Derrota de la primera mujer que quiso presidir a los Navajos
Ben Shelly se impone a Lynda Lovejoy por 52,7% de los votos frente al 47,3%.- Los Navajos son la mayor de las tribus ind¨ªgenas que viven en EEUU y abarca partes de Arizona, Nuevo M¨¦xico y Utah
Las elecciones han dejado a las puertas de la victoria a la primera mujer que quiso ser presidenta de los Navajos, la naci¨®n ind¨ªgena m¨¢s grande de EEUU, quien finalmente, y tras un re?ido voto, perdi¨® frente a su rival masculino. Dentro de la gran batalla pol¨ªtica que se libr¨® en el pa¨ªs, donde se celebraron elecciones legislativas, se produjo un voto para decidir el futuro de un territorio semi-aut¨®nomo del suroeste americano que se encuentra sumido en peleas de poder, corrupci¨®n y graves problemas sociales.
En los comicios, se enfrentaban Ben Shelly y Lynda Lovejoy. Seg¨²n ha publicado el peri¨®dico Navajo Times, el primero se ha impuesto a la segunda por 52,7% de los votos frente al 47,3%. Shelly ha ganado a pesar de las acusaciones que lo involucraban en los asuntos de corrupci¨®n que acabaron con el Gobierno de su predecesor, Joe Shirley. Los resultados han contradicho las encuestas que colocaban a Lovejoy como favorita en una campa?a que resucit¨® viejas cr¨ªticas respecto al papel de la mujer en la sociedad ind¨ªgena.
La derrotada ha pedido el recuento del voto y ha asegurado que no se present¨® a las elecciones "como una mujer", sino para servir a su pueblo. Los Navajos son la mayor de las tribus ind¨ªgenas que viven en EE UU y que mantienen su soberan¨ªa mediante una relaci¨®n especial de "gobierno a gobierno" con el Estado federal, basada en tratados firmados entre 1778 y 1871.
Su sistema pol¨ªtico se ha sostenido, a pesar de una historia de desplazamientos forzados por la llegada de colonos europeos a su territorio, el alcoholismo, el fracaso escolar y el desempleo, que supera el 50%. En este ambiente, y en un espacio pol¨ªtico dominado por hombres, la candidatura de Lovejoy se fragu¨® con mucho esfuerzo. Este fue su segundo intento de gobernar a su pueblo, ya que fracas¨® en las primarias de 2006.
Su campa?a pol¨ªtica para la presidencia navaja se encontr¨® con un fuerte sector conservador que, tirando de la mitolog¨ªa de esta tribu india, llegaba a asegurar que iban a nacer "monstruos" de las madres navajas si una mujer era la l¨ªder. "Ellos, ni?os de mal car¨¢cter, ser¨¢n los que crezcan y destruyan a nuestra gente", afirmaba Eunice Manson, una curandera navaja en declaracones a la radio p¨²blica NPR.
La pol¨ªtica, un coto masculino
Esa desconfianza hacia el liderazgo de una mujer choc¨® con la campa?a de Lovejoy, que recalcaba el papel que tienen ellas en una sociedad matriarcal como la navaja. En la comunidad, las mujeres son reverenciadas como madres y consultadas como iguales en decisiones del d¨ªa a d¨ªa, pero la pol¨ªtica institucional ha sido un coto privado masculino. Lovejoy apel¨® con pasi¨®n a su condici¨®n de mujer y madre. "Como madre, espero que [en el Gobierno] pueda manejar mis responsabildades como una madre que cr¨ªa a sus hijos", declaraba en un v¨ªdeo de su campa?a (consulta la presentaci¨®n de su candidatura en dos v¨ªdeos -I y II- de YouTube).
En las mismas im¨¢genes, mujeres ped¨ªan el voto para Lovejoy por sus cualidades femeninas, como la "habilidad natural de amar y cuidar" de las madres navajas, o su capacidad de gobernar que demostraba "la fortaleza mental de la mujer para gestionar su hogar". Sin embargo, el mensaje no convenci¨® al electorado. Tampoco lo hicieron sus or¨ªgenes humildes. Lovejoy naci¨® en una aldea en las planicies remotas del sudoeste de EEUU y creci¨® compartiendo con doce miembros de su clan dos habitaciones dde un "hogan", la caba?a t¨ªpica india.
Como todav¨ªa algunos pueblos ind¨ªgenas en EEUU, su supervivencia depend¨ªa de transportar agua y de cortar madera para hacer fuego, una forma de vida en armon¨ªa con la naturaleza que se conserva en una reserva de m¨¢s de 64.800 kil¨®metros cuadrados. Ese territorio abarca partes de los estados de Arizona, Nuevo M¨¦xico y Utah, y cuenta con una poblaci¨®n de unos 300.000 habitantes. Para las elecciones de ayer, solo un tercio de ellos se registraron para votar.
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