Discurso de Hosni Mubarak
El presidente egipcio se dirige a la naci¨®n el 10 de febrero de 2011 en plena crisis pol¨ªtica
Pueblo y mujeres de Egipto, me dirijo hoy a vosotros. Me dirijo a los j¨®venes de Egipto en la plaza de Tahrir. Me dirijo a todo Egipto con unas palabras que nacen del coraz¨®n.
Unas palabras de un padre a sus hijos e hijas.
Me gustar¨ªa deciros que estoy orgulloso de vosotros, del s¨ªmbolo que sois de una nueva generaci¨®n de egipcios que pide un cambio para mejorar y est¨¢ comprometida con ese cambio, una juventud que sue?a y construye su futuro.
Pero antes me gustar¨ªa hablaros de todos vuestros m¨¢rtires heridos; su sangre no se habr¨¢ derramado en vano, y quiero subrayar que no dejar¨¦ de castigar a los culpables de esos cr¨ªmenes con absoluta severidad. Quienes han cometido cr¨ªmenes contra nuestros j¨®venes ser¨¢n juzgados de acuerdo con los tribunales y las leyes. Obtendr¨¢n duros castigos. Y quiero dirigirme a las familias de estas v¨ªctimas inocentes. Me entristece enormemente y me hiere el coraz¨®n ver lo que les ha pasado. Tanto como os hiere y os duele a vosotros.
Me gustar¨ªa deciros que mi respuesta a vuestras voces, a vuestro mensaje, a vuestras demandas, es un compromiso irrevocable, y estoy decidido a prometer categ¨®ricamente lo que ya os he prometido, con toda seriedad y sinceridad. Me comprometo a poner todo eso en pr¨¢ctica sin la menor vacilaci¨®n.
Todo esto nace de un fuerte compromiso, un gran compromiso, con vuestra confianza.
Vuestras demandas son leg¨ªtimas y justas. Cualquier sistema pol¨ªtico puede cometer errores y cualquier Estado puede cometer errores. Lo m¨¢s importante es reconocerlos y corregirlos lo antes posible, e identificar a quienes los han cometido, pedir responsabilidades a quienes los han cometido.
Quiero deciros que, como presidente de la Rep¨²blica, no me averg¨¹enza escuchar a los j¨®venes de mi pa¨ªs y responderles.
Ahora bien, lo que s¨ª me averg¨¹enza, lo que est¨¢ mal, lo que no voy a aceptar jam¨¢s, es hacer caso a las cosas que dicen en el extranjero, venga de donde venga o sean cuales sean sus razones, pretextos o excusas.
J¨®venes de Egipto, hijos de Egipto, hermanos, ciudadanos, he expresado con toda claridad mi intenci¨®n de no presentarme a las pr¨®ximas elecciones.
He dedicado mis esfuerzos a este pa¨ªs durante m¨¢s de 60 a?os, en tiempos de paz y de guerra.
Afirmo mi compromiso y hago una promesa similar de seguir cumpliendo mi responsabilidad de proteger la Constituci¨®n, los intereses del pueblo, hasta que se haga el traspaso de poder y responsabilidad a quien quiera que escojan los electores el pr¨®ximo mes de septiembre, en unas elecciones libres y limpias que tendr¨¢n garantizadas su transparencia y su libertad.
?sta es la promesa que he hecho ante Dios y ante la naci¨®n.
Y voy a proteger esta promesa hasta que, juntos, llevemos Egipto a la seguridad, a las orillas de la Seguridad.
He expuesto mis planes para salir de esta crisis y para cumplir las exigencias del pueblo dentro de la legitimidad de la Constituci¨®n y de una forma que mantenga la estabilidad de nuestra sociedad adem¨¢s de las demandas de sus hijos y ofrezca un marco de actuaci¨®n consensuado para el traspaso pac¨ªfico de poder mediante un di¨¢logo responsable entre todas las fuerzas de la sociedad y con todos los sectores, con el m¨¢ximo nivel de sinceridad y transparencia.
Presento esta visi¨®n en mi compromiso de sacar al pa¨ªs de esta dif¨ªcil situaci¨®n, voy a seguir trabajando hasta conseguirlo, una cosa tras otra, una hora tras otra, y aspiro a contar con la ayuda de todos los que deseen la seguridad y la estabilidad de Egipto.
Hago esta propuesta para ponerla en pr¨¢ctica.
Y estos planes los llevar¨¢n a cabo, dentro de lo razonable, nuestras Fuerzas Armadas.
Hemos iniciado ya un di¨¢logo nacional muy constructivo, que incluye a los j¨®venes egipcios que han encabezado el llamamiento al cambio y a todas las fuerzas pol¨ªticas.
De este di¨¢logo ha surgido el acuerdo de principio sobre opiniones y posturas que nos ha situado en la v¨ªa apropiada para salir de esta crisis. Debemos proseguir este di¨¢logo para pasar del marco de actuaci¨®n a un plan real, una aut¨¦ntica hoja de ruta, con un calendario preciso y concreto.
Veo, d¨ªa tras d¨ªa, una transici¨®n pac¨ªfica y un traspaso de poder desde ahora hasta septiembre.
Este di¨¢logo nacional ha decidido la formaci¨®n de una comisi¨®n constitucional que examine las enmiendas constitucionales y legislativas necesarias.
Asimismo, ha aprobado la formaci¨®n de una comisi¨®n que se encargue de supervisar la puesta en pr¨¢ctica, la sincera puesta en pr¨¢ctica, de lo que he prometido al pueblo.
Deseo que ambas comisiones cuenten con personalidades egipcias de prestigio y experiencia, merecedoras de nuestra confianza. Que est¨¦n formadas por l¨ªderes y expertos.
Por otra parte, todos los hijos de Egipto a los que hemos perdido como m¨¢rtires durante estos tristes acontecimientos me duelen en el coraz¨®n.
Me he apresurado a ordenar, la semana pasada, una investigaci¨®n cuyos resultados se presentar¨¢n a la fiscal¨ªa para que emprenda las acciones legales necesarias.
Ayer recib¨ª el primer informe sobre prioridades constitucionales y enmiendas constitucionales de la comisi¨®n que he creado, compuesta por miembros del poder judicial y expertos legales, para estudiar las propuestas legales y constitucionales.
En vista del informe de la comisi¨®n y de acuerdo con los poderes confiados al presidente de la Rep¨²blica, he pedido la enmienda de los art¨ªculos 76, 77, 88, 93 y 187 de la Constituci¨®n, adem¨¢s de abolir el art¨ªculo 179 y subrayar que se aprobar¨¢n otras enmiendas a medida que sea necesario.
El objetivo de estas enmiendas es facilitar las pr¨®ximas elecciones y garantizar que sean libres y transparentes.
Los jueces deben investigar la identidad de los parlamentarios y las condiciones existentes para las elecciones.
Los partidarios de abolir del art¨ªculo 179 dicen que eso proteger¨¢ al pa¨ªs de los peligros del terrorismo y garantizar¨¢ los derechos y libertades, las libertades civiles de los ciudadanos, que nos permitir¨¢ abrir la puerta a poner fin a la ley marcial en cuanto se den las circunstancias apropiadas y la estabilidad suficiente.
Ciudadanos, lo prioritario ahora es recobrar la confianza entre los egipcios, la confianza en nuestra econom¨ªa y en el ¨¢mbito internacional, y hay que dejar claro que el cambio que hemos emprendido va a continuar y no vamos a volver a los viejos tiempos.
Egipto est¨¢ atravesando momentos dif¨ªciles y no podemos dejar que siga as¨ª.
El da?o a nuestra econom¨ªa es diario, y va a llevar al pa¨ªs a situaciones en las que los j¨®venes que est¨¢n pidiendo el cambio y la reforma ser¨¢n los primeros afectados.
El problema ahora no soy yo. Lo importante no es Hosni Mubarak, lo importante ahora es Egipto, su presente, el futuro de sus hijos; todos los egipcios est¨¢n en la misma lucha, y, por tanto, debemos continuar el di¨¢logo nacional que ya hemos comenzado con un esp¨ªritu de grupo, no de enemigos.
Para que Egipto se recupere de esta situaci¨®n y nosotros recobremos la confianza en nuestra econom¨ªa y demos a los ciudadanos paz y estabilidad para que la vida pueda volver a la normalidad en las calles.
Yo tambi¨¦n fui joven, era joven cuando ingres¨¦ en el Ej¨¦rcito y cuando promet¨ª fidelidad a la naci¨®n y me sacrifiqu¨¦ por la naci¨®n. He pasado mi vida defendiendo la tierra y la soberan¨ªa de Egipto. He visto sus guerras, sus derrotas y sus victorias. he vivido d¨ªas de ocupaci¨®n y frustraci¨®n y d¨ªas de liberaci¨®n. Aquellos fueron los mejores d¨ªas; el mejor d¨ªa de mi vida fue aquel en el que ic¨¦ la bandera de Egipto sobre el Sina¨ª. Y cuando pilotaba aviones. No ha habido ning¨²n d¨ªa en el que me haya dejado afectar ni haya cedido a las presiones extranjeras.
He defendido la paz, he trabajado por la estabilidad y la paz de Egipto y he trabajado por el progreso de Egipto y de su pueblo. Nunca he tenido como meta hacerme con el poder.
Creo que la mayor¨ªa del pueblo egipcio sabe qui¨¦n es Hosni Mubarak, y me duele lo que han dicho algunas personas de mi propio pa¨ªs.
Soy consciente de los peligros que nos aguardan y creo que Egipto est¨¢ viviendo una fase muy importante de su historia. Ello me obliga a poner los intereses de la naci¨®n por encima de cualquier otra consideraci¨®n.
He decidido delegar en el vicepresidente algunos poderes del presidente, como dicta la Constituci¨®n. S¨¦ muy bien que Egipto superar¨¢ esta crisis.
Su pueblo no se dar¨¢ por vencido, volver¨¢ a levantarse, desviar¨¢ las flechas de sus enemigos y de quienes odian a los egipcios.
Nos alzaremos como egipcios y demostraremos nuestro poder y nuestro empe?o en superar esta situaci¨®n mediante un di¨¢logo nacional. Demostraremos que no somos seguidores ni marionetas de nadie, que no recibimos ¨®rdenes ni dictados de ninguna entidad, y que nadie toma ninguna decisi¨®n por nosotros, m¨¢s que la calle. Lo demostraremos con el esp¨ªritu y la determinaci¨®n del pueblo egipcio, con su unidad y su firmeza, con nuestra decisi¨®n, nuestra gloria y nuestra dignidad. Son los fundamentos de nuestra civilizaci¨®n, que naci¨® hace m¨¢s de 7.000 a?os.
Este esp¨ªritu vivir¨¢ en nosotros mientras vivan Egipto y su pueblo, todos, trabajadores, agricultores, intelectuales. Este esp¨ªritu vivir¨¢ en los corazones de nuestros ancianos, nuestros j¨®venes, de musulmanes, coptos, incluso en la mente de quienes todav¨ªa no han nacido.
Vuelvo a decir que he vivido y vivo por esta naci¨®n. He cumplido mis responsabilidades. Egipto estar¨¢ siempre para m¨ª por encima de cualquier individuo. Lo estar¨¢ hasta que entregue mi responsabilidad a otras personas. ?sta es la tierra en la que he vivido y es la tierra en la que morir¨¦. Siempre ser¨¢ mi tierra amada. No me ir¨¦ de ella hasta que me entierren. Su pueblo estar¨¢ siempre en mi coraz¨®n, erguido y con la cabeza alta.
Que Dios proteja a Egipto y que Dios defienda a su pueblo. Que la paz est¨¦ con vosotros.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.