Los Juegos Ol¨ªmpicos acercan a Brasilia y Washington
El Gobierno brasile?o pide a EE UU una mayor cooperaci¨®n en seguridad
La elecci¨®n de R¨ªo de Janeiro como sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016 reforz¨® el liderazgo regional de Brasil y la figura del presidente Lula da Silva. Pero aquella decisi¨®n tuvo adem¨¢s otro efecto colateral m¨¢s insospechado: el repentino acercamiento entre Brasilia y Washington. "El Gobierno de Brasil se da cuenta de que afronta retos fundamentales con la preparaci¨®n de los Juegos, y ha mostrado mucha m¨¢s apertura en ¨¢reas como la cooperaci¨®n y el intercambio de informaci¨®n con EE UU, al punto de admitir la posibilidad de amenazas terroristas", escrib¨ªa la encargada de negocios, Lisa Kubiske, en diciembre de 2009, tres meses despu¨¦s de la elecci¨®n de R¨ªo.
Jorge F¨¦lix, jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, es el encargado de transmitirle al embajador de EE UU, Thomas Shannon, el pasado 9 de febrero, el deseo de Brasil de "compartir tareas de inteligencia" para garantizar la seguridad y el ¨¦xito de los cuatro eventos deportivos que debe organizar (los Juegos, la Copa del Mundo de F¨²tbol de 2014, los Juegos Militares en 2011 y la Copa de la Confederaci¨®n en 2013). Felix evoca el "exitoso intercambio de inteligencia" en los Juegos Panamericanos de R¨ªo en 2007 (si bien el embajador anota que fue una "colaboraci¨®n asim¨¦trica": Washington facilit¨® "informaci¨®n exhaustiva" sin que Brasilia correspondiera de igual forma).
Adem¨¢s de la necesidad de apoyo para los Juegos, la llegada de Obama a la presidencia de EE UU (pese a que Lula mantuvo una buena sinton¨ªa con Bush) y, sobre todo, el cambio en la c¨²pula de la diplomacia brasile?a abren una etapa de fluidez inusitada, como lo demuestra que el receloso ministro de Exteriores, Celso Amorim, se saltara el protocolo para reunirse con el nuevo embajador Shannon unas horas despu¨¦s de que hubiera llegado al pa¨ªs, y abogara por un "compromiso m¨¢s profundo" con EE UU, seg¨²n narra el propio embajador en enero pasado. Al nuevo clima contribuye tambi¨¦n la retirada de Samuel Pinheiro Guimaraes, viceministro de Exteriores y consuegro de Amorim, definido por la Embajada como un "virulento antiamericano y antiprimer mundo en general", que boicote¨® la cooperaci¨®n en seguridad y lucha contra el narcotr¨¢fico. Eso y, por supuesto, las aspiraciones de Lula de situar a Brasil en primera l¨ªnea de la diplomacia mundial y en una silla del Consejo de Seguridad de la ONU.
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