Opositores al presidente Lukashenko intentan asaltar la sede del Gobierno en Minsk
Miles de personas se lanzan a la calle para denunciar las elecciones, que el actual presidente habr¨ªa ganado con m¨¢s del 72% de los votos seg¨²n los primeros datos oficiales.- La polic¨ªa carga contra los manifestantes y apalea a candidatos rivales
Las calles de Minsk se han convertido en un campo de batalla. La polic¨ªa ha cargado contra los miles de ciudadanos que han salido a las calles para denunciar los resultados de las elecciones presidenciales celebradas este domingo en Bielorrusia, que seg¨²n los sondeos ha ganado el actual presidente, Alexandr Lukashenko. Los manifestantes intentaron tomar por asalto la sede del Gobierno en el centro de la ciudad y fueron repelidos desde dentro por tropas de intervencion especial (OMON). En las refriegas quedaron destrozadas puertas y ventanas del edificio.
Una columna de carros de policia avanzaba poco despu¨¦s de las once de la noche (una hora menos en Espa?a peninsular) por la avenida de la Independencia en direcci¨®n a la plaza del mismo nombre donde estaban concentrados los manifestantes, alrededor de la estatua de Lenin y frente a la sede del Gobierno. Esta columna parece destinada a reforzar a las unidades que se encontraban dentro del edificio y que podr¨ªan ser insuficientes. La polic¨ªa ya ha detenido a centenares de opositores, despu¨¦s de cargar contra los manifestantes para dispersarlos.
Las elecciones presidenciales acabaron a palos cuando, unas horas antes, polic¨ªas y agentes de seguridad de paisano arremetieron contra el poeta Vlad¨ªmir Nikl¨¢yev, uno de los nueve rivales del presidente Alexandr Lukashenko, y lo golpearon hasta dejarlo sangrando e inconsciente, seg¨²n han informado miembros del equipo de Nikl¨¢yev.
El ataque se produjo cuando el poeta se dirig¨ªa a la plaza de Octubre de Minsk al frente de una columna de manifestantes para protestar contra el fraude electoral y pedir unos nuevos comicios en los que no participe Lukashenko, que dirige el pa¨ªs desde 1994. "Lo golpearon hasta hacerle perder el sentido. Hemos tenido que refugiarnos de nuevo en nuestro local y hemos llamado a la ambulancia", dijo la secretaria de Prensa, Yulia Rimashevskaya, por tel¨¦fono. La agresi¨®n fue confirmada por j¨®venes que aseguraron haber sido tambi¨¦n golpeados, obligados a tenderse en el suelo sobre la nieve y despojados de las banderas y estandartes con los que iban a manifestarse. Un segundo candidato, Vitali Romashevski, result¨® herido en un enfrentamiento con la polic¨ªa producido cerca de la sede del Gobierno, hacia donde marcharon centenares de manifestantes. Por su parte, el socialdem¨®crata Sergu¨¦i Statkevich, otro de los candidatos, afirm¨® haber sido golpeado por la polic¨ªa que, seg¨²n ¨¦l, us¨® bastones de goma y bombas ensordecedoras.
Varias decenas de autobuses llenos de agentes policiales y de seguridad (con y sin uniforme) y fuerzas antidisturbios hab¨ªan tomado posiciones en las calles que conducen a la plaza de Octubre durante la tarde. Eso no impidi¨® a los manifestantes concentrarse en ella a las ocho de la tarde (las siete en la Espa?a peninsular) al cerrarse los colegios electorales. Los manifestantes rompieron las barreras policiales para avanzar por la calle central de Minsk al grito de "Zhive Belorus" (Viva Bielorrusia) y "Por la Libertad". A primera vista, salieron a la calle muchas m¨¢s personas de las que lo hicieron en 2006 para protestar contra las anteriores elecciones presidenciales, aunque apenas dos horas despu¨¦s la concentraci¨®n se disolvi¨®.
Control electoral
Por la ma?ana, al votar, Lukashenko dijo con aplomo que "nadie" acudir¨ªa a la plaza por la noche. El presidente opin¨® tambi¨¦n que entre sus competidores "hay alguna, no mucha, gente normal" y se manifest¨® "dispuesto a colaborar con cualquiera que quiera vivir en su pa¨ªs y garantizar su seguridad", pero "no con bandidos y saboteadores".
Seg¨²n los datos oficiales difundidos por la comisi¨®n electoral central, en los comicios ha participado un 84,1% del electorado. Seg¨²n las encuestas autorizadas a pie de urna, Lukashenko obtiene un 72,2% de los votos, seguido de Nikl¨¢yev y Andr¨¦i Sannikov, con un 6,1% cada uno. Aunque el r¨¦gimen ha guardado algo m¨¢s las apariencias que en comicios anteriores, estas elecciones se han caracterizado tambi¨¦n por el f¨¦rreo control sobre todo el mecanismo electoral, desde la composici¨®n de los colegios al aparato de propaganda. Desde el s¨¢bado, la polic¨ªa ha estado practicando detenciones de activos miembros de la oposici¨®n en Minsk y otros puntos del Estado.
Lukashenko, de 57 a?os, que en ¨¦poca sovi¨¦tica fue el jefe de una explotaci¨®n agr¨ªcola colectiva, lleg¨® al poder de forma democr¨¢tica en 1994, pero posteriormente cre¨® un sistema autoritario a su medida, tras suprimir o neutralizar todos los focos institucionales de oposici¨®n. En los 16 a?os que lleva en la presidencia, la ret¨®rica del l¨ªder ha ido evolucionando y los temas sociales y sovi¨¦ticos que predominaban al principio han sido sustituidos por una fraseolog¨ªa nacionalista en oposici¨®n a Mosc¨².
El l¨ªder bielorruso aspir¨® incluso a la presidencia de una unidad supranacional formada por Bielorrusia y Rusia, pero con la llegada de Vlad¨ªmir Putin al poder en 2000, tuvo que renunciar a su ambici¨®n. Reelegido en 2001 y 2006, Lukashenko ampli¨® el plazo del mandato presidencial de cuatro a cinco a?os y elimin¨® el l¨ªmite vigente de dos mandatos como m¨¢ximo, lo que le permitir¨¢ ahora presentar su candidatura cuantas veces quiera.
Los observadores de la OSCE han constatado una y otra vez que las elecciones no responden a los criterios democr¨¢ticos y el trato algo mejor dispensado esta vez a la oposici¨®n durante la campa?a electoral no cambia sustancialmente las cosas. Necesitado de inversiones y pr¨¦stamos debido a la reducci¨®n de los subsidios rusos, Lukashenko ha intentado mejorar su imagen y ha jugado entre Mosc¨² y Occidente, mostr¨¢ndose m¨¢s permisivo que en el pasado frente a las actividades que no amenazan sustancialmente su dominio. La oposici¨®n, por su parte, ha sido incapaz de ponerse de acuerdo en torno a uno o dos candidatos y, al margen de la valent¨ªa personal de algunos, la falta de estrategia com¨²n parece poco efectiva para derrotar al que ha sido denominado el ¨²ltimo dictador de Europa.
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