La revoluci¨®n tunecina amenaza los otros reg¨ªmenes del Magreb y Egipto
Occidente al apoyar los reg¨ªmenes dictatoriales se ha convertido en un obst¨¢culo para la democratizaci¨®n del mundo ¨¢rabe
Los ciudadanos del mundo ¨¢rabe siguen con gran inter¨¦s y entusiasmo los acontecimientos hist¨®ricos de T¨²nez y se preguntan acerca del futuro de los reg¨ªmenes de la regi¨®n despu¨¦s del derrocamiento del presidente Zine el Abidine Ben Ali como consecuencia de la injusticia pol¨ªtica y social que ha practicado durante m¨¢s de dos d¨¦cadas. Una revoluci¨®n que viene a destacar el papel crucial de las nuevas tecnolog¨ªas en mover a los pueblos, tambi¨¦n pone en relevancia el papel repugnate de Occidente que brinda un apoyo incondicional para la continuidad de unas dictaduras medievales.
La revoluci¨®n pol¨ªtica que vive T¨²nez, demuestra que los mismos motivos que generaron el derrocamiento de este dictador que son: la falta de libertades, la injusticia social, los niveles insoportables de la corrupci¨®n y la militarizaci¨®n del pa¨ªs existen en el resto de los pa¨ªses del mundo ¨¢rabe sobre todo en los siguientes pa¨ªses: Argelia, el pa¨ªs rico en gas y petr¨®leo carece de infraestructuras y los hermanos del presidente, Abdel Aziz Bouteflika est¨¢n inmersos en la corrupci¨®n. En Marruecos, el entorno del rey Mohamed VI se enriquece de una forma escandalosa, mientras que los hijos del coronel revolucionario Mouamar Gadafi se han convertido en pr¨ªncipes que controlan el destino pol¨ªtico y financiero de este pa¨ªs rico en petr¨®leo. Por su parte, el presidente Hosni Mubarak est¨¢ intentando convertir a su familia, que controla ya sectores importantes de la econom¨ªa del pa¨ªs, en un nuevo miembro del club de la realeza en Oriente Medio. Mauritania es el ¨²nico pa¨ªs que escapa de esta ola de corrupci¨®n gracias en parte a los golpes de estado en los ¨²ltimos a?os que expulsaron otro dictador que se llama Muhauiya Ueld Taeh.
Sin embargo, a pesar de todo esto, Occidente no cesa de defender a estos reg¨ªmenes. En el caso de T¨²nez, Occidente consideraba a Ben Ali hasta su derrocamiento "el alumno ejemplar", el propio presidente franc¨¦s, Nicol¨¢s Sarkozy dijo en el 2008 que T¨²nez vive en una democracia. Durante todo el mes que duraron las protestas, los gobernantes de Occidente, excepto los EE.UU, mantuvieron un silencio sospechoso, incluso la jefa de la diplomacia francesa, Mich¨¨le Alliot-Marie se ofreci¨® a asesor al r¨¦gimen de c¨®mo hay que acabar con las protestas y rechazando dar lecciones de democracia a otros pa¨ªses. Semejante postura pone de relieve el concepto selectivo de Occidente a la hora de exigir a algunos pa¨ªses la democratizaci¨®n y otros no.
La Uni¨®n Europea encabezada por Francia presiona los presidentes de Costa de Marfil, Sudan e Ir¨¢n y por otra parte mantiene un silencio m¨¢s que sospechoso acerca de los que est¨¢ pasando en el mundo ¨¢rabe y sobre todo en el Magreb. Si Occidente desempe?¨® un papel crucial en la democratizaci¨®n de los pa¨ªses de Europa Oriental, pues est¨¢ haciendo lo contrario con los pa¨ªses ¨¢rabes. No s¨®lo apoya a los reg¨ªmenes dictatoriales sino tambi¨¦n les facilita el saqueo de la riqueza de los pueblos al permitirles la apertura de cuentas bancarias donde depositan lo robado y les autoriza la compra de inmuebles y acciones en grandes empresas europeas. Con este comportamiento, Occidente es c¨®mplice por excelencia en estos cr¨ªmenes. Otro regalo brindado a estas dictaduras, es que la UE y desde hace a?os ya no otorga el asilo pol¨ªtico a los que escapan de estos sangrientos reg¨ªmenes.
Peor a¨²n, Occidente siempre dice que est¨¢ luchando contra los movimientos isl¨¢micos radicales y terroristas, y las investigaciones sociol¨®gicas demuestran que, en gran parte, el fanatismo es el resultado directo de la injusticia social y la corrupci¨®n de estos reg¨ªmenes dictatoriales. A pesar de todo esto, Occidente ignora esta realidad y estos hechos y se aliena con las dictaduras.
La revoluci¨®n tunecina es muy reveladora de una nueva realidad pol¨ªtica y social en el mundo ¨¢rabe y sobre todo en el Magreb que viene para confirmar unos nuevos datos que escapaban a las dictaduras y a Occidente:
1-Las revueltas y los cambios pol¨ªticos en el mundo ¨¢rabe no dependen de los movimientos isl¨¢micos como suelen destacar m¨²ltiples estudios acad¨¦micos sino en gran parte de la reacci¨®n de los pueblos al no poder soportar m¨¢s la humillaci¨®n, el saqueo, la marginaci¨®n y el paro. En T¨²nez, el movimiento isl¨¢mico prohibido Nahda (renacimiento) no tuvo ning¨²n papel destacable en este cambio. En consecuencia, el derrocamiento de cualquier d¨¦spota ¨¢rabe es muy posible.
2-El papel crucial de las nuevas tecnolog¨ªas de comunicaci¨®n de Internet y el tel¨¦fono m¨®vil que han permitido sacar im¨¢genes de la actuaci¨®n brutal de las polic¨ªas y tambi¨¦n el papel de las televisiones por sat¨¦lite como Aljazeera y Alhiwar adem¨¢s ediciones digitales de peri¨®dicos cr¨ªticos como Alquds ?rabe. Estas nuevas tecnolog¨ªas facilitaron una coordinaci¨®n perfecta entre los manifestantes de diferentes ciudades tunecinas y lo m¨¢s importante informaron a la opini¨®n p¨²blica internacional de lo que estaba sucediendo.
3-Este levantamiento confirma que la instituci¨®n militar no est¨¢ siempre dispuesta a enfrentarse al pueblo y defender a reg¨ªmenes corruptos, porque los jefes militares est¨¢n conscientes que la situaci¨®n internacional ha cambiado con el surgimiento de la justicia internacional. El punto de inflexi¨®n de la revoluci¨®n tunecina radica en el rechazo por parte del jefe de las fuerzas terrestres, el general Rahid Amar de abrir fuego contra los manifestantes. Esta misma instituci¨®n militar que impide ahora en Egipto el nombramiento de Jamal Mubarak como sucesor de su padre Hosni Mubarak que lleva m¨¢s de tres d¨¦cadas en el poder y que su balance es peor que Ben Ali. E incluso Egipto puede vivir dentro de poco una situaci¨®n semejante a la tunecina, por lo menos esto lo que ya destacan los analistas ¨¢rabes en diferentes paginas web desde la noche del viernes.
4- El levantamiento de T¨²nez puede contagiar f¨¢cilmente a los pa¨ªses de la zona, Marruecos, Libia, Argelia y Egipto y otros como Jordania y Yemen. Los pueblos de estos pa¨ªses sufren de la corrupci¨®n, el paro y el saqueo sistem¨¢tico de las riquezas por unos muy pocos cercanos al poder. La noche del viernes hubo manifestaciones en las capitales Rabat, El Cairo, Aman frente a las embajadas de T¨²nez saludando a la revoluci¨®n. Centenares de blogs y p¨¢ginas web ¨¢rabes piden desde la noche del viernes una soluci¨®n a la tunecina. Y de una forma sorprendente, Marruecos, Argelia, Mauritania, Libia, Yemen y Jordania han anunciando que no aumentar¨¢n los precios de los productos b¨¢sicos como la leche, el pan y el aceite. Adem¨¢s Argelia anunci¨® una indemnizaci¨®n a los parados universitarios.
5- Los hechos vienen a confirmar que Occidente al apoyar reg¨ªmenes corruptos y dictatoriales, se ha convertido un en obst¨¢culo para la democratizaci¨®n del mundo ¨¢rabe y sobre todo Magreb. Occidente ya forma parte del problema.
* El Houssine Majdoubi es periodista marroqu¨ª. Corresponsal en Espa?a de Al Quds al Arabi
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.