Hugo Ch¨¢vez y el socialismo del siglo XXI
El presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez es un hombre que tiene horror al silencio. Habla y habla en televisi¨®n, en los m¨ªtines, en las reuniones con sus ministros; se puede decir que gobierna por la palabra, que con frecuencia va mucho m¨¢s all¨¢ que los hechos. El grave problema de la Venezuela chavista no es hoy, quiz¨¢, tanto si es un r¨¦gimen autoritario camino de la dictadura o una revoluci¨®n democr¨¢tica -como democr¨¢ticas han sido las coyunturas electorales que mantienen al presidente en el poder desde 1999- sino la extraordinaria incompetencia con que su equipo, trufado de militares para tener contento al Ej¨¦rcito, se desenvuelve en la gobernaci¨®n del pa¨ªs. Desabastecimiento, en ocasiones masivo, en un pa¨ªs que exporta oc¨¦anos de crudo a 90 d¨®lares el barril; inflaci¨®n por encima del 35% anual; e inseguridad atroz que ha convertido a Caracas en una de las ciudades m¨¢s peligrosas del continente m¨¢s peligroso del mundo, Am¨¦rica Latina. En ese contexto que la actual ministra espa?ola de Exteriores, Trinidad Jim¨¦nez, llamara a Ch¨¢vez 'payaso', si es que hemos de dar cr¨¦dito al Departamento de Estado norteamericano, es solo una an¨¦cdota aunque sin duda nada inconveniente.
Ch¨¢vez prodiga una pol¨ªtica de fronteras para adentro de fuertes subvenciones a los productos de primera necesidad y tiene montado un aparato asistencial desconocido por la Venezuela 'pre-socialista?, que mejora considerablemente las condiciones de vida y oportunidades de la mayor parte de la poblaci¨®n, pero no soporta la cr¨ªtica y aunque los medios de papel siguen siendo b¨¢sicamente libres y acremente anti-chavistas, la ocupaci¨®n progresiva por el Estado de la informaci¨®n sobre todo audiovisual, as¨ª como el hostigamiento a todo lo que huela a independencia del poder, est¨¢ reduciendo visiblemente los m¨¢rgenes de la libertad de expresi¨®n. Y en el exterior desarrolla una activa pol¨ªtica que llama 'anti-imperialista' en nombre de la cual ha visitado ya nueve veces Teher¨¢n y el comercio bilateral con Ir¨¢n que en 2004 apenas llegaba a un mill¨®n de d¨®lares en 2008 -al a?o siguiente baj¨® por la crisis- estaba ya en cerca de 100. Y Caracas naturalmente se opone e ignora las sanciones de la ONU contra el r¨¦gimen iran¨ª por su supuesta intenci¨®n de fabricar el arma at¨®mica.
La oposici¨®n que en 2009 logr¨® alcanzar una primera semblanza de unidad, asegura que el fin del chavismo se aproxima y por la v¨ªa electoral. En septiembre se celebraron las ¨²ltimas elecciones legislativas y por primera vez hubo un virtual empate entre el partido de la revoluci¨®n y los grupos coaligados del anti-chavismo, aunque a estos les sigue faltando una figura aglutinadora que oponerle al torrencial tribuno. La ley electoral, sin embargo, cargada contra cualquier adversario daba todav¨ªa una mayor¨ªa clara al poder, pero por debajo de los dos tercios necesarios para aprobar leyes fundamentales y decretos-ley. No ser¨¢, con todo, Ch¨¢vez quien se arredre por ello. El ordenamiento jur¨ªdico venezolano tiene la plasticidad necesaria para sobrellevar esos obst¨¢culos, por lo que la verdadera prueba de fuego solo se dar¨¢ con las presidenciales del a?o pr¨®ximo, a las que se presentar¨¢ el l¨ªder bolivariano, promotor de un llamado socialismo del siglo XXI que solo es un sistema poderosamente asistencialista, anclado en un creciente socialismo de Estado.
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