"Ahora no van a entender nada"
Un superviviente del accidente a¨¦reo de los Andes de 1972 asegura que la fama perturbar¨¢ a los 33 mineros
Todo el aluvi¨®n de entrevistas, regalos, ofertas, petici¨®n de aut¨®grafos, viajes, presentaciones ante los pol¨ªticos m¨¢s poderosos del pa¨ªs y parte del extranjero... Todo eso lo vivieron hace 38 a?os los supervivientes del avi¨®n Fairchild F-227 de la Fuerza A¨¦rea uruguaya que se estrell¨® en la cordillera de los Andes tal d¨ªa como hoy: un mi¨¦rcoles 13 de octubre. De aquellos 40 pasajeros y 5 tripulantes, al cabo de 72 d¨ªas incomunicados en la monta?a, solo sobrevivieron 16. Y para hacerlo tuvieron que alimentarse con la carne de sus propios amigos. Esta semana, varios de ellos volvieron a cruzar la cordillera para disputar, como cada a?o, el partido que no pudieron jugar entonces . Gustavo Zerbino, quien entonces estudiaba Medicina y ahora imparte conferencias sobre motivaci¨®n personal, quiso vestir el dorsal n¨²mero 33 en honor a los mineros. En conversaci¨®n telef¨®nica desde Santiago de Chile se mostraba convencido de que, en las primeras horas, los mineros sentir¨ªan "gran felicidad y euforia". Pero advirti¨®: "Estos chicos van a ser distintos a los que quedaron atrapados. Cuando entraron en la mina eran personas humildes. Hoy todo el mundo est¨¢ pendiente de ellos. No van a entender nada".
Zerbino cree que tampoco les resultar¨¢ f¨¢cil evadir la posible presi¨®n de los medios . "A nosotros nos acos¨® mucho la prensa. Pero dispon¨ªamos de espacio, and¨¢bamos con moto y con cascos. Nuestras familias nos protegieron envi¨¢ndonos a otros lugares distintos de donde viv¨ªamos. Adem¨¢s, ¨¦ramos muy j¨®venes, muy fuertes y el mundo nos hab¨ªa abandonado. Por eso, a nosotros nos importaba tres carajos el mundo. Pero ellos se han salvado gracias al mundo".
Los mineros han intentado crear una asociaci¨®n, de modo semejante a la que fundaron los supervivientes de los Andes, para gestionar sus apariciones en p¨²blico. Algunos canales les han ofrecido m¨¢s de 4.000 euros por la exclusiva de sus primeras declaraciones, cuando algunos de ellos apenas cobraban 500 euros al mes. Ante esa situaci¨®n, los mineros debatieron un acuerdo: que cada uno hable lo que quiera de s¨ª mismo, pero no de los dem¨¢s.
El caso de los supervivientes uruguayos fue distinto. "A nosotros nunca nos ofreci¨® nadie dinero por una entrevista. Pero hoy el mundo es muy materialista; aunque a m¨ª me parece perfecto que hagan lo que deseen". Tampoco temi¨® Zerbino nunca lo que sus amigos pudieran contar de ¨¦l. "Nos conoc¨ªamos desde peque?os, nos daba todo igual. Y estoy seguro de que ninguno de ellos se va a arrepentir de nada de lo que haya hecho all¨ª abajo".
Zerbino y sus amigos han recorrido medio mundo ofreciendo conferencias. Salieron de aquella experiencia m¨¢s fuertes y mejor preparados para superar cualquier problema. Pero contaban con una formaci¨®n acad¨¦mica y un entorno cultural con el que nunca contaron la gran parte de los mineros. A pesar de ese detalle, Zerbino se muestra optimista sobre la vida que les espera a los 33: "Todos los seres humanos tienen una gran capacidad de adaptaci¨®n. Estoy seguro de que ellos van a saber convertir este problema en una oportunidad, lo mismo que hicimos nosotros".
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