Sarkozy se crece ante la adversidad
El presidente franc¨¦s, que encajar¨¢ hoy una derrota en las elecciones cantonales, aprovecha la crisis libia para recobrar protagonismo
Hace semanas, se bromeaba, medio en serio, medio en broma, con la posibilidad de que Nicolas Sarkozy, hundido en las encuestas, ni siquiera se presentara a las elecciones de 2012. Ayer, el presidente de la Rep¨²blica Francesa convirti¨® Par¨ªs, por unas horas, en el epicentro pol¨ªtico del planeta y ¨¦l mismo, en una alocuci¨®n solemne, fue el encargado de anunciar al mundo desde el El¨ªseo el inicio de las acciones militares de la coalici¨®n internacional contra la Libia de Gadafi. Dirigente ciclot¨ªmico que se crece en las grandes empresas, capaz de desplegar una actividad imparable cuando le cerca la crisis (o ¨¦l mismo va en su b¨²squeda), Sarkozy da lo mejor de s¨ª en situaciones extremas. Sin embargo, la rutinaria gesti¨®n del d¨ªa a d¨ªa le corroe, le desgasta y acaba por hundirle.
De hecho, desde 2007, a?o de su elecci¨®n, su popularidad, en constante l¨ªnea descendente, solo ha remontado en dos ocasiones: cuando fue presidente de turno de la Uni¨®n Europea y se hizo cargo -y contribuy¨® a solucionar- la crisis de Georgia, y a finales de 2008, cuando la hecatombe econ¨®mica maniat¨® al mundo y ¨¦l reaccion¨® aprisa con un plan de reactivaci¨®n econ¨®mica y con sus cr¨ªticas furibundas al sistema financiero internacional, al capitalismo salvaje y a los bancos y banqueros incontrolados.
A partir de entonces, Sarkozy no ha hecho otra cosa que despe?arse. Sus recurrentes gui?os a la falta de seguridad en las ciudades francesas ya no le sirven. Es capaz de organizar la guerra de Libia, pero incapaz de resolver la sorda guerra entre bandas de j¨®venes sin futuro de los barrios pobres que rodean Par¨ªs. La pol¨¦mica y contestada reforma de las pensiones aprobada el pasado oto?o le afect¨® tambi¨¦n electoralmente. Sus constantes cambios y recambios de ministros (cuatro Gobiernos en un a?o, 10 en lo que va de mandato) tampoco le han ayudado a remontar.
Hoy en Francia se celebran unas elecciones cantonales -con poca expectaci¨®n- y la Uni¨®n por un Movimiento Popular, el partido de Sarkozy, encajar¨¢, seg¨²n varios pron¨®sticos, una derrota sonada. A la derecha, el Frente Nacional de Marine Le Pen le roba votantes desde hace meses. A la izquierda, el Partido Socialista, a pesar de sus disputas internas, progresa. Atrapado en esta suerte de pinza inc¨®moda cada vez m¨¢s apretada, Sarkozy confi¨® a principios de a?o en la esfera internacional para reflotar la nave: no en vano era presidente de turno del G-8 y del G-20. En una suntuosa y palaciega rueda de prensa en la que reuni¨® a los embajadores de todo el mundo, Sarkozy anunci¨® en enero como l¨ªder mundial al frente de esas dos instituciones. Pero la torpeza de su ministra de Exteriores de entonces, Mich¨¨lle Alliot-Marie y sus pol¨¦micas vacaciones tunecinas y, sobre todo, la miop¨ªa diplom¨¢tica de Francia a la hora de interpretar el arranque de la revoluci¨®n ¨¢rabe, a la que tard¨® en prestar su apoyo, echaron por tierra esa puesta en escena como dirigente planetario.
Hace unas semanas cambi¨® de nuevo el Gobierno, nombr¨® otro ministro de Asuntos Exteriores (el tercero en menos de seis meses) y cambi¨® de t¨¢ctica. Pas¨® de ser el ¨²ltimo de la fila a colocarse el primero. Reconoci¨® al Consejo Nacional de oposici¨®n Libio antes que nadie y, para convencer a los 15 representantes del Consejo de Seguridad de la ONU de que aprobaran la resoluci¨®n contra Gadafi, los llam¨® por tel¨¦fono hace d¨ªas personalmente uno a uno. Desde ayer comanda la coalici¨®n internacional y gracias a estos golpes de efecto ha vuelto a colocar a Francia en el mapa y se ha colocado ¨¦l en Francia. Hace unas semanas se dec¨ªa que estaba acabado. Pero nadie como Sarkozy para navegar viento en popa en medio del cataclismo.
Carta de Gadafi a los l¨ªderes de Par¨ªs
Mientras Occidente dise?a c¨®mo poner en pr¨¢ctica la resoluci¨®n de ayer de la ONU para intervenir militarmente sobre Libia, en una cumbre de urgencia en Par¨ªs, el l¨ªder libio, Muamar el Gadafi, ha enviado cartas a los jefes de Gobierno de EE UU, Francia y Reino Unido y al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon. La destinada a Obama es m¨¢s suave, incluso dice que no cambiar¨¢ la imagen que tiene de ¨¦l aunque ataque Libia. A los otros tres l¨ªderes les dice que la resoluci¨®n de la ONU no es v¨¢lida, que es "injusta y una clara agresi¨®n" y que "lamentar¨¢n" toda injerencia en los asuntos internos libios, seg¨²n ha explicado un portavoz oficial que ha informado en rueda de prensa sobre el contenido de las misivas. Por ello, les dice que "lo lamentar¨¢n si dan alg¨²n paso hacia interferir en nuestros asuntos internos". En la destinada a Obama, m¨¢s moderada, asegura que el pueblo libio est¨¢ "preparado para morir por m¨ª".
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