Chile conmueve al mundo con el rescate de los 33 mineros
El pa¨ªs celebra el rescate de los trabajadores, atrapados en la mina San Jos¨¦ desde el 5 de agosto. - La operaci¨®n, de 22 horas, funcion¨® como un reloj.- El ¨²ltimo en salir, el jefe Urz¨²a, lleg¨® a la superficie a las 21.55 hora local (2.55 del jueves en la pen¨ªnsula espa?ola).- "Chile es ahora m¨¢s respetado en el mundo entero", subraya el presidente Pi?era
"A mil, a mil, hay que celebrar: las vuvuzelas de Sud¨¢frica". En las calles de Copiap¨® los vendedores anuncian las trompetas de pl¨¢stico que llenaron de zumbidos los estadios en la Copa del Mundo de f¨²tbol de Sud¨¢frica. Cuestan mil pesos (unos dos euros), y son una demostraci¨®n m¨¢s del j¨²bilo que ha inundado Chile al concluir con ¨¦xito el rescate m¨¢s espectacular de su historia. La operaci¨®n en el desierto de Atacama, seguida por una audiencia global de mil millones de personas, ha despertado el orgullo chileno y desatado la euforia en la boca del estrecho t¨²nel por el que los trabajadores volvieron a la vida.
Sobre las nueve y media de la noche del martes (hora local), la c¨¢psula F¨¦nix descend¨ªa por el conducto en busca del ¨²ltimo minero. Mientras, las c¨¢maras situadas en el interior de las galer¨ªas para retransmitir en directo la operaci¨®n enfocaban a Luis Urz¨²a. El jefe de turno, el l¨ªder de los mineros, se paseaba como un animal enjaulado por las galer¨ªas. Daba gritos, se jaleaba a s¨ª mismo, los rescatadores le aplaud¨ªan.
Al fin la c¨¢psula lleg¨® y Urz¨²a comenz¨® su ascenso por el t¨²nel de 66 cent¨ªmetros de di¨¢metro, cubierto de agua y completamente oscuro. Diez minutos despu¨¦s estaba en el exterior. Un grito de j¨²bilo llen¨® el campamento Esperanza, y Chile suspir¨® al fin. Los 33 mineros rescatados hab¨ªan pasado 70 d¨ªas atrapados en las galer¨ªas de la mina San Jos¨¦. Entre v¨ªtores a Urz¨²a lo envolvieron en la bandera y acudi¨® a saludarle afectuosamente el presidente Sebasti¨¢n Pi?era, omnipresente en todo el proceso. Antes de que comenzaran los fastos y todos empezaran a cantar el himno, Urz¨²a tuvo tiempo de hacer una petici¨®n: "Que esto no vuelva a pasar", en referencia a las malas condiciones de trabajo en la mina, responsables del derrumbe.
La alegr¨ªa de la celebraci¨®n estuvo mezclada con cierta solemnidad. Urz¨²a bes¨® a sus familiares, pero mientras en las calles de Copiap¨® sonaban las vuvuzelas y en el campamento cantaban las familias de los rescatados, sigui¨® hablando con el presidente de las condiciones en la mina. Dentro de la mina, los rescatadores desplegaron una bandera con un mensaje: "Misi¨®n cumplida, Chile".
Minutos despu¨¦s, Pi?era recog¨ªa el guante lanzado por Urz¨²a en su discurso ante las c¨¢maras de todo el mundo: "Lo dijimos desde el primer d¨ªa. Esto no va a quedar impune. Ha sido una gran lecci¨®n para mejorar procedimientos, no solo en la miner¨ªa", dijo. Las condiciones de los trabajadores ocuparon el centro de su alocuci¨®n, al lado de soflamas patri¨®ticas, religiosas y demostraciones de alegr¨ªa: "Los que tengan que pagar, pagar¨¢n", insisti¨®, antes de concluir con un agradecimiento a todo el equipo de rescate el trabajo desempe?ado y un mensaje que refleja la ola de orgullo nacional que ha inundado el pa¨ªs andino: "Chile es ahora m¨¢s respetado, m¨¢s valorado en el mundo entero. No es el mismo pa¨ªs que ten¨ªamos 69 d¨ªas atr¨¢s".
El presidente, que anunci¨® que todos los supervivientes ser¨¢n recibidos con honores en la Casa de la Moneda, asegur¨®: "Hoy d¨ªa siento que Chile est¨¢ preparado para grandes cosas. Estamos preparados para enfrentar los desaf¨ªos que el futuro nos va a traer".
Como un reloj
El operativo funcion¨® como un reloj. A buen ritmo y sin problemas t¨¦cnicos, concluy¨® tras 22 horas de ascensos y descensos cada vez m¨¢s r¨¢pidos al interior de la mina. El viaje de la c¨¢psula F¨¦nix para sacar al primer minero, Florencio ?valos , dur¨® casi una hora; el del ¨²ltimo, en el que sali¨® el jefe Urz¨²a, poco m¨¢s de veinte minutos. El ministro de Salud chileno, Jaime Ma?alich, hab¨ªa avisado de que una neblina que en el desierto de Atacama denominan camanchaca podr¨ªa hacer que el ritmo bajara, pero hasta el cielo pareci¨® estar de parte de los mineros y no obstaculiz¨® el proceso.
Los liberados se encuentran en buen estado de salud. Tras saludar a sus familiares m¨¢s cercanos, todos pasaban un m¨®dulo de aislamiento, donde recib¨ªan tambi¨¦n la visita de un n¨²mero reducido de familiares. Luego eran trasladados en helic¨®ptero al hospital de San Jos¨¦ en Copiap¨®, capital de la regi¨®n de Atacama. En d¨ªas pasados el Gobierno dijo que deber¨ªan permanecer 48 horas en el hospital, pero ayer se inform¨® de que algunos podr¨ªan salir antes porque se encontraban perfectamente. Sin embargo, otros ven¨ªan con lesiones muy graves en las enc¨ªas y deber¨¢n someterse a cirug¨ªa general.
El Ejecutivo anunci¨® tambi¨¦n que ayudar¨¢ a los rescatados a encontrar nuevos trabajos, al tiempo que las familias han indicado que corresponde a los propios afectados decidir si van a volver a ejercer como mineros. La portavoz del Gobierno, Ena Von Baer, dijo ayer que el Ministerio del Trabajo apoyar¨¢ a los mineros en la b¨²squeda de nuevos empleos. "Nos queda un desaf¨ªo muy grande", subray¨®.
Los 33 que escaparon de la muerte
"?Y t¨² d¨®nde estabas cuando rescataron a los 33 mineros?". Los periodistas chilenos que cubr¨ªan ayer el rescate de los trabajadores dec¨ªan que durante muchos a?os la gente se har¨¢ esta pregunta en el pa¨ªs. La retransmisi¨®n recordaba la llegada del hombre a la Luna. Cuando la c¨¢psula dise?ada con la ayuda de la NASA baj¨® hasta los 622 metros de profundidad, los chilenos pudieron ver c¨®mo varios mineros descamisados saludaban a su rescatador. A trav¨¦s de Internet y de la televisi¨®n presenciaron c¨®mo el primero de ellos en subir, Florencio ?valos , se desped¨ªa de los compa?eros con los que hab¨ªa compartido 69 d¨ªas de angustias y emprend¨ªa el viaje m¨¢s largo: 15 minutos de suspense a lo largo de un oscuro t¨²nel.
Su esposa lo esperaba al lado del presidente chileno, Sebasti¨¢n Pi?era, y su hijo Byron, de ocho a?os, no pod¨ªa contener las l¨¢grimas. En el campamento, alrededor de las hogueras, frente a una pantalla gigante o en lo alto de los cerros, cientos de personas estallaron en aplausos. Tambi¨¦n los periodistas. El campamento se hab¨ªa convertido en un lugar donde se subastaban las entrevistas con los mineros y se las llevaba el que m¨¢s dinero ten¨ªa.
Durante ese tiempo algunos familiares de los atrapados hab¨ªan hablado mal de otros, se hab¨ªan producido disputas por ver qui¨¦n abrazar¨ªa primero a su ser querido. Pero en medio de todo eso, de pronto, se hizo evidente la ¨²nica verdad: 33 hombres escaparon de la muerte.
El segundo en llegar fue Mario Sep¨²lveda , el hombre que hab¨ªa ejercido de periodista durante las grabaciones de v¨ªdeo que filmaban a 700 metros de profundidad. Siempre hab¨ªa provocado las sonrisas de los dem¨¢s y ayer no pod¨ªa ser de otra forma. Desde antes de que asomara la c¨¢psula a la superficie ya ven¨ªa gritando. Cuando apareci¨®, abraz¨® al presidente; al ministro de Miner¨ªa, Laurence Golborne, le llam¨® "jefazo", y levant¨® el ¨¢nimo de todos los t¨¦cnicos gritando el lema que m¨¢s se oy¨® esa noche en la mina: "?Ceache¨ª, ele¨¦, chi-chi-ch¨ª, le-le-l¨¦, los mineros de Chi-l¨¦!".
Mientras lo met¨ªan en la camilla para someterse al primer chequeo m¨¦dico, dijo a los encargados: "Oigan, el asado no se me ha olvidado". Apenas hab¨ªa pasado una hora y ya comparec¨ªa junto a su mujer y sus hijas ante las c¨¢maras en un discurso donde una vez m¨¢s dej¨® muestras sobradas de que se encuentra ante ellas como pez en el agua: "Estuve con Dios y estuve con el diablo. Me pelearon y gan¨® Dios, me agarr¨¦ de la mejor mano. Lo ¨²nico que les pido es que no me traten ni como artista ni periodista. Yo quiero que me sigan tratando como el Mario Antonio Sep¨²lveda Espinaze... trabajador, el minero. Yo quiero seguir trabajando porque creo que nac¨ª para morir amarradito al yugo, como digo yo. La vida a m¨ª me ha dado cosas muy lindas... me ha tratado muy mal, me ha tratado duro muy duro, pero ?les digo algo...? Creo que he aprendido cosas maravillosas y a tomar los buenos caminos de la vida".
Durante los dos meses que dur¨® la cat¨¢strofe se habl¨® mucho de la promiscuidad de los mineros en su vida privada. Se supo que varios de ellos ten¨ªan varias mujeres. Incluso la esposa del presidente chileno, Cecilia Morel, indic¨® en una visita al campamento de la mina San Jos¨¦ que el estilo de vida de los mineros viene dado por el hecho de que muchos trabajan muy lejos de sus casas.
Mario Sep¨²lveda tambi¨¦n hizo referencia a esa cuesti¨®n en su intervenci¨®n: "Para aquellas personas que tienen la posibilidad de estar en la casa, llamar a sus esposos, llamar a sus esposas... h¨¢ganlo. Aquellas personas que tienen la posibilidad de hablar con su esposo antes de hacer cosas indebidas. O el esposo que tenga la posibilidad de hacer cosas indebidas, antes de enga?ar a su esposa, yo creo que antes de hacer eso tienen que hablarlo. No terminar las cosas as¨ª como as¨ª, nada m¨¢s. Yo creo que el amor es lo m¨¢s hermoso que puede existir en la vida. Enterr¨¦ 40 a?os de mi vida y voy a vivir muchos a?os m¨¢s para hacer un nuevo renacer".
"Gracias, Dios"
Los psic¨®logos hab¨ªan insistido mucho en que los 33 mineros que quedaron atrapados el 5 de agosto no ser¨ªan los mismos que iban a ser rescatados. Y en efecto, salieron 33 hombres mucho m¨¢s religiosos de lo que eran hace dos meses. Llegaron con una camiseta encargada por el hermano de Jos¨¦ Henr¨ªquez , el gu¨ªa espiritual de todos ellos, donde se le¨ªa: "Gracias, se?or".
Como ejemplo, poco despu¨¦s de las cinco de la noche (hora local) emerg¨ªa Samuel ?valos, de 43 a?os, que dijo haber experimentado un proceso de conversi¨®n que le hizo sentirse "cerca de Dios" y alejarse de la droga y la bebida, adicciones que marcaron sus ¨²ltimos 21 a?os, seg¨²n explic¨® su pareja, Ruht Guzm¨¢n Donoso, con quien tiene un hijo de 18, uno de 9 y otro de 2, aunque nunca llegaron a casarse. Al salir, ?valos bes¨® a Ruth, con la que dijo tener "una conversaci¨®n pendiente". A trav¨¦s de una de las cartas que Ruth mand¨® a Samuel en la mina, ella le ped¨ªa matrimonio, a lo que ¨¦l contest¨®: "Al salir lo hablamos".
El propio presidente, Sebasti¨¢n Pi?era, en la boca del pozo, no dejaba de mencionar a Dios. Y tambi¨¦n expres¨® en varias ocasiones algo que siempre estuvo presente en muchas familias: el hecho de que fuesen 33 los mineros atrapados no era una casualidad, sino una predestinaci¨®n del cielo. Esa era la edad de Cristo, 33 d¨ªas tard¨® la perforadora del plan B en contactar con ellos, 33 minutos tard¨® la ambulancia en un simulacro de la mina al hospital y el presidente recordaba que estaban siendo rescatados el 13 del 10 del (20)10, que suma 33.
Los mineros y los familiares saben que despu¨¦s de la euforia del primer abrazo el reencuentro no ser¨¢ un camino de rosas. Pero ya est¨¢n mentalizados. La madre de Daniel Herrera , el m¨¢s mimado de todos los mineros, dec¨ªa: "Ahora yo tengo mucho que aprender con ¨¦l, porque va a ser como volver a criarlo".
Una charla con Evo
El minero boliviano, Carlos Mamani, fue liberado a las 8.09. Su esposa, Ver¨®nica Quispe, le estaba esperando con una bandera de su pa¨ªs. Pi?era le dio la bienvenida a la "superficie, a la vida y a su esposa". Mamani, padre de una beb¨¦ de un a?o y cuatro meses, llevaba s¨®lo cinco d¨ªas trabajando en la mina cuando el derrumbe del 5 de agosto lo convirti¨® en uno de los protagonistas de esta historia de resistencia en las m¨¢s adversas condiciones.
El minero boliviano fue saludado por el presidente de su pa¨ªs, Evo Morales, que lleg¨® poco antes de las dos de la tarde a Copiap¨®. "Sorprendido, impresionado del trabajo que hizo el presidente de Chile (...), una acci¨®n humanitaria por los mineros atrapados", declar¨® el dirigente, que convers¨® durante algunos minutos con Mamani.
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