Estados Unidos presion¨® a Uribe para hacer una limpia en sus servicios de espionaje
El Gobierno de Colombia se comprometi¨® a desmantelar su principal organismo de inteligencia
Estados Unidos presion¨® en 2009 al entonces presidente de Colombia, ?lvaro Uribe, para que hiciera una limpieza a fondo en el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), la agencia de espionaje que depende directamente del presidente del pa¨ªs. Los cables del departamento de Estado filtrados por Wikileaks revelan c¨®mo el embajador de Estados Unidos en Bogot¨¢, William R. Brownfield, amenaz¨® al entonces vicepresidente Francisco Santos con endurecer las relaciones de su pa¨ªs con los servicios secretos colombianos. Santos reconoci¨® que Uribe no comprend¨ªa a fondo la gravedad de la crisis y pidi¨® al embajador que hablara directamente con Uribe para convencerle de la necesidad de tomar medidas efectivas respecto al DAS.
Tras el esc¨¢ndalo de las escuchas se encontraba otro de igual o mayor gravedad, como era el de la parapol¨ªtica: los supuestos v¨ªnculos entre el dinero de los paramilitares y los pol¨ªticos en el poder. Los magistrados de la Corte Suprema de Justicia en Colombia que investigaban la relaci¨®n entre los paramilitares y el Gobierno hab¨ªan sido objeto en 2008 y 2009 de escuchas ilegales (chuzadas en el argot colombiano) por parte del DAS. El esc¨¢ndalo salt¨® en febrero de 2009 cuando el contenido de algunos de esos pinchazos de tel¨¦fono fueron filtrados a un semanario. ?lvaro Uribe, neg¨® en un comunicado cualquier v¨ªnculo con el caso: "Jam¨¢s he dado ni una sola orden para que se vigile la vida privada de las personas. Soy un hombre leal, que juega limpio con sus opositores y no les hace trampa".
Una de las v¨ªctimas m¨¢s evidentes de aquellas maniobras del DAS fue el magistrado de la Corte Suprema Iv¨¢n Vel¨¢zquez. Aquel mismo febrero, El PA?S public¨® una entrevista donde Vel¨¢zquez confesaba que tem¨ªa por su vida. Hab¨ªa unas 2000 horas grabadas con sus conversaciones telef¨®nicas, se hab¨ªan registrado todos sus movimientos, desde las visitas que efectu¨® a jefes paramilitares internados en c¨¢rceles hasta sus propios almuerzos familiares. Los diplom¨¢ticos estadounidenses enviaron a Washington un cable en el que mencionaban la entrevista de El PA?S y recordaban que Vel¨¢zquez hab¨ªa sido criticado de forma frecuente por Uribe.
La actitud de la embajada estadounidense, en principio, parec¨ªa limitarse a observar, anotar y comunicar a Washington el devenir de los hechos. Pero despu¨¦s se supo que entre las grabaciones ilegales se encontraba la de un funcionario de la embajada de Estados Unidos que convers¨® por tel¨¦fono con uno de los jueces. Y el 15 de septiembre de 2009 el embajador estadounidense William R. Brownfield opt¨® por reunirse con el entonces vicepresidente colombiano, Francisco Santos, y tomar cartas en el asunto. Le advirti¨® que Estados Unidos estaba a punto de endurecer sus relaciones con el servicio secreto colombiano y le conmin¨® a emprender una investigaci¨®n "exhaustiva, transparente y p¨²blica". Santos le dijo que estaba completamente de acuerdo y que incluso contemplaba la opci¨®n de disolver la agencia de espionaje, seg¨²n un cable despachado desde Bogot¨¢ al d¨ªa siguiente del encuentro.
"El embajador dijo que m¨¢s le val¨ªa al Gobierno de Colombia tener un plan B en caso de que surgiera otro esc¨¢ndalo del servicio de espionaje", indicaba el despacho. Y si no, se aplicar¨ªa el plan B de Estados Unidos: "terminar nuestra asociaci¨®n con el DAS. Inmediatamente".
Respecto a la escucha ilegal sobre el funcionario de la embajada, Santos inform¨® de que esa llamada probablemente no hab¨ªa sido efectuada por el DAS. El embajador indic¨® que las investigaciones hechas por su propia embajada tambi¨¦n llegaban a esa conclusi¨®n. Pero eso no le restaba gravedad al asunto. Estados Unidos quer¨ªa un interlocutor fiable con el que intercambiar informaci¨®n. Y el DAS no parec¨ªa el socio id¨®neo.
Santos se mostr¨® plenamente de acuerdo con el embajador, pero hizo notar que su presidente, ?lvaro Uribe, "no comprend¨ªa de lleno la profundidad de la crisis". Y recomend¨® al embajador que hablase directamente con Uribe. Seis d¨ªas despu¨¦s, Uribe se reuni¨® con el embajador, le dijo que hab¨ªa empezado a desmantelar el DAS y a reasignar sus funciones a otros organismos. Durante el encuentro, "un extraordinariamente animado y agitado Uribe telefone¨® al fiscal general Guillermo Mendoza" para preguntarle c¨®mo iba la investigaci¨®n del esc¨¢ndalo de las escuchas y activ¨® el manos libres en el tel¨¦fono para que el embajador escuchase la conversaci¨®n.
Uribe le confes¨® despu¨¦s al embajador que los ¨²ltimos seis meses hab¨ªan sido un suplicio para ¨¦l, con tanta gente cuestionando su honestidad. Hasta el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, le hab¨ªa expresado su preocupaci¨®n por los servicios secretos colombianos. Uribe dijo que hab¨ªa decidido desmantelar el DAS. Tres d¨ªas antes de su reuni¨®n con el embajador Uribe hab¨ªa ordenado al director del organismo, Felipe Mu?oz, que informara de todos los detalles del desmantelamiento a Brownfield. Y este le inform¨® de que de sus 6.500 empleados, 2.000 ser¨ªan retirados y 4.500 enviados a otras agencias. Pero "la mayor¨ªa de los empleados de la nueva agencia de espionaje ser¨ªan nuevos profesionales sin conexi¨®n con el DAS", dijo Mu?oz. El embajador le hizo ver a Mu?oz, que adem¨¢s de todo eso, hab¨ªa que efectuar una investigaci¨®n completa sobre lo que hab¨ªa pasado y castigar a los responsables.
En su telegrama del 16 de septiembre de 2009 el embajador terminaba diciendo que para restaurar la credibilidad p¨²blica de los servicios secretos el Gobierno colombiano tendr¨ªa que afrontar "un precio m¨¢s alto del que tal vez est¨¦ preparado para pagar". Un a?o y medio despu¨¦s, Felipe Mu?oz contin¨²a como director del DAS, el organismo no ha sido desmantelado y la fiscal¨ªa contin¨²a investigando el caso de las escuchas ilegales.
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