Rousseff iguala la popularidad de Lula al comenzar el mandato

La primera mujer presidenta de la Rep¨²blica de Brasil, la exguerrillera Dilma Rousseff, ha conseguido igualar el apoyo obtenido por su antecesor, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, al inicio de su mandato, y supera el de presidentes anteriores, antes de cumplir los primeros tres meses de Gobierno.

Rousseff fue una apuesta de Lula, que consigui¨®, con la fuerza de su popularidad, convertirla en su sucesora. Seg¨²n una encuesta realizada por Datafolha, un 47% de los brasile?os aprueban la gesti¨®n de la presidenta, mientras que su antecesor obtuvo una aprobaci¨®n del 48% en marzo de 2007, a los tres meses de comenzar su segundo mandato. Teniendo en cuenta el margen de error de la encuesta, de dos puntos porcentuales, t¨¦cnicamente Rousseff est¨¢ igualada con su antecesor, con la diferencia que solo un 7% considera su gesti¨®n mala o muy mala, frente al 14% que rechazaba la de Lula.

Fernando Collor, Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso, presidentes democr¨¢ticos de Brasil tras los a?os 20 a?os de dictadura militar, obtuvieron en los tres primeros meses de sus Gobiernos una aprobaci¨®n menor a la de Rousseff: ninguno de ellos lleg¨® a un apoyo del 40%.

Adem¨¢s, a favor de Rousseff juega el hecho de que un 12% no sabe a¨²n c¨®mo valorar su Gobierno. Significa, seg¨²n los analistas, que su ¨ªndice de aprobaci¨®n puede aumentar, superando incluso a Lula, si el pa¨ªs seguir¨¢ creciendo como en 2010, casi un 8%, algo que no es f¨¢cil.

La pregunta que se hacen los expertos es si ese r¨¦cord de aprobaci¨®n de Rousseff, que lleg¨® a la presidencia tras ser una gran desconocida para el gran p¨²blico (solo ten¨ªa un 3% de apoyo cuando fue lanzada su candidatura), es a¨²n una consecuencia del flujo positivo del Gobierno de Lula, del que ella dijo desde el principio que deseaba ser la "continuadora", o si se debe, en cambio, a que est¨¢ demostrando un talante muy diferente del de su antecesor y maestro, con una pol¨ªtica m¨¢s pragm¨¢tica, m¨¢s austera en el gasto, menos protagonista y m¨¢s abierta en su pol¨ªtica exterior, y que esto agrada a la opini¨®n p¨²blica brasile?a.

Es significativo, por ejemplo, el t¨ªtulo a toda p¨¢gina que abr¨ªa ayer la informaci¨®n pol¨ªtica del diario O Globo: Tan pr¨®ximos y tan distantes, en el que se analiza el hecho de que la nueva presidenta ha empezado enseguida a "marcar diferencias" con Lula en su forma de gobernar.

Ello no significa, seg¨²n el diario, que las relaciones de Rousseff con Lula se est¨¦n ya deteriorando o que ella est¨¦ pensando divorciarse en general de la pol¨ªtica de Lula. Se trata, m¨¢s bien, de un talante diferente, menos protagonista, menos ruidoso que el del exsindicalista y con m¨¢s pulso para exigir resultados concretos a sus ministros.

Ha sido, por ejemplo, muy destacado el hecho de que Rousseff invitara el s¨¢bado pasado a la comida ofrecida a Barack Obama a todos los expresidentes de Brasil y que hiciera sentar en su mesa, al lado de Obama, al exmandatario Fernando Henrique Cardoso, l¨ªder de la oposici¨®n, mientras que Lula rechaz¨® su invitaci¨®n para el almuerzo.

"Ha sido la demostraci¨®n de que Rousseff tiene un concepto diferente de las relaciones institucionales", dijo despu¨¦s del almuerzo Cardoso, a quien Lula, en sus ocho a?os de Gobierno, nunca invit¨® al Palacio de Planalto por su dif¨ªcil trato con la oposici¨®n.