EE UU ve en el presidente de Panam¨¢ un peligro para la democracia
Un cable destaca de Martinelli su "falta de compromiso con el imperio de la ley"
El estilo autoritario del presidente de Panam¨¢, Ricardo Martinelli, y su escaso apego "al imperio de la ley" amenazan, a medio plazo, la democracia de un pa¨ªs estrat¨¦gico para EE UU porque el canal que lo atraviesa une los oc¨¦anos Pac¨ªfico e Indico y abarata y acorta la navegaci¨®n mundial. Las negativas conclusiones sobre Martinelli las exponen en cables enviados a Washington los funcionarios estadounidenses acreditados en la naci¨®n del istmo, gobernada por un empresario que alcanz¨® la presidencia en el a?o 2009 y apenas dos meses despu¨¦s de su investidura fue puesto en cuarentena por la Embajada, que propuso al Departamento de Estado un cierto distanciamiento para "dejar claro nuestro apoyo a las instituciones democr¨¢ticas de Panam¨¢ en su conjunto".
La embajadora Barbara J. Stephenson, en cables enviados de septiembre a diciembre de 2009, percibe as¨ª a Martinelli: "Parece estar en permanente campa?a electoral, abriendo constantemente nuevos frentes de batalla (...). Su fuerte personalidad, su falta de compromiso con el imperio de la ley, su exagerado presidencialismo y su popularidad pueden llegar a da?ar las instituciones democr¨¢ticas de Panam¨¢". En sinton¨ªa con los recelos de la legaci¨®n, uno de los analistas del diario La Estrella escribi¨® el pasado d¨ªa 10 que la personalidad de Martinelli es proclive a "la conflictividad social y el antagonismo pol¨ªtico radicalizado" y "trastabilla con decisiones que pueden descarrilar al pa¨ªs por los laberintos de la ingobernabilidad". La Embajada recomienda que, sin debilitar la colaboraci¨®n en los asuntos de mutuo inter¨¦s, debe establecerse un calendario de encuentros con dirigentes de la oposici¨®n, respaldar los llamamientos al fortalecimiento de la independencia judicial y trabajar con la sociedad civil.
El comienzo de la Administraci¨®n de Martinelli no convenci¨® a EE UU al caracterizarse, seg¨²n los despachos, por su fijaci¨®n "en los intereses personales" y en la persecuci¨®n de poderosos hombres de negocios, entre ellos varios norteamericanos, supuestamente favorecidos por concesiones estatales, contra l¨ªderes de la sociedad civil y contra pol¨ªticos del exgobernante Partido Revolucionario Democr¨¢tico (PRD). Este partido demand¨®, a principios de mes, al presidente por un presunto delito de extorsi¨®n, que definieron como chantaje a terceros para beneficio pol¨ªtico propio.
La representaci¨®n de Washington afirma que, para tratar de vencer a sus adversarios, Martinelli ha aprovechado el amplio abanico de poderes de la presidencia; tambi¨¦n presion¨® a otras instituciones, como el Tribunal Supremo, la Asamblea Nacional, la Fiscal¨ªa General y la prensa, definida en un cable como m¨¢s aduladora que vigilante del Ejecutivo. Independientemente del autoritarismo del empresario devenido en presidente, los poderes de la presidencia de Panam¨¢ son muchos, entre ellos el uso pol¨ªtico de la asignaci¨®n de presupuestos, y permiten una determinante preponderancia sobre el resto de los poderes del Estado. "La excesiva concentraci¨®n de poderes en manos de un solo hombre, junto con su intento de implicar a la Embajada en actividades ilegales (el espionaje telef¨®nico de la oposici¨®n utilizando la infraestructura de la DEA) y los informes sobre su intimidaci¨®n a autoridades judiciales son causa de preocupaci¨®n respecto a la estabilidad de las instituciones democr¨¢ticas de Panam¨¢ a medio plazo", se?ala la Embajada de EE UU.
El presidente de la Asamblea Nacional, Jos¨¦ Luis Varela, reconoci¨® a la embajadora norteamericana que Martinelli "le orden¨®" nombrar a Rafael B¨¢rcenas presidente del Consejo de Administraci¨®n del Canal de Panam¨¢, construido por EE UU, inaugurado en 1914, y administrado por Panam¨¢ desde el 31 de diciembre de 1999. El d¨ªa de su designaci¨®n parlamentaria, el nuevo administrador "agradeci¨® su nombramiento al presidente y no a la Asamblea o al propio Varela". Diputados de todos los partidos reconocieron a la Embajada que acciones de ese tipo humillan a la C¨¢mara. La judicatura fue asimismo humillada a tenor del contenido de un despacho sobre las maniobras de Martinelli para forzar la entrada en el Tribunal Supremo de dos magistrados que la legaci¨®n cita como sospechosos de no reunir la integridad necesaria para el cargo.
La pol¨¦mica pol¨ªtica sigui¨® a la creaci¨®n, por el presidente, de una comisi¨®n calificadora de las credenciales profesionales de los aspirantes, despu¨¦s de que la prensa denunciara los seculares vicios de corrupci¨®n y amiguismo. Un total de 80 jueces aspiraron al Supremo, y la comisi¨®n calificadora acept¨® a 71, entre los que no se encontraba Alejandro Moncada, finalmente elegido. "A Martinelli simplemente le importa un bledo la opini¨®n p¨²blica", se?ala el despacho. Los planes de Martinelli, de acuerdo con los informes diplom¨¢ticos, eran aplastar al PRD llevando a la justicia a sus principales dirigentes. "Para ello nombr¨® a magistrados leales, que el PRD no podr¨ªa comprar, pues los procesos de corrupci¨®n contra ellos acabar¨ªan llev¨¢ndoles hasta el Supremo".
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