Bush dice en sus memorias que la tortura en Guant¨¢namo ayud¨® a salvar vidas y prevenir ataques

George W. Bush asegura en sus memorias que dejar de beber fue una de las decisiones m¨¢s duras de su vida. "Nada de lo que cuento en el libro hubiera sido posible sin esa decisi¨®n anterior", escribe el ex presidente de Estados Unidos. A los 40 a?os y sin ser capaz de recordar el ¨²ltimo d¨ªa en que no hab¨ªa tomado una copa, Bush decidi¨® que hab¨ªa llegado la hora de que el alcohol dejara de ser su Dios y acercarse al todopoderoso.

Decision Points se abre con solo p¨¢gina y media de introducci¨®n y su primer cap¨ªtulo se titula Quitting (abandonar algo). A partir de ah¨ª se suceden las historias no en orden cronol¨®gico sino por temas. Irak, Afganist¨¢n, Katrina, la crisis financiera... Bush pasa por todos y cada uno de los asuntos que definieron sus ocho a?os en la Casa Blanca y de todos sale indemne. En una larga entrevista concedida al diario USA Today, el ex presidente admite que pod¨ªa "haber hecho mejor las cosas" pero que est¨¢ "en paz" y tiene "cero deseo" de intentar luchar por su reputaci¨®n.

"Sea cual sea el veredicto sobre mi presidencia, me siento c¨®modo con el hecho de que yo no estar¨¦ para escucharlo"

Las memorias de Bush no contienen ninguna noticia. No hay nada nuevo sobre las armas de destrucci¨®n masiva que nunca existieron y abrieron la puerta a la guerra de Irak. Tampoco es para parar m¨¢quinas el hecho de que el controvertido Dick Cheney ofreciera dejar su cargo en 2004, al fin y al cabo es una formalidad que todos los vicepresidentes cumplen casi de oficio.

"Nadie pudo sentirse m¨¢s furioso que yo cuando supe que no exist¨ªan las armas de destrucci¨®n masiva. Me pon¨ªa malo y todav¨ªa me pone cada vez que lo pienso", escribe el ex l¨ªder, hoy retirado en su casa de Dallas y que abandon¨® la presidencia con sus ¨ªndices de aprobaci¨®n en cifras del 20%.

Eso s¨ª, Bush insiste en que es un tipo "sencillo y honesto" y que ser¨¢ la Historia la encargada de juzgarle. A lo largo de 497 eternas p¨¢ginas, el 43? presidente de EEUU justifica la tortura y asegura que ayuda a salvar vidas. "El m¨¦todo es duro pero la CIA asegur¨® que no produc¨ªa da?os permanentes", justifica Bush en referencia al tristemente conocido waterboarding, t¨¦cnica que simula el ahogamiento en el detenido.

Dicen los expertos que s¨®lo hay dos memorias presidenciales en las que merezca la pena bucear a fondo. Personal Memoirs (1885-86), de Ulysses S. Grant, y los dos vol¨²menes de Harry S. Truman Year of Decisions (1955) y Years of Trial and Hope (1956). Las de Bush son gen¨¦ricas y casi aburridas y en ocasiones se puede escuchar al hombre jocoso y desenfadado que lleg¨® a la Casa Blanca en 2000 tras una decisi¨®n del Tribunal Supremo sobre un pu?ado de votos.

El ex presidente se encuentra ahora embarcado en un periodo de dos meses de promoci¨®n de su libro, antesala de la rehabilitaci¨®n pol¨ªtica que el Partido Republicano planea para Bush si quiere tener posibilidades en 2012. Habitualmente callado y ajeno a los focos -los expertos dijeron cuando abandon¨® el poder que quiz¨¢ era uno de los pocos mandatarios a los que se notaba con deseo de quitarse el traje de presidente-, Bush vive estos d¨ªas un revival televisivo con entrevistas en NBC o el programa de la archifamosa Oprah Winfrey.