El arte de acabar
Tres veces han negociado con la pistola encima de la mesa. Tres veces han roto las negociaciones para demostrar su voluntad de muerte a sus interlocutores. En esta nueva ocasi¨®n no iban a cambiar las cosas. ETA acaba de declarar un alto el fuego, calificado de ¡°permanente y de car¨¢cter general¡±, pero no ha querido escribir la ¨²nica palabra que se esperaba de ella, y que esperan incluso los vascos identificados con la izquierda abertzale, deseosos como est¨¢n de participar con normalidad en las elecciones y en la vida pol¨ªtica. Quiere negociar de nuevo y por cuarta vez, pero de nuevo con la pistola encima de la mesa.
Pero este paso de gigante que no terminan de dar se elude tajantemente con la idea de un proceso: ¡°Este es el compromiso firme de ETA con un proceso de soluci¨®n definitivo y con el final de la confrontaci¨®n armada¡±. Se les pide que dejen de una vez las armas para que la izquierda abertzale pueda existir legalmente y comparecer a las elecciones y empiece a resolverse la situaci¨®n de presos pol¨ªticos. Y ellos responden, como han hecho en otras ocasiones, con una trampa sem¨¢ntica que les permite seguir manteniendo el revolver cerca de la mano.
Es verdad que el proceso es ¡°definitivo¡±: entendamos todos que lo que ahora ha empezado conducir¨¢ alg¨²n d¨ªa a la paz y la disoluci¨®n de ETA. Pero el alto el fuego no lo es. Es la palabra que falta y que probablemente nadie se atreve a escribir en ETA porque quien ha dedicado todas sus energ¨ªas a sacar partido de la violencia intenta incluso sacar partido de ella cuando se decide a abandonarla.
Es dif¨ªcil que haya nuevos atentados, pero quienes han redactado la declaraci¨®n de ayer quieren precisamente evitar cuidadosamente que se sepa. Les interesa incluso que cunda el temor a una violencia que pueda reproducirse descontroladamente precisamente en el mismo momento en que se avance hacia la paz. Los datos que tiene el Gobierno espa?ol indican lo contrario: la debilidad de ETA es extrema, bordeando la desaparici¨®n. Lo que queda de su estructura est¨¢ organizando el desfile de la derrota para intentar darle una apariencia de victoria.
ETA se ha esforzado especialmente con este comunicado para intentar la internacionalizaci¨®n del conflicto. Llevan el reloj atrasado no de una sino de dos o quiz¨¢s tres ¨¦pocas. Han superado el fin de la guerra fr¨ªa, la llegada del megaterrorismo y la crisis de la globalizaci¨®n y todav¨ªa siguen impasibles en el mismo sitio. Fij¨¦monos que cada una de las treguas (1989, 1999, 2006) corresponde a momentos cruciales de cada una de las etapas recientes de la historia del mundo.
ETA ya casi no interesa en Espa?a, apenas interesa en Europa y globalmente y s¨®lo puede aspirar a convertirse en protagonista leg¨ªtimo de la historia el d¨ªa en que firme el comunicado que ponga el punto final a su historia. Cuando diga claramente que esto se acab¨®. Para siempre. Es evidente que cuesta mucho renunciar al poder que se tiene, por m¨¢s que se vaya encogiendo de un d¨ªa para otro. Pero, si no se dan prisa, este poco poder que creen tener se lo llevar¨¢ la lluvia y desaparecer¨¢ sin que ni siquiera puedan anunciarlo al vecino de enfrente.
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