Nadie ha pautado mejor los relevos generacionales que la sociolog¨ªa norteamericana. Seg¨²n una de las m¨¢s destacadas instituciones de investigaci¨®n social estadounidense, el Pew Research Center (PRC), el primer d¨ªa de 2011 se producir¨¢ un acontecimiento generacional de resonancias hist¨®ricas: el m¨¢s viejo de los miembros de la Generaci¨®n del Baby Boom cumplir¨¢ 65 a?os, todav¨ªa edad de jubilaci¨®n en muchos pa¨ªses. Con tal motivo, la instituci¨®n ha publicado un retrato sociol¨®gico de esta cohorte de edad en Estados Unidos que no tiene desperdicio. Los babyboomers de la otra orilla del Atl¨¢ntico son los sesentayochistas europeos, la ¨²ltima generaci¨®n que tuvo pretensiones de transformar el mundo y a la que desde hace un tiempo se quiere endosar buena parte de las culpas por los desastres de nuestra ¨¦poca, desde el individualismo y la crisis de valores hasta el multiculturalismo y el declive occidental.
Como siempre ha sucedido, los del 68 se han hecho muy conservadores. Votaron m¨¢s a Obama que McCain, aunque por poco, pero en las ¨²ltimas elecciones legislativas sus sufragios fueron mucho m¨¢s republicanos que dem¨®cratas. Pero todav¨ªa son m¨¢s progres, menos religiosos y m¨¢s tolerantes que sus padres y no ven sus relaciones con los m¨¢s j¨®venes en t¨¦rminos de conflictos generacionales. De hecho, con quienes sintonizan mejor es con la generaci¨®n del Milenio, los que llegaron a la mayor¨ªa de edad a partir del 2000. Los babyboomers, hijos de la abundancia, se encuentran ahora con la Gran Recesi¨®n que les despide de su vida laboral. Tambi¨¦n en esto sintonizan con quienes encuentran el paso cerrado a su incorporaci¨®n al mundo del trabajo, como les sucede a los milenios.
La llegada de la entera generaci¨®n de los babyboomers a la edad provecta cambiar¨¢ la sociedad estadounidense, que se har¨¢ m¨¢s gris: en 2030 un 18 por ciento tendr¨¢ m¨¢s de 65 a?os, en vez del 13 por ciento actual. Todo el mundo desarrollado experimentar¨¢ el mismo cambio. Tambi¨¦n China, reci¨¦n incorporada como emergente, sufrir¨¢ este fen¨®meno. ¡°Redefinir¨¢n la vejez en EE UU, al igual que han marcado la cultura adolescente, la juvenil y la de la edad madura¡±, dicen los investigadores del PRC. Es decir, los del 68 todav¨ªa van a seguir dando guerra. Como toda su vida.
Comentarios
La revoluci¨®n que comenz¨® a finales de los a?os sesenta me cogi¨® entrando en la Universidad, despu¨¦s de haber estado seis a?os interno en un colegio de curas.
El mundo parec¨ªa querer explotar, y yo tambi¨¦n.
En el 68 explotaron Berkeley, Praga, Memphis, Tokio, Roma, Par¨ªs, M¨¦xico, Varsovia, y Vietnam.
De pronto, en muchos lugares distintos se crey¨® que el Sol saldr¨ªa a media noche. Muchos intuimos la posibilidad de un ansiado cambio definitivo y trascendental. Todo era muy aburrido, la verdad.
El cambio comenz¨® a fraguarse y todo el mundo trat¨® de adaptarse a ¨¦l lo mejor que pudo. Hay cambios para los que hay que estar preparado: f¨ªsica, ps¨ªquica y emocionalmente.
Los cambios no perdonan, acaban con todo.
La explosi¨®n psicod¨¦lica de San Francisco contribuy¨® a ampliar los l¨ªmites de la percepci¨®n algunos a?os antes.
Algo esencial para poder replantearse confines m¨¢s amplios de la mente humana, para entrar en contacto con una esperanzadora realidad intangible, para penetrar en un sorprendente universo invisible lleno de posibilidades.
Para lograr desapegarse del cuerpo y de la mente, y ser algo m¨¢s.
El Mayo de Par¨ªs fue bastante m¨¢s pr¨®ximo y arrebatado, pero casi igual de contundente y provocador. Dej¨® o¨ªr por primera vez sentencias revolucionarias tan contraculturales como:
¡ªSeamos realistas, pidamos lo imposible.
¡ªEl educador debe ser educado.
¡ªUn pensamiento que se estanca, se pudre.
Y aquello tan desesperadamente rom¨¢ntico:
¡ªNo s¨¦ lo que quiero, pero lo quiero ya.
Pero tambi¨¦n hubo una cara realista de la moneda.
En Abril, Martin Luther King era asesinado en Memphis, en Octubre se produc¨ªa en M¨¦xico la matanza de Tlatelolco, los carros de combate sovi¨¦ticos entraban en Praga, y en Vietnam se comet¨ªa la atrocidad de My Lai.
Podr¨ªamos hablar de discurso antiautoritarista, de acento libertario, y de cr¨ªtica al Estado, pero lo ¨²nico cierto fue que durante aquellas semanas se hundi¨® definitivamente el mito de la Felicidad.
¡ªI can¡¯t get no satisfaction ¡ªcantaban los Rolling Stones en el 65.
La profunda insatisfacci¨®n con que nos sorprendi¨® el estado del bienestar nos hizo salir a la calle.
¡ªUna crisis de civilizaci¨®n ¡ªadvirti¨® Malraux.
Todos protestaban debido a un profundo malestar: los que no hab¨ªan hecho la revoluci¨®n quer¨ªan hacerla, y los que la hab¨ªan hecho quer¨ªan deshacerla. Nadie estaba contento.
Todo el mundo quer¨ªa ir m¨¢s all¨¢ de la insatisfacci¨®n.
Algunos pretend¨ªan incluso lo imposible.
¡ªEs lo que yo llamar¨ªa la extensi¨®n del campo de lo posible ¡ªdijo Jean Paul Sartre aquel Mayo del 68.
Lo que m¨¢s me impact¨® de todo aquello fue ver a un desconocido en posici¨®n de loto, meditando sobre unas cajas de cerveza en la trastienda del Mediterranean Caf¨¦, en la Telegraph Avenue de Berkeley, California.
Fue un verdadero presagio.
En 1972 era impensable encontrar en Espa?a un caf¨¦ donde poder tomar los quince mejores caf¨¦s del mundo.
Aqu¨ª todo era gris. Meditar era pecado.
¡ªImag¨ªnate en una barca, en el r¨ªo, con ¨¢rboles de mandarinas y cielos de mermelada ¡ªcantaban los Beatles.
Aquello termin¨® en un afligido desenga?o para la gran mayor¨ªa, pero unos pocos nos quedamos con la irresistible melod¨ªa del Imposible. Nos ven¨ªa de peque?os, desde antes de nacer, quiz¨¢.
Fue bastante tr¨¢gico, el Sistema lo engull¨® todo de un modo implacable, tal como hab¨ªa vaticinado Herbert Marcuse.
¡ªCu¨¢ntos caminos tendr¨¢ que recorrer el hombre antes de que pueda llam¨¢rsele Hombre. La respuesta, amigo, te la canta el viento. La respuesta est¨¢ en el viento ¡ªdej¨® cantado Bob Dylan para la posteridad.
Al d¨ªa de hoy, si alguien anduviera por ah¨ª cantando que no est¨¢ satisfecho, como cantaba Mick Jagger hace cuarenta a?os, seguro que nos reir¨ªamos. O llorar¨ªamos, qui¨¦n sabe.
Hace tanto tiempo que hemos enterrado la Felicidad, que nos parecer¨ªa impresentable que un hombre pudiera reivindicarla con los labios pintados.
Seguramente igual que nos reir¨ªamos si alguien nos dijera que ama a todo el mundo porque se ha convertido en Amor.
Hemos enterrado muchas cosas desde entonces, muchos incluso se han enterrado ellos mismos. Las revoluciones dejan a muchos por el camino.
¡ªLos que hacen las revoluciones a medias no hacen m¨¢s que cavar sus propias tumbas ¡ªauguraron tambi¨¦n los del Barrio Latino.
Quedarse en el camino significa claudicar, abandonar los ideales por los que se hubiera dado la vida, sucumbir a los granitos reaccionarios que impone el Sistema, ahogarse resignado en el Oc¨¦ano de la Ilusi¨®n.
Aceptar la limitaci¨®n como la ¨²nica dignidad posible.
La Muerte como el destino inevitable.
Muchos se quedaron en el camino, s¨ª. Algunos todav¨ªa recuerdan con nostalgia aquel espectacular amanecer de tonos ¨¢ureos y bermellones al que acabaron tildando de imposible.
Hay que comprenderlo, enfrentarse al imposible exige ser un revolucionario de los de rompe y rasga. De aquellos que son capaces de pactar con el Demonio y la Muerte con tal de vencer sobre la indignidad que llevamos arrastrando desde hace milenios.
El camino ha sido largo y poblado de dificultades, han habido espejismos y confusiones, han tenido que pagarse deudas pendientes desde tiempo inmemorial, pero algunos de los que comenzamos aquella revoluci¨®n estamos coronando la aventura con ¨¦xito: aquel imposible que atentaba con tanta insolencia contra la Raz¨®n se est¨¢ haciendo realidad.
A decir verdad, hace cuarenta a?os nos hicimos conscientes de un proceso de cambio que ya llevaba miles de a?os incub¨¢ndose en silencio. Aquella conciencia clarividente fue producto de haber alcanzado un nivel de evoluci¨®n biol¨®gica que hizo posible la repentina intuici¨®n de nuevas dignidades. Nos hizo conscientes de la posici¨®n que deb¨ªamos alcanzar, de la distancia que a¨²n nos separaba de nuestra verdadera naturaleza como seres Humanos.
De lo lejos que todav¨ªa se encontraban de nuestras vidas colmadas de bienestar, la Libertad y el Amor, la Belleza y la Infinitud, la Bienaventuranza y la Felicidad.
Pero, sobre todo, la propia Inmortalidad.
Aquel imposible al que muchos renunciaron, en definitiva.
Para unos los imposibles representan algo excitante, para otros un misterio, y para la mayor¨ªa s¨®lo un imposible. Depende del conocimiento con que se contemplen atentamente los hechos: para los inocentes, el imposible es s¨®lo un concepto de la mente.
Siempre me ha gustado ser respetuoso con todas las ideolog¨ªas y culturas, con todas las religiones y corrientes m¨ªsticas, con todas las idiosincrasias y maneras de ser.
Incluso con la Raz¨®n.
Con todo.
Pero siempre he sido muy realista.
Se?oras y Se?ores: La Revoluci¨®n ha triunfado.
?Viva la Revoluci¨®n!
Algunos somos tan sesentayochistas que a¨²n las cr¨ªticas que se pueden ¨C y deben ¨C hacer a esa ¨¦poca, las hacemos desde presupuestos, conceptos y casi estoy por decir estructuras mentales adquiridas entonces. Desde el cuestionamiento de los valores previos a los sesenta y desde una visi¨®n multi-culturalista. Tambi¨¦n a partir de ese pesimismo e insatisfacci¨®n: ambas cosas derivan ¨C o mejor, provienen ¨C de la lucidez. Tengo m¨¢s dudas del citado individualismo, el eslogan ¡° no me liber¨¦is yo me encargo¡± ?expresa individualismo o antiautoritarismo?, ¡°debajo del pav¨¦s est¨¢ la playa¡± ? no parece m¨¢s una b¨²squeda de la utop¨ªa, de la revoluci¨®n permanente, que un deseo juvenil imposible? Se ha criticado el 68, centr¨¢ndolo en el mayo franc¨¦s fundamentalmente, desde la izquierda con argumentos de peso. Improvisaci¨®n, falta de condiciones objetivas, movimiento estudiantil al margen de partidos y sindicatos etc. La derecha supongo que lo sigue haciendo con el af¨¢n de constatar que los revolucionarios a los veinte se convierten en conservadores a los cuarenta, que es la generaci¨®n que est¨¢ ahora en el poder ( a punto ya de perderlo por razones de edad¡ ) y ya se ve como van las cosas etc. Pero aquella generaci¨®n que cambi¨® tanto: m¨²sica, tama?o de las faldas, libertad de relaciones sexuales, anti-belicismo, anti ¨Cimperialismo¡ sigue esperando que muchos de los cambios se produzcan. El sistema ( capitalista) ha engullido cantidad ingente de las propuestas. Y las ha , por lo tanto, neutralizado. Algunas de manera espuria: la libertad sexual es una de ellas. El ¡°cuanto m¨¢s hago el amor, m¨¢s ganas tengo de hacer la revoluci¨®n¡± y ¡° cuanto m¨¢s hago la revoluci¨®n m¨¢s ganas tengo de hacer el amor¡± distan mucho del mercadeo lib¨¦rrimo y frustrante de la situaci¨®n actual en el que cualquier conexi¨®n entre el sexo y la revoluci¨®n produce carcajadas. Curiosamente el m¨¢s desafortunado de los grafiti ¨C prohibido prohibir ¨C es el que tiene m¨¢s ¨¦xito. Naturalmente que hay que prohibir, no hay educaci¨®n sin ejercicio de la autoridad. Las nuevas generaciones, en una parte importante de los casos, desv¨ªan el foco en el que tendr¨ªan que centrar las protestas ante lo prohibido: llevar¨ªan muy mal que se les impidiese hacerse tatuajes, botellones, uso de drogas de dise?o, informalismo en el vestir ( que curiosamente contrasta con el formalismo m¨¢s estricto seg¨²n lo requiera la ocasi¨®n) ¡ y sin embargo no parece importarles no tener control ¨C prohibir de alguna forma- el uso dado a sus ahorros, el autoritarismo acad¨¦mico institucional, el ocio reducido al consumo. Tal es la capacidad de digesti¨®n del sistema que aspectos formales que entonces eran se?as de identidad de rebeld¨ªa ( pelo largo, uso de drogas ) hoy, sus equivalentes, son datos de integraci¨®n. El pacifismo ha sido sustituido por una violencia buscada desde el poder que se manifiesta en cualquier actitud a veces de manera n¨ªtida, otras soterrada. Los Rolling Stones son tiernos baladistas al lado de cualquier grupito de barrio que toca en una verbena popular, y de pueblo. Estos lodos, en su mayor¨ªa no vinieron de aquellos polvos. Sea cual fuere el tipo de polvo.Quisieron los sesentayochistas tomar el poder entonces. Tenemos tendencia a exagerar el n¨²mero de miembros de un grupo que marcan realmente, o de forma estereotipada, el rumbo de toda una generaci¨®n ( hay gente, en cualquier ¨¦poca, que desconoce en lo esencial el tiempo que le ha tocado vivir ), algunos de aquellos que entonces quisieron tomar el poder-- porque se hac¨ªan llamamientos a tomarlo-- lo tomaron m¨¢s tarde. Conociendo ya ¨C Foucault lo hab¨ªa evidenciado ¨C que el poder no es ¨²nico, se conformaron con tomar el fundamental ¨C el poder econ¨®mico ¨C ese del que es m¨¢s dif¨ªcil escapar porque condiciona todos los otros. Lamentablemente un movimiento nacido sobre todo en las universidades ¨C de las ¨¦lites culturales por lo tanto ¨C no pudo resistir, con el paso de los a?os, que los otros poderes, menores y dependientes del econ¨®mico, ¨C me refiero a eso que entendemos por cultura o inteligencia --fuesen cediendo, durmi¨¦ndose hasta casi la anestesia total. Por eso, ahora en la crisis, aniquilada casi toda resistencia, ya hasta los rectores de universidades hablan m¨¢s de empresa, de gesti¨®n, de excelencias domesticadas que de humanidades. Bolonia parece muy alejada de Nanterre, el panorama es desolador pero ¨C hay que ser optimistas ¨C aparecen se?ales de disconformidad radical en grupos antisistema ya no limitados a estudiantes sino pre?ados de parados, inmigrantes, trabajadores j¨®venes, ecologistas. Desbordados los partidos, como entonces, superados los sindicatos tambi¨¦n como anta?o. ¡°Tienes 25 a?os pero tu sindicato es de otro siglo¡± dec¨ªa otra c¨¦lebre pintada de aquel 68. Hoy ya ser¨ªan dos siglos, como prueba desoladora de que sindicatos y partidos ( ? alguien puede seguir situando al PSOE a la izquierda? ) formar¨ªan parte, en cierto sentido de esos poderes que consolidan al sistema. Que, al s¨®lo ara?arlo, mejoran sus defensas. Que adelgazan a fuerza de conformarse con las migajas.
Una persona que nacio en 1968 cumplira 43 anhos en 2011....tan rapido se jubilan en espana?
Excelentes los comentarios de hoy, gracias!!! (los 'reventadores profesionales' deben estar de vacaciones) Y gracias por el art¨ªculo (y la cita del interesante Informe Pew) que pone sobre el tapete que los del 68 han sido verdaderamente algo especial, no tanto por ellos como por la conjunci¨®n de sus deseos con unas circunstancias que los hicieron parcialmente posibles. Y eso no pasa todos los d¨ªas.
Creo que hemos sido una generaci¨®n privilegiada porque, adem¨¢s, cre¨ªmos en que el g¨¦nero humano tiende hacia la bondad, la belleza, la inteligencia y la libertad. Nuestro pecado ha sido tal vez el de la ingeuindad, aunque, para m¨ª, esta ingenuidad es lo que nos hace ¨²nicos y poderosos.
Queda mucho por hablar. Claro que s¨ª.
Lo que propone LLB es interesante, pero los comentario de aqu¨ª son insulsos, vac¨ªos, carentes de chispa, magia o agresividad. No ense?a nada, no deja nada otra que a?oranza de los sesentas.
2. ?Qu¨¦ revoluci¨®n?
¡ªJorge, cari?o, ahora ya no es tiempo de revoluciones. Total, para lo que han servido. Hoy d¨ªa la gente no quiere cambiar nada, ya tiene bastante en asegurar su posici¨®n. La ¨¦poca de las grandes utop¨ªas ya ha pasado, y tambi¨¦n la de las grandes ideolog¨ªas. Hemos terminado con todo porque todo ha demostrado sobradamente su rotunda caducidad. Ya no quedan ni Religiones. Incluso hemos cuestionado el valor de la Ciencia y de la Cultura. Para pensar en hacer una revoluci¨®n como anta?o, lo primero que se necesita es saber a d¨®nde se quiere ir. Queremos liquidar a la Monarqu¨ªa, queremos liquidar a la oligarqu¨ªa dominante, dec¨ªan. S¨ª, genial. ?Y una vez liquidada, qu¨¦? Ahora nadie quiere liquidar nada porque nadie sabe para qu¨¦. A lo ¨²nico que aspiramos es a pasar de un gris claro a un gris m¨¢s oscuro. A seguir comiendo y a no perder la cabeza. A sobrevivir. En esto se han quedado todas las revoluciones. Nada rom¨¢ntico, desde luego.
¡ªTienes raz¨®n, Nicole. Hemos dejado de matarnos por cambiar al que manda, ahora nos matamos por tonter¨ªas. Por cuestiones de Religi¨®n como en la Edad Media ?Sabes por qu¨¦ nos peleamos? Porque queremos ser nosotros mismos y no lo somos. Sabemos de un modo inconsciente que nos falta algo muy esencial, y no damos con ello. El reci¨¦n nacido llora, pero no sabe porqu¨¦. Se queja, pero no sabe qu¨¦ es lo que le falta. Ahora en lugar de revoluciones hacemos guerras in¨²tiles sin saber por qu¨¦. Buscamos, pero no sabemos qu¨¦ buscamos. Ocurre lo mismo que con el amor.
¡ª?Con el amor?
¡ªS¨ª, con el amor ilusorio que hasta ahora hemos dado por bueno. Buscamos pareja porque nos buscamos a nosotros mismos, un cuento de Princesas y Dragones. Y al no encontrarnos culpamos de nuestro fracaso a la pareja, a la relaci¨®n. Era maravillosa, pero ped¨ªamos peras al olmo. Con lo felices que ¨¦ramos¡
¡ªAhora entiendo aquello de ni contigo ni sin ti¡
¡ªNo puede darnos lo que buscamos, pero necesitamos encontrar lo que nos resulta esencial. Para vivir en pareja tendr¨ªamos que haber encontrado lo que ansiamos, entonces vivir¨ªamos el Amor¡
¡ªEntonces, Jorge, ?de qu¨¦ revoluci¨®n est¨¢s hablando? ?Todav¨ªa quieres que haya m¨¢s muertos en una tragedia de nunca acabar? Espero que al menos propongas una revoluci¨®n sin muertos.
¡ªEn todas las revoluciones anteriores sobreviv¨ªan los ganadores y mor¨ªan los perdedores. En la presente revoluci¨®n no hay perdedores porque moriremos todos: todos seremos ganadores.
Estoy hablando del fin de la Historia.
¡ª?C¨®mo?
¡ªPues s¨ª, mi amor, el final del fin. Ven que te d¨¦ un besito¡
3. El fin de la historia
A muchos les parecer¨¢ imposible que la Historia pueda acabarse sin que sobrevenga el Fin del Mundo.
En este caso, en efecto, la Historia acaba porque sobreviene el fin del mundo ilusorio que hemos estado viviendo hasta ahora. El que hemos creado en un alarde de falsa soberan¨ªa: la concepci¨®n de nosotros mismos que hemos tenido hasta ahora.
El maravilloso universo de ficci¨®n que hemos construido al carecer de alguno que fuera verdadero.
De todos modos, tranquil¨ªzate, Nicole: para nuestra fortuna, ¨¦ste va a ser un final apocal¨ªptico, pero sin muertos.
Sin muertos de verdad, quiero decir.
Con los muertos inevitables de la pel¨ªcula de buenos y malos que est¨¢ terminando con las escenas de siempre.
Una en que nosotros mismos somos a la vez los protagonistas de la acci¨®n, y los espectadores que habr¨¢n de aplaudir la magn¨ªfica representaci¨®n. Los que luego se ir¨¢n a sus casas a disfrutar la inenarrable dulzura de ser la Felicidad.
De pronto se han encendido las luces porque la representaci¨®n acaba de terminar. Eso es todo.
Naturalmente, muchos seguir¨¢n pegando tiros en alg¨²n otro lugar porque les asusta la Felicidad.
Algunos se dir¨¢n, con buena l¨®gica, que para que termine una Historia que ha durado tanto y ha sido tan pat¨¦tica, tendr¨¢ que acontecer algo muy crucial, definitivo.
Que nos sorprenda la Muerte, por ejemplo.
Y tienen raz¨®n.
De lo contrario, esto iba a quedarse definitivamente en aquel inenarrable fin del fin que nos ha ido llevando a una versi¨®n relajada del Postmodernismo. A un cierre sin final, a la cl?ture sans fin de nuestro inefable Jacques Derrida.
A una absurda repetici¨®n del credo de la Deconstrucci¨®n.
A otra idea filos¨®fica, al fin y al cabo.
Para tener la experiencia del fin de la Historia hace falta un hecho decisorio que sea capaz de arrancarnos repentinamente del curso de los acontecimientos. De aquella mara?a de hechos que por nosotros mismos no alcanzamos a gobernar, y mucho menos a destituir como el imperativo inevitable que asfixia nuestras existencias desde que nacimos.
Un fogonazo que borre definitivamente la memoria en que tenemos archivados los recuerdos y las imaginaciones. El deseo y el miedo.
Que convierta el Espacio en un aqu¨ª omnipresente, y el Tiempo en un ahora interminable.
Que nos convierta en pura Infinitud, ser¨ªa mejor decir.
Aquel instante interminable en que s¨®lo existes t¨², y t¨² eres todo.
Un manantial de luz que nos recoja del suntuoso lecho del Espacio y del Tiempo, y nos deposite en el seno de la Eternidad para que vivamos una vida ilimitada siendo Todo.
Para nuestra dicha esplendorosa, en este caso no nos ha sorprendido la Muerte, nos ha sorprendido la Vida.
Precisamente.
La Vida Eterna, adem¨¢s.
Aqu¨ª, de vivitos.
Qu¨¦ le vamos a hacer.
FELICITACIONES!!! USTED ESTA CADA VEZ MEJOR!!! SALUDOS PARAGUAYOS DESDE COSTA RICA
El pr¨®ximo d¨ªa 31 del 12 habr¨¢n cumplido 65 todos los nacidos en 1945. ?Qu¨¦ tienen que ver con los del 68?Los baby-boom americanos son los nacidos depu¨¦s de la guerra, es decir, a partir de 1945 y hasta 1950, o sea que hoy est¨¢n entre los 65 (pocos) y los 60. En cuanto a Europa, yo soy sesentayochista, al ser del 48 y claro que me queda mucha guerra para dar.?Qu¨¦ prisa por jubilar a todo Dios!
La gran mayor¨ªa de los del 68 nacieron con unas posiciones astrol¨®gicas que explican muchos de los rasgos de esta generaci¨®n. Hay que tener en cuenta que hay planetas muy lentos que est¨¢n varios a?os en un mismo signo. Saturno y Plut¨®n, por ejemplo, que estuvieron muchos a?os en Leo en mucha gente de esta generaci¨®n.
J¨²piter en Escorpio:
Su fuerza reside en su negativa a aceptar las apariencias en cualquier ¨¢rea de su vida. Personas que no tienen miedo de llegar al fondo de cualquier cosa y viven todo profundamente. Lo misterioso y lo desconocido les atrae mucho. Su conocimiento intuitivo del comportamiento y motivaciones de los dem¨¢s est¨¢ tambi¨¦n muy desarrollado en ellos.
Saturno en Leo:
Son m¨¢s bien t¨ªmidos y tienen una gran necesidad de afirmar su ego y de recibir elogios. Expresarse libre, abierto y en confianza no es f¨¢cil para ellos. Les cuesta jugar y divertirse, ser m¨¢s despreocupados y espont¨¢neos. Desarrollar su amor propio y aceptarse a s¨ª mismos es una tarea importante para ellos.
Saturn0 Conjunci¨®n Plut¨®n:
Un rasgo suyo, no necesariamente de su entera generaci¨®n, es su fuerte aversi¨®n a grupos, muchedumbres, y organizaciones sociales. Se percatan r¨¢pidamente de los juegos sociales y de las faltas de sinceridad y evitan ser los protagonistas. Son directos en su manera y estilo de hablar, y van al grano. De actitud testaruda e inflexible, a menudo son incapaces de comunicar sus sentimientos y pensamientos m¨¢s ¨ªntimos.
Saturn0 en Sextil con Neptuno:
Son muy sensibles a la sinceridad, integridad, y buena voluntad. Se dan cuenta de la presencia o ausencia de estas cualidades m¨¢s r¨¢pidamente que otras personas y las mencionan frecuentemente. Tienen una actitud filos¨®fica ante la vida y son muy perceptivos, pero pueden tener un sentido exagerado de su propia sabidur¨ªa o capacidad de entendimiento en temas religiosos, metaf¨ªsicos, art¨ªsticos o intuitivos.
Urano en G¨¦minis:
Nacieron en un per¨ªodo de 7 a?os entre gente pensadora, progresista y creativa. Los niveles acad¨¦micos son m¨¢s altos en su generaci¨®n que en ninguna otra. Son un grupo curioso e inquisitivo, y a ellos se les deben muchos descubrimientos e intuiciones acertadas. El amor por el conocimiento nunca muere en esta generaci¨®n y su curiosidad e inter¨¦s por conocer no disminuye con los a?os.
Neptuno en Libra:
Nacieron durante un per¨ªodo de 14 a?os, entre gente con un sentido muy idealista de la fraternidad y cooperaci¨®n universal que promover¨ªa, entre otras cosas, los movimientos de paz y libertad. A esta generaci¨®n le interesan los ideales y las filosof¨ªas de otras culturas y no es nada dogm¨¢tica en su actitud religiosa. Son gente que asimilan f¨¢cilmente las perspectivas de otras religiones. Tienden a ser ecl¨¦cticos en cuanto a religi¨®n, utilizando elementos de muchas religiones, oriental-occidental, por ejemplo, y les resulta muy dif¨ªcil seguir pr¨¢cticas religiosas definidas tradicionalmente.
Como grupo generacional, son f¨¢ciles de enga?ar por su credulidad y por su falta de inter¨¦s en ser decididos o en enjuiciar a los dem¨¢s. En consecuencia, muchas de sus metas e ideales bien intencionados se frustran por falta de sentido de orientaci¨®n y claridad de objetivos.
Plut¨®n en Leo:
Nacieron durante un per¨ªodo do 14 a?os, al que se ha venido a llamar "la generaci¨®n del YO", generaci¨®n que tiene una actitud de mucho orgullo y de confianza en s¨ª misma. Su generaci¨®n est¨¢ muy preocupada por el desarrollo e integridad personal. El respeto por los derechos de la mujer y de las minor¨ªas es algo que su generaci¨®n ha fomentado y que refleja su preocupaci¨®n por el respeto al individuo, la integridad y el honor. Este grupo generacional tiene un profundo convencimiento de que cada persona tiene el mismo derecho y las mismas oportunidades para el pleno desarrollo de su potencial.
Sin embargo, es un grupo que tambi¨¦n encuentra dificultad en formar parte de un grupo y su fuerte ego¨ªsmo entorpece las labores de equipo: desaf¨ªan la autoridad y a menudo piensan que nadie tiene derecho de decirles lo que deben hacer. El fuerte movimiento para eliminar el servicio militar es un ejemplo del profundo sentido de los derechos individuales y de libertad que comparte este grupo.
El inter¨¦s en el desarrollo personal se manifiesta tambi¨¦n a veces en una fascinaci¨®n con ciertos individuos y mucha adoraci¨®n de h¨¦roes. Por supuesto, cada generaci¨®n tiene gran cantidad de ¨ªdolos, pero la suya es particularmente propensa a la necesidad de tener unos individuos espec¨ªficos que representen y encarnen una idea o un sentimiento que sirva de punto de inter¨¦s focal. El ejemplo m¨¢s extremo tal vez sea el concepto del ¡°maestro¡± o gur¨² que esta generaci¨®n populariz¨®.
Despu¨¦s de medio siglo, ya va siendo hora de jubilarnos y entregar la antorcha que recibimos de la generaci¨®n anterior. No se puede afirmar que la nuestra haya sido mejor o pe¨®r que la anterior, y s¨ª muy diferente, pues cada una ha tenido sus propias circunstancias -y paradigmas que intentamos cambiar- y ¨¦stas inclinaron finalmente la balanza hacia uno u otro costado. Si fu¨¦ diferente, fu¨¦ m¨¢s por necesidad y la t¨ªpica rebeld¨ªa que heredamos cuando constatamos las tremendas injusticias a las que el mundo estaba sujeto por la mentalidad imperial herencia del pasado, y quer¨ªamos m¨¢s justicia. Necesitabamos un cambio de mentalidad y de valores m¨¢s acordes con la conciencia de la ¨¦poca en la que nos toc¨® vivir; aveces para bien, otras veces al contrario. De cualquier manera, al menos nos rebelamos contra lo que consider¨¢bamos desiquilibrado e inmoral, y formamos grupos con una tendencia y unos criterios bien definidos, que hoy parece que ya han caducado.
Las semillas de entonces han florecido, en un tiempo r¨¦cord pasamos de la radiofon¨ªa de bulbos al transistor, y lo que vino despu¨¦s ya est¨¢ en los mus¨¦os. La inform¨¢tica estaba en pa?ales, y la sociedad del usa y t¨ªralo se puso en boga, aunque ¨¦sto haya desembocando en una contaminaci¨®n del planeta, formando incluso islas extensas de residuos en los oc¨¦anos.
En el decenio de los a?os sesenta, Chile es azotado por un gran terremoto, John Kennedy es elegido presidente, Yuri Gagarin es el primer cosmon¨¢uta, y el muro de Berlin es constru¨ªdo. La guerra de Argelia llega a su fin y los "Beatles" se coronan los reyes de la m¨²sica pop.
Entre el 65 y el 68, se asesinan a personalidades que as¨ª se convierten en ¨ªconos de las revueltas y protestas -Malcom X, el Che Guevara y Martin Luther King-. Israel conquista lo que a d¨ªa de hoy a¨²n no ha devuelto.
De acontecimientos gratos se puede destacar que 32 pa¨ªses -en su mayor¨ªa africanos- obtuvieron su independencia.
No cabe duda que ¨¦ste medio siglo pasado se hace bajo la h¨¦gira y la batuta -para bien o para mal- del imperio del ¨¢guila y del d¨®lar. La carrera del espacio la ganaron los rusos y Europa tiene un denominador com¨²n: Son los grandes consumidores de la cultura estadounidense, que ya ha invadido el mundo, y lo ha conquistado para si.
Para no alargar m¨¢s, terminar¨¦ diciendo que hubo un elemento que cambi¨® y revolucion¨® la vida del planeta definitivamente, no hablo de la lavadora el¨¦ctrica, sino de la p¨ªldora anticonceptiva.
Total, ser un sesentayochista, yo lo v¨¦o como un privilegio, y me considero muy afortunado, pues las cosas fueron entonces naturales. La evoluci¨®n nos coloca ahora en otra era y dimensi¨®n: la de la vida virtual, donde casi todo es sint¨¦tico, y de verdad, me apena por aquellos nacidos en este siglo, que cuando cumplan los 65, seguramente llevar¨¢n un chip operado en el cerebro, y una fecha de caducidad visible.
Aunque personalmente s¨¦a agn¨®stico, os incluyo un saludo navide?o.
PS. Estoy totalmente de acuerdo y agradezco los exclusivos y acertados comentarios de Miguel Mora y Jorge Bas Vall, que son totalmente profesionales.
Recuerdos de los sesenta y ocho.Aqui en Norteamerica los del 68 no somos una cohorte definida por edad.Somos definido por nuestros esfuerzos en esos a?os.Esfuerzos contra la participacion de nuestro pais en unaguerra colonial al otro lado del mundo, una guerra en quemurieron mas que cincuenta mil de nuestro soldados y millonesde Vietnameses.Esfuerzos contra el racismo, imperialismo, y un sistema injusto.Esfuerzos al mismo tiempo para liberarnos de una conformidad sofocante impuesta por la sociedad tradicional, para crear una vidade libertad en arte, musica, y relaciones interpersonales.Aunque nuestros exitos eran limitados, y hay tareas bastantes que quedan para los jovenes,ahora en el a?o 2010, no me arrepiento de nada.
Jorge Bas Vall, discrepo un tanto del segundo comentario.
Las revoluciones nunca podr¨¢n acabarse, porque son un elemento primordial e indispensable de la vida humana y de la evoluci¨®n.
S¨ª han servido, porque cada una a significado un paso adelante -con o sin errores-.
La gente s¨ª quiere cambiar pero las posibilidades de hacerlo son cada vez menores y m¨¢s lejanas; y la vida es tan tremendamente complicada, que la mayor¨ªa apenas tiene fuerzas y recursos para nada.
Tampoco hay l¨ªderes ya, la mediocridad, la pasividad producto del circo medi¨¢tico y el constante bombard¨¦o ha convertido al ciudadano en un zombi, que se ve obligado al alcohol o las drogas para sobrevivir.
Las utop¨ªas son necesarias, quien puede afirmar que alg¨²n d¨ªa dejar¨ªan de serlo para convertirse en realidad. Nadie puede ni debe quitarnos la capacidad de so?ar, las grandes conquistas siempre usaron sue?os como combustible.
Las religiones por desgracia, todav¨ªa tienen demasiado poder, no por sus dogmas o su contenido filos¨®fico, sino por el enorme poder de disuaci¨®n que tienen, basados ¨¦stos en el miedo y la ignorancia, y de su todav¨ªa incre¨ªble poder¨ªo econ¨®mico -sin el cual entonces no existir¨ªan-.
S¨ª, es aut¨¦ntico que el problema b¨¢sico de toda revoluci¨®n -y su tal¨®n de Aquiles- es el no prever el futuro, y consecuentemente tomar medidas para evitar tropezar con la misma piedra; ya vimos lo que pas¨® despu¨¦s de la revoluci¨®n francesa, y para no ir m¨¢s lejos: La guerra de Irak. Se elimin¨® al dictador, y ?Qu¨¦ pas¨® despu¨¦s?
El poder corrompe, qu¨¦ duda cabe, pero su atractivo -los privilegios- es tan poderoso que la mayor¨ªa sucumbe y se arrodilla ante ¨¦l, por ello si lo que se des¨¦a es un cambio, lo primero deber¨ªa ser asegur¨¢rse de decentralizarlo y repartirlo entre tantas manos, que la posibilidad de una concentraci¨®n o monopolio de alg¨²n grupo ser¨ªa imposible.
Pero hay que empezar por lo m¨¢s importante: La desmonopolizaci¨®n del conocimiento -que es la base del poder-, e invertir en educar al mundo en las ventajas de la racionalidad y el respeto al pr¨®jimo y al planeta. Repartir los recursos equitativamente. Su inmenso costo se cubrir¨ªa con los presupuestos militares, que en las potencias ya alcanza cifras astron¨®micas.
No olvidemos que los actuales detentadores del poder van a ser expectadores con los brazos cruzados y las manos en los bolsillos; nunca permitir¨¢n que nada ni nadie sugiera tan solo un cambio que atente contra sus privilegios -los cementerios, hospitales y manicomios est¨¢n llenos de gente que lo intent¨®- y si apenas algo hemos avanzado en el plano social y econ¨®mico, ¨¦ste se hace a c¨¢mara lenta -f¨ªjate la que a¨²n se est¨¢ armando en los EE.UU, tan solo porque su mandatario es mulato y no es de derechas-.
Los ¨²nicos que son lo suficientemente ciegos y sordos ante los avances de la ciencia y la cultura son los fan¨¢ticos -que casualmente se identifican con clara tendencia nacionalista y/o religiosa-.
Los seres (in)humanos nos matamos por codicia y ambici¨®n -y por placer-, pero ya han llegado al l¨ªmite; est¨¢n tan extendidas ya gracias a la corrupci¨®n que es otra herramienta favorita del poder, junto a las amenazas- y son tan profundas que ya han tocado fondo.
Las guerras no son del todo in¨²tiles -lo reconozco aunque pese a mi humanismo pacifista- pero hay otras maneras de progresar sin necesidad de matar y destruir.
No contin¨²o por no alargarme m¨¢s. En el fondo estamos de acuerdo. Un saludo.
Jo, che, yo por lo menos s¨¦ que en los USA uno no se jubila amenos que lo boten a la fuerza a uno del trabajo. La pasta, ah¨ª no importa, lo que importa es mantenerse ocupado, las maos y la cabeza en vez de mirar la TV todo el d¨ªa y vivir de lo que otros producen parasitariamente hasta el d¨ªa de la muerte. Trabajar, en ese pa¨ªs del norte, aunque sea voluntariamente a los 68 o incluso hasta los 75 a?os es un privilegio para el americano profesional medio y esta verdad en Espa?a se desconoce como en toda Europa. Trabajar ya viejo despu¨¦s de los 65 es dignificarse a si mismo y ejemplo para generaciones nuevas. Atiborrarse de porquer¨ªas sin hacer nada durante el d¨ªa ya viejo, ya es mejor ponerse la soga, o darse un tiro por in¨²til. Los viejos no sirven cuando son viejos in¨²tiles, pero cuando son modelo a seguir, el respeto gana su pedazo de dignidad y frente a ese anciano yo me saco el sombrero.Por eso esta columna de Bassets es dolorosa ver como Europa y Espa?a se quedan en remanentes de fabula, cuentos y mitos sobre los a?os dorados. Y los blogeros que aqu¨ª opinaros sobre la jubilaci¨®n, lo hacen para justificar el parasitismo social y (des) respeto que les espera despu¨¦s de los 68.
La ¨²nica Revoluci¨®n verdaderamente interesante todav¨ªa no se ha hecho, ni siquiera se ha planteado. Pero es posible.
Nacer llorando, ser esclavo de la experiencia sensorial, fabricarse un mundo de ficci¨®n en el que s¨®lo imperan el deseo y el miedo, el amor y el odio, pensar y pensar, no parar de sufrir, acumular todo lo que se pueda, y morirse al cabo de nada, no es vida de ninguna clase. Es lo mismo que estar muerto. Perdido en un bosque encantado de caramelo con vampiritos seductores.
Un sue?o alborotado de pesadillas en el que vamos dando tumbos sin que alcancemos a despertar, al que confundimos por la mayor de las realidades.
¡ªLo real, lo normal, nuestra realidad, la cordura ¡ªdecimos.
Esto es lo que entendemos por la vida. Nuestra vida.
Sin embargo, la Vida no tiene nada que ver con esta rid¨ªcula insignificancia. La Vida es la consecuencia inmediata de haber franqueado el magnificente portal dorado de la Inmortalidad.
Un patrimonio indescriptible que tendremos que recobrar antes de que nos aburramos de tanto irnos muriendo una y otra vez.
Muchos ya no nos moriremos nunca m¨¢s, Nicole.
¡ªQu¨¦ guay¡ De buena gana te morder¨ªa un poquito¡
De ah¨ª la primera raz¨®n inequ¨ªvoca de nuestro contento. Aunque, desde luego, haya muchas otras que coinciden y son la misma.
Hasta ahora, en cada sue?o existencial en que hemos adoptado una forma material m¨¢s densa o menos densa, hemos ido confundiendo de un modo sistem¨¢tico la Vida por la vida. En lugar de Vivir, nos hemos pasado la vida so?ando, fantaseando, muriendo.
Un devenir ilusorio compuesto por la experiencia sensorial, la capacidad de pensar, el paso del tiempo, el recuerdo de lo experimentado, la imaginaci¨®n de futuro, y la sensaci¨®n incuestionable de ser un alguien que razona, decide, juzga, y elige libremente lo que cree que mejor le conviene, alguien que tiene emociones y sentimientos. Mente y cuerpo, raz¨®n y coraz¨®n.
Un sujeto con un cuerpo y una mente que act¨²a y queda irremediablemente sujeto a las consecuencias de lo actuado.
Si comportan gozo, gozar¨¢. Si sufrimiento, sufrir¨¢.
Aunque pasen mil a?os.
Un objeto que ocupa un espacio y discurre en un tiempo, rodeado de otros objetos que comparten el mismo espacio y discurren en el mismo tiempo. Con los que nos cruzamos y a veces chocamos.
Una individualidad soberana, con un libre albedr¨ªo para pensar y hacer lo que le viene en gana. Un yo que es su ¨²nico amo y se?or. Su Rey. Con carta de existencia en el ¨¢mbito de la Mente, un ¨¢mbito de Dualidad caracterizado por sus inevitables antagonismos: amor y odio, placer y dolor, correcto e incorrecto, j¨²bilo y tristeza, Bien y Mal. Lo limitado. El tiempo. Lo cambiante. Lo perecedero.
La Muerte, a fin de cuentas.
Circunstancia, todo hay que decirlo, que hasta ahora nos ha parecido de lo m¨¢s interesante: somos los due?os y se?ores.
¡ªEs lo ¨²nico que hay, cari?o.
¡ªEs la ¨²nica ilusi¨®n que hab¨ªa, querr¨¢s decir.
Una vida que nos tiene entretenidos unas veces con vanidosa solemnidad y otras con un j¨²bilo inconsciente, hasta el punto de ni siquiera percatarnos que no es m¨¢s que una bendita ficci¨®n, en la que vamos dando palos de ciego sin saber en qu¨¦ consiste y hacia d¨®nde se dirige, completamente ignorantes de que existe una Vida cuya memoria tenemos que recobrar.
Desconocedores de que la vida que vivimos es s¨®lo un sue?o del que tarde o temprano tendremos que despertar. Lo ¨²nico de lo que somos plenamente conscientes es que no paramos de sufrir y ansiamos con desespero la Felicidad.
Ya lo dijo con innegable clarividencia nuestro ilustre dramaturgo Pedro Calder¨®n de la Barca, all¨¢ por el a?o 1636.
Sue?a el rico en su riqueza,
que m¨¢s cuidados le ofrece;
sue?a el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sue?a el que a medrar empieza,
sue?a el que afana y pretende,
sue?a el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusi¨®n,
todos sue?an lo que son,
aunque ninguno lo entiende.(1)
La Vida, aquella bienaventuranza inacabable que no te deja preguntar ni siquiera si vale la pena ser vivida, es el estado de permanente Felicidad que rebosa de la Infinitud.
Un silencio eterno que siempre est¨¢, aunque est¨¦s haciendo el amor de madrugada o cortando calabac¨ªn para la cena.
Un silencio hecho inmensidad que se deja escuchar como si desde su seno emergiera Amor din¨¢mico hecho de millones de campanillas. Puedes estar sentada horas y horas sin hacer nada, arrobada, dejando pasar un tiempo que no pasa.
Existir se ha convertido ¨²nicamente en el hecho de estar experimentando la Felicidad. Nada de este mundo es m¨¢s gratificante que ser la mism¨ªsima Felicidad. Se te va el tiempo siendo feliz, todo lo dem¨¢s es un a?adido.
De aqu¨ª que no puedas estar m¨¢s acompa?ado: ser la Infinitud es la compa?¨ªa m¨¢s grande que uno puede disfrutar. Aunque parezca mentira, eres todo, y al ser todo no necesitas ninguna compa?¨ªa.
Algunos creer¨¢n que ser la Infinitud es incompatible con tomarse un buen par de huevos fritos. Seguramente lo creer¨¢n porque nunca han sido infinitos. Es sabido que la felicidad aumenta el goce sensorial y cualquier sensaci¨®n placentera: ser la Felicidad amplia la experiencia sensorial hasta un nivel de refinamiento celestial.
A los sentidos los tenemos muy menospreciados porque en el fondo sabemos que nos esclavizan: proporcionan un placer que luego se convierte en dolor. Se trata de un coqueteo ineludible que acaba inexorablemente en una relaci¨®n sadomasoquista de amor y odio, de la cual nos sabemos perfectamente los ¨²nicos perdedores.
Adem¨¢s, hay que tener muy presente toda aquella parafernalia ancestral de la transgresi¨®n, los complejos de culpa, las normas morales, los Diez Mandamientos, y toda una corseter¨ªa mental que aprieta en plan decimon¨®nico como una endemoniada. Vivimos inmersos en el ¨¢mbito de la Dualidad: a cualquier atributo le sigue inexorablemente el opuesto, es s¨®lo cuesti¨®n de tiempo.
El d¨ªa que seamos la mism¨ªsima Felicidad nos daremos cuenta de la inexplorada capacidad de refinamiento que tiene la percepci¨®n, pero entonces ya no nos interesar¨¢ de un modo tan compulsivo.
Llegaremos incluso a reunirnos con ¨¢ngeles y arc¨¢ngeles, y con dioses, y contemplaremos la realidad como Luz primigenia materializada en formas transl¨²cidas y refulgentes, escucharemos el sonido polif¨®nico de la Infinitud materializada en espacio, percibiremos el olor indescriptible de la materia sutil que conforma la fragancia del Amor, paladearemos el gusto del Agua Celestial que colma la sed de los cuerpos et¨¦ricos, percibiremos el tacto como la brisa que levantan millones de cuerpos ang¨¦licos al pasar exultantes de gozo. Habremos conseguido un refinamiento de los sentidos capaz de percibir las esencias sensoriales del ¨¢mbito Celestial.
Experimentaremos que la esencia del Sonido se expresa en Espacio, la esencia del Tacto en Aire, la esencia de la Vista en Fuego, la esencia del Gusto en Agua, y la esencia del Olfato en Tierra.
El magnificente origen de la creaci¨®n material, que no es m¨¢s que la manifestaci¨®n primigenia de la Realidad. Lejos de nada extraordinario, nos parecer¨¢ de lo m¨¢s normal.
Llega un momento en que adem¨¢s de ver carne mortal comienzan a verse transparencias. A muchos ya no nos asusta ver ¨¢ngeles y demonios cenando en la mesa de al lado.
As¨ª pues, la Vida no tiene nada que ver con estar vivo y creer en el Infierno, es otra cosa: estamos hablando de habernos asentado definitivamente en una existencia de amplitud infinita.
Desde la Vida, la vida de antes se convierte en una pel¨ªcula encantadora con persecuciones de coches y escenas de cama, una secuencia de acontecimientos divertidos en los que no tenemos nada que ver. Estamos fuera, la vemos como algo ilusorio.
Un conjunto de hechos que van ocurriendo sin que nos importe porqu¨¦, que observamos sin tomar partido ni pretender cambiarlos. Ocurren solos de la manera que resulta mejor para nosotros.
Ellos ocupan su tiempo en ocurrir mientras nosotros lo empleamos en vivir un ahora interminable al margen del espacio y del tiempo. Eso es la Vida, lo dem¨¢s son imaginaciones. Vidas de mentira.
Es como si hubi¨¦ramos cambiado de lugar, y comenzado a existir antes de que existieran el Espacio y el Tiempo.
De nosotros ha quedado un protagonista en la pantalla donde se describe una historia que observamos de vez en cuando mientras escuchamos miles de campanillas que nos derriten de Felicidad.
Muchas veces ni siquiera puedes abrir los ojos de Felicidad.
All¨ª, en el sof¨¢ disuelta en un oc¨¦ano de Bienaventuranza.
¡ª?Te imaginas, Nicole?
¡ªPues no, la verdad. Eso es inimaginable¡
¡ª?Viviendo antes del Espacio y del Tiempo con este cuerpo?
¡ªS¨ª, Nicole. Con este cuerpo tan encantador¡
¡ªPues ya me dir¨¢s c¨®mo, Jorge.
¡ªEl cuerpo y la mente no somos nosotros, son la imagen con que aparecemos en la pantalla. ?D¨®nde est¨¢ la pantalla? Ahora las pantallas te las llevas a cualquier lado. El cuerpo est¨¢, pero la idea de que nosotros estamos en el cuerpo es de antes de la guerra. Un par¨¢metro irrisorio que ya no se sostiene. El cuerpo claro que vive en este mundo, pero nosotros somos todo: no vivimos en ning¨²n espacio ni en ning¨²n tiempo. Por esto son tan rematadamente encantadoras las mujeres que dicen necesitar un espacio dentro de la pareja, o hacer un hueco en su coraz¨®n.
¡ªJorge, cari?o, eres de miedo¡
Los cient¨ªficos discutiendo con los obispos acerca de la cuestionada existencia de Dios, y t¨² all¨ª, disfrutando de la Infinitud.
Una secuencia de im¨¢genes que discurren en una superficie continua en la que ha desaparecido la fragmentaci¨®n que introduc¨ªan el espacio y el tiempo. En la que actuamos con mayor propiedad que nunca porque sabemos que nos estamos contemplando a nosotros mismos desde el patio de butacas.
Ahora me sirvo agua, ahora pongo aceite a las espinacas, ahora te miro con ojos de ser el Amor. Ahora. Siempre ahora. Lo Eterno.
Conscientes de que el dinero es s¨®lo papel impreso, los muertos son de mentira, las sonrisas del Presidente de cart¨®n piedra, y la mayor de las tragedias algo de lo m¨¢s insustancial.
Sin embargo, el Amor es tan real que su resplandor logra permear la ficci¨®n m¨¢s enrevesada.
De una pel¨ªcula en blanco y negro con trajes de funeral, hemos pasado a una colores fragantes y esplendorosos de aquellos que se paladean, en la que todos parecen estar m¨¢s contentos. Vivos.
Nicole, cari?o, la Vida es algo m¨¢s que una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n con persecuciones de coches y escenas de cama.
Es un estado existencial que pasa en otro lugar.
¡ªGuapa, tu presencia alumbra.
¡ªLa tuya incendia¡
(1) Acto II. Escena XIX. Mon¨®logo de Segismundo (Fragmento)
LA VIDA ES SUE?O. Pedro Calder¨®n de la Barca
O sea, que los verdaderos hippies que vivimos el 68 no nos jubilaremos jam¨¢s porque ya no existimos en el mundo que todos conocemos: el mundo en que se vive de mentira y se muere de verdad.
Despu¨¦s de andar y andar cruzando acantilados y barrancos, desiertos y tempestades, y luchar con todos los monstruos imaginables, hemos logrado instalarnos en un mundo donde se vive de verdad y se muere de mentira. Donde ya no hay jubilaci¨®n posible¡
?nimo, que ya falta poco.
Felicidades por su art¨ªculo, Sr. Bassets.
El colapso del imperio yanqui lleg¨®, se les acab¨® la ubre. Mire los numeritos del c¨¢ncer que se la est¨¢ devorando desde adentrito mismo, ya ni el Glass-Steagall Act la salva de su ruina total. Los USA trabaja ahora para china como segunda potencia:http://www.stansberryresearch.com/pro/1011PSIENDVD/PPSILC89/PR
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