²n tipo de decisi¨®n por parte de las autoridades iran¨ªes.
De cumplirse lo dicho por las fuentes iran¨ªes, el r¨¦gimen de Teher¨¢n cede en principio a la presi¨®n internacional, pero s¨®lo en parte, ya que sigue condenada a muerte. Amnist¨ªa Internacional (AI), que lleva a cabo una campa?a de firmas para salvarla, asegura que en el comunicado del Gobierno iran¨ª s¨®lo se dice que no va a ser lapidada pero no menciona que vaya a conmutarse su pena de muerte, por lo que puede ser ejecutada "en cualquier momento". El m¨¦todo de ejecuci¨®n m¨¢s usual en Ir¨¢n es "el ahorcamiento", a?ade AI.
La sentencia a muerte por lapidaci¨®n para Ahstiani, de 43 a?os y madre de dos hijos, implicaba ser enterrada hasta el pecho y golpeada hasta la muerte con piedras que no sean tan grandes como para matarla de forma instant¨¢nea ni tan peque?as que no le causen da?o, tal como establece el c¨®digo penal de la Rep¨²blica Isl¨¢mica.
"No hay pruebas en su caso que justifiquen esta sentencia inhumana", denunci¨® la Campa?a Internacional por los Derechos Humanos en Ir¨¢n, la primera en dar la voz de alarma. La campa?a respond¨ªa al llamamiento del abogado de Ashtiani, Mohammad Mostafae¨ª, quien, agotadas todas las instancias, difundi¨® el caso en su blog. Desde entonces, Amnist¨ªa y Human Rights Watch, entre otras, se han sumado a la movilizaci¨®n internacional pidiendo su perd¨®n.
El c¨®digo penal vigente en Ir¨¢n desde la revoluci¨®n isl¨¢mica de 1979 establece la lapidaci¨®n para los ad¨²lteros, pero de acuerdo con esa pol¨¦mica interpretaci¨®n de la shar¨ªa (ley isl¨¢mica), el delito debe probarse por la confesi¨®n repetida del acusado o el testimonio de cuatro testigos varones (o de tres hombres y dos mujeres). El ayatol¨¢ Mohammad Ebrahim Yannati asegura que no hay base religiosa para ese castigo.
Ashtiani hab¨ªa sido condenada con anterioridad a 99 latigazos por "relaci¨®n il¨ªcita" con el presunto asesino de su marido. Sin embargo, otro tribunal reabri¨® el caso y decidi¨® que dicha relaci¨®n se hab¨ªa producido en vida del finado, por lo que constitu¨ªa "adulterio", a pesar de carecer de testigos. En el juicio, la mujer se retract¨® de la confesi¨®n que hizo durante el interrogatorio porque dijo que hab¨ªa sido coaccionada. Desde entonces ha negado la acusaci¨®n y pedido clemencia. Adem¨¢s, seg¨²n su abogado, tiene dificultades para entender el persa, porque pertenece a la minor¨ªa azer¨ª que habla un dialecto turco.
Seg¨²n Amnist¨ªa, "las circunstancias que rodean el caso de Ashtiani no son la excepci¨®n, sino la regla en Ir¨¢n", donde al menos otras ocho mujeres y tres hombres corren el riesgo de ser lapidados. Como resultado del di¨¢logo con la UE, el poder judicial decret¨® una moratoria de esa pena en diciembre de 2002. Igual que otros avances conseguidos durante el mandato del reformista Mohamed Jatam¨ª, no se convirti¨® en ley. As¨ª que se han seguido pronunciando veredictos de lapidaci¨®n y los jueces m¨¢s conservadores las han ejecutado. El ¨²ltimo caso conocido se produjo en enero del a?o pasado en la ciudad de Mashhad.
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