El polic¨ªa que lleg¨® a caudillo
Ben Ali hizo carrera en los cuerpos de seguridad y en los a?os setenta vivi¨® en Madrid.- El odio popular a su mujer, apodada 'La Regenta', precipit¨® su ca¨ªda
Zine el Abidine Ben Ali, de 76 a?os, el derrocado presidente de T¨²nez, vivi¨® en Madrid en los albores de la transici¨®n democr¨¢tica espa?ola. A mediados de los a?os setenta fue unos meses agregado militar de su embajada. Cuando, 13 a?os despu¨¦s, apart¨® del poder al decr¨¦pito padre de la independencia, Habib Burguiba, de 84 a?os, a causa de su "estado f¨ªsico y mental", algunos pensaron que iba a seguir el ejemplo espa?ol.
"Nuestro pueblo es digno de una vida pol¨ªtica evolucionada e institucional fundada sobre un aut¨¦ntico pluripartidismo pol¨ªtico y la pluralidad de las organizaciones de masas", declar¨® Ben Ali en su primer discurso al pa¨ªs.
Esas promesas, que hicieron creer que T¨²nez se iba a adentrar por la senda democr¨¢tica, no tardaron en desvanecerse. So pretexto de luchar contra el peligro islamist a, el r¨¦gimen se convirti¨® en la m¨¢s dura dictadura del norte de ?frica exceptuando a Libia, un pa¨ªs hasta hace poco marginado por la comunidad internacional.
Ben Ali es un militar de origen modesto cuya exitosa carrera se debi¨®, en sus inicios, al padre de su primera esposa, Naima Kefi, general del Ej¨¦rcito. Se form¨® en la academia militar de Saint-Cyr (Francia) y, m¨¢s tarde, en la Senior Intelligence School de Fort Holabird (EE UU).
Ben Ali era adem¨¢s un activo militante del partido presidencial y fue all¨ª donde Burguiba se fij¨® en ¨¦l. Le nombr¨® primero, en 1978, director de la Seguridad Nacional antes de ascenderlo a ministro del Interior en 1985 y, en 1987, a primer ministro. Fue poco despu¨¦s cuando ape¨® a Burguiba de la presidencia.
La esperanza que suscit¨® su llegada al poder fue de corta duraci¨®n. Gan¨® las elecciones presidenciales de 1989 con el 99,27% de los sufragios. En 1994 super¨® ese record y obtuvo el 99,91%. En 2002 modific¨® la Constituci¨®n para incrementar sus poderes y eternizarse en la jefatura del Estado.
Pese a una imagen de pa¨ªs tur¨ªstico y tolerante, el T¨²nez de Ben Ali ha sido la m¨¢s f¨¦rrea dictadura norteafricana. A finales de 2009, Human Rights Watch aseguraba que era all¨ª donde hab¨ªa m¨¢s presos de conciencia (en su mayor¨ªa islamistas no violentos).
"T¨²nez es un Estado policial con escasa libertad de expresi¨®n o asociaci¨®n y con serios problemas de derechos humanos", escrib¨ªa en 2009 el embajador estadounidense, Robert Godec. En ning¨²n otro lugar el acceso a Internet estaba tan cercenado.
Desde un punto de vista econ¨®mico, el balance de la etapa Ben Ali no es del todo malo. T¨²nez liberaliz¨® su econom¨ªa y foment¨® el turismo. Hasta la crisis logr¨® un crecimiento anual del 5%, el m¨¢s alto de la regi¨®n, pero en 2009 cay¨® al 3,1%.
Esta desaceleraci¨®n, combinada con el fuerte crecimiento demogr¨¢fico y el auge del paro entre los j¨®venes -en algunas zonas del pa¨ªs la desocupaci¨®n juvenil rebasa el 60%, aunque la estad¨ªstica oficial no lo recoge- explican, en parte, la explosi¨®n social que empez¨® en diciembre. Es posible, como se pregunta la prestigiosa revista Foreign Policy, que los cables de la Embajada de EE UU en T¨²nez, desvelados por Wikileaks, hayan contribuido a exacerbar los ¨¢nimos de la poblaci¨®n. El embajador Godec describe a la familia de Ben Ali y, sobre todo a la de su esposa, como una "cuasi Mafia".
Ben Ali se cas¨® en 1964 con Naima Kefi, con la que tuvo tres hijas, pero en los ochenta Leila Trabelsi se convirti¨® en su amante. Nacida en una familia numerosa, ejerci¨® de vendedora ambulante y de peluquera antes de convertirse en La Regenta, el apodo con el que la bautizaron los tunecinos.
Antes de contraer matrimonio tuvo una hija con ¨¦l en 1986 -nacida en Bruselas y escondida durante a?os- y despu¨¦s una segunda en 1992. En 2005 dio a luz, por fin, a Mohamed, el var¨®n que Ben Ali siempre anhel¨®.
El envejecido presidente dedicaba muchas horas a este reto?o al tiempo que recib¨ªa tratamiento, en Alemania y Francia, para el c¨¢ncer de pr¨®stata que padec¨ªa. Su declive fue aprovechado por Leila y su familia para alcanzar con sus tent¨¢culos los sectores m¨¢s lucrativos de la econom¨ªa tunecina.
Ben Ali no era querido, pero Leila Trabelsi y sus hermanos eran odiados por gran parte de los tunecinos. El clan Trabelsi aspiraba adem¨¢s a suceder a Ben Ali en el poder. La propia Leila se preparaba para ello, aunque alguno de sus hermanos tambi¨¦n ten¨ªa ambiciones. Acab¨® el bachillerato franc¨¦s por correspondencia y, con la ayuda del consejero jur¨ªdico del presidente, estudi¨® a distancia la carrera de Derecho en la Universidad de Toulouse.
Paralelamente, se hab¨ªa convertido en una militante feminista ¨¢rabe. La revoluci¨®n que estall¨® hace 28 d¨ªas ha dado al traste con su sue?o de ser la primera mujer presidenta de un pa¨ªs ¨¢rabe.
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