Un imponente despliegue policial impide el D¨ªa de la Ira en Riad
El activismo chi¨ª es por ahora el ¨²nico desaf¨ªo al r¨¦gimen de los Al Saud
Arabia Saud¨ª ha superado sin incidentes significativos el temido D¨ªa de la Ira que miles de personas hab¨ªan respaldado en Facebook. Desde primera hora de la ma?ana un imponente despliegue de seguridad desincentivaba cualquier intento de manifestarse en Riad. Lo mismo sucedi¨® en Yeddah, la segunda ciudad del pa¨ªs. Solo hubo protestas de cientos de personas en varias localidades, en la Provincia Oriental, la regi¨®n petrolera donde se concentra la poblaci¨®n chi¨ª. El activismo de esa comunidad es, hasta ahora, el principal desaf¨ªo al r¨¦gimen de los Al Saud.
En la capital, las autoridades se sintieron lo suficientemente seguras como para llevar a los periodistas a los puntos donde se esperaban manifestaciones. "Queremos que vean por ustedes mismos que no hay nada", declar¨® el brigadier Naser al Qahtany en el cruce de las calles Olaya con Tahliya, junto un puesto de control. Aunque no estaba previsto en el itinerario, los responsables del Ministerio de Informaci¨®n accedieron a parar frente al Tribunal de Quejas, uno de los lugares incluidos en la convocatoria. Decenas de veh¨ªculos policiales y centenares de agentes vigilaban los alrededores. Acababan de concluir las plegarias de mediod¨ªa y la mezquita vecina se hab¨ªa vaciado sin incidentes.
"?C¨®mo quieren que venga la gente si est¨¢ todo el barrio infestado de polic¨ªas de uniforme y de paisano?", espeta de repente un hombre a esta corresponsal y otra informadora. ?Pero quiere usted manifestarse? "Pues claro, queremos democracia y libertad como el resto del mundo; no somos propiedad de la familia real que est¨¢ robando la riqueza de este pa¨ªs", responde. Le sugerimos que baje la voz porque van a o¨ªrle los polic¨ªas. "No me importa, no tengo miedo de que me lleven a la c¨¢rcel porque todo el pa¨ªs es una gran c¨¢rcel", a?ade elevando a¨²n m¨¢s la voz. Se identifica como Jaled Mohamed Obeid al Yahani, de 40 a?os y profesor de ¨¢rabe. Dice estar casado y tener un beb¨¦.
De inmediato, todos los periodistas le rodean mientras polic¨ªas y funcionarios se miran estupefactos. Deciden no intervenir mientras el hombre sigue con su perorata. "Quiero que todo el mundo oiga mi voz, que sepa que no tenemos derecho a hablar; que quien habla est¨¢ en la c¨¢rcel cinco minutos despu¨¦s. Nos dicen que no digamos nada sobre el rey, sobre la familia real, sobre el dinero que gastan", contin¨²a cada vez m¨¢s nervioso. Lo que cuenta nos lo han dicho en privado intelectuales reformistas, activistas de los derechos humanos y otros saud¨ªes que, sin embargo, a¨²n no est¨¢n dispuestos a salir a la calle para defender sus derechos.
"Esta noche dormir¨¢ en el hotel del pr¨ªncipe Naif", asegura un funcionario en referencia al ministro del Interior. Ha sido una voz aislada y desesperada. No est¨¢ claro si como dice el Cor¨¢n sobre Ibrahim "estaba solo, pero era una naci¨®n". Algunos observadores estiman que la familia real debe subirse al tren de la reforma antes de que sea demasiado tarde.
Mientras tanto, en los vecinos Bahr¨¦in y Yemen sigue creciendo la tensi¨®n. La polic¨ªa bahrein¨ª ha disparado granadas lacrim¨®genas para dispersar a los manifestantes que intentaban alcanzar el palacio real y evitar un enfrentamiento con grupos de vigilantes que les esperaban con espadas y palos. En San¨¢, la capital yemen¨ª, ha vuelto a repetirse el pulso de movilizaciones anti y pro Ali Abdal¨¢ Saleh en San¨¢, mientras que en Ad¨¦n dos personas han resultado heridas de bala y tres han tenido que ser tratadas por los gases lacrim¨®genos.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.