Dilma Rousseff recoge el testigo de Lula
La candidata oficialista cumple el sue?o de su mentor y fija como prioridad de su mandato la erradicaci¨®n de la miseria - Jos¨¦ Serra reconoci¨® de inmediato la derrota
Dilma Rousseff, de 62 a?os, la persona elegida por Luiz In¨¢cio Lula da Silva para sucederle, ser¨¢ la primera mujer que asuma la presidencia de Brasil. Con el 99,9% de los votos escrutados, Rousseff lograba anoche el 56% de los m¨¢s de cien millones de sufragios registrados, frente al 44% de su rival, Jos¨¦ Serra, del Partido de la Social Democracia Brasile?a. La victoria de Rousseff, en segunda vuelta, supone un ¨¦xito personal del actual presidente, que puso todo su empe?o en se?alarla como heredera. Los militantes del Partido de los Trabajadores, al que pertenece Rousseff, salieron a la calle para celebrar la victoria.
"No me voy a permitir perder esta elecci¨®n". Luiz In¨¢cio Lula da Silva, el presidente m¨¢s popular de la historia de Brasil, dej¨® siempre claro que la victoria de su candidata, Dilma Rousseff, ser¨ªa una victoria propia. Y lo contrario: que su derrota hubiera supuesto una bofetada del electorado en su cara. El candidato opositor, Jos¨¦ Serra, tambi¨¦n tuvo siempre presente que ni ¨¦l, ni el Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB) luchaban solo contra la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), sino contra el propio Lula. "Mi batalla es una batalla gigantesca", confes¨® Serra poco antes de acercarse a depositar su voto, en la ciudad de S?o Paulo. Finalmente, los datos confirmaron el pron¨®stico. Rousseff sac¨® 12 millones de votos a su oponente (56%, frente al 44%). La abstenci¨®n, como calcularon los sondeos, fue ligeramente superior a la registrada en la primera vuelta: un 21% frente al 18%.
La dirigente pol¨ªtica asegur¨® ayer que ahora empieza una "nueva etapa"
Serra ha quemado el ¨²ltimo cartucho, pero su partido sale reforzado
Los 'barones' del PT podr¨ªan reclamar ahora un mayor protagonismo
El futuro de Lula, que mantiene su energ¨ªa, es una gran inc¨®gnita
Cerca de 136 millones de brasile?os estaban convocados ayer a las urnas para decidir qui¨¦n ser¨ªa el 40? presidente del quinto pa¨ªs m¨¢s grande del mundo (toda la UE cabe en la mitad de su territorio) y, sobre todo, qui¨¦n suceder¨ªa al ya legendario Lula. Rousseff, que recuper¨® a la hora de votar la chaqueta roja que sus asesores le hab¨ªan prohibido llevar en los ¨²ltimos d¨ªas de la campa?a, se mostr¨® confiada. Acudi¨® a las urnas en la sure?a ciudad de Porto Alegre, arropada por cientos de personas que la aclamaron desde el primer momento al grito de "presidenta". La nueva mandataria har¨¢ frente a una tarea formidable en uno de los pa¨ªses que mejor representa la emergencia de nuevas potencias mundiales. Seg¨²n el protocolo, tomar¨¢ posesi¨®n el 1 de enero pr¨®ximo.
Lula, que la eligi¨® como candidata presidencial en contra de la opini¨®n de muchos de sus compa?eros del PT, ha sido, sin duda, un elemento decisivo en la victoria, pero como mantiene el ex ministro y soci¨®logo Roberto Mangabeira Unger, "ahora empieza un momento distinto, con una persona diferente y con un trabajo que tendr¨¢ sus propias exigencias". "Ahora comienza una nueva etapa en nuestra democracia", afirm¨® ayer la propia Rousseff, a la salida del colegio electoral.
Tras la victoria, en un discurso pronunciado ante los periodistas, en el que por primera vez desde el inicio de la campa?a dej¨® traslucir su emoci¨®n, la candidata del PT reiter¨® su compromiso de continuar las pol¨ªticas iniciadas por Lula y agradeci¨® al presidente saliente su apoyo. Rousseff subray¨® que la prioridad de su mandato ser¨¢ "erradicar la miseria" y consider¨® que la elecci¨®n de una mujer como presidenta es "una demostraci¨®n del avance del pa¨ªs".
Jos¨¦ Serra, de 68 a?os, ex gobernador de S?o Paulo, que quem¨® su ¨²ltimo cartucho pol¨ªtico, hab¨ªa animado a los votantes a probar la alternancia, "algo que har¨ªa mucho bien a este pa¨ªs", pero acept¨® r¨¢pidamente su derrota. Lula se retira con un incre¨ªble 83% de popularidad y pocos confiaban, incluso dentro del PSDB, en que Serra pudiera dar la vuelta a los sondeos: la victoria del candidato socialdem¨®crata, bromeaban hace dos d¨ªas, en una cadena de televisi¨®n, solo era posible en dos circunstancias muy especiales: "que las empresas de sondeos se hubieran vuelto locas... o que se produjera un milagro".
No parece, sin embargo, que los aspectos religiosos, tan presentes en la campa?a, fueran finalmente un elemento tan decisivo a la hora de depositar el voto. "Lo importante, por encima de todo", confesaba ayer a EL PA?S un pastor protestante a la salida de un colegio en Brasilia, "es c¨®mo ha mejorado la vida de la gente en estos ocho a?os". Para la mayor¨ªa de los expertos brasile?os, es la llamada clase c, la nueva clase media baja, que ha nacido y crecido bajo la presidencia de Lula, la que ha tenido la llave de las elecciones. Y para esos millones de ciudadanos que conf¨ªan, llenos de optimismo, en seguir mejorando su nivel de vida, la continuidad ha sido el elemento decisivo a la hora de depositar el voto.
Dilma Rousseff, hija de un abogado comunista b¨²lgaro y de una maestra brasile?a, antigua militante de un grupo armado durante la dictadura militar, se present¨® a estas elecciones con una intachable hoja de gestora econ¨®mica, seria y eficiente, y prometi¨®, sobre todo, esa continuidad con respecto a la etapa de Lula. Rousseff asegur¨® en su campa?a: "Si gano las elecciones, oir¨¦ a Lula cada vez que lo necesite", y Lula prometi¨® ayudarla.
Rousseff necesitar¨¢, sin embargo, asentar su fuerza y poder en la presidencia, con un gobierno propio y su propia forma de trabajar, que es, sin duda, mucho m¨¢s adusta que la de su predecesor. Pese a todo, se da por seguro que mantendr¨¢, por lo menos durante un a?o, al actual ministro de Econom¨ªa, Guido Mantegna. La gran duda es su relaci¨®n con los barones del PT, a los que Lula mantuvo siempre a raya, con el poder que le daba su fabulosa popularidad, y que ahora pueden reclamar mayor protagonismo. Uno de esos barones, Jos¨¦ Dirceu, aclar¨® ayer, sin embargo, que no aspira a ning¨²n cargo ministerial. "Ni puedo, ni debo, ni quiero", proclam¨®.
El futuro de Lula, que se ha empleado en esta campa?a con todas sus energ¨ªas y ha demostrado que mantiene intactas su fuerza y su capacidad de convicci¨®n, es una de las grandes inc¨®gnitas de esta nueva etapa. ?Optar¨¢ a un tercer mandato en 2014 o considera que su tiempo "brasile?o" est¨¢ definitivamente cerrado? "Lula solo volver¨ªa en un caso", explica un destacado militante del PT. "Si el mandato de Dilma fuera un fracaso. Entonces, todos le pedir¨ªamos que regresara. Si la presidencia de Dilma tiene ¨¦xito, lo m¨¢s natural es que ella misma opte a la reelecci¨®n".
Lo que est¨¢ claro es que Rousseff no tiene la extraordinaria proyecci¨®n internacional que ha logrado el actual presidente brasile?o. Lula es un "activo" de Brasil en todo el mundo y parece l¨®gico que, bien sea al frente de una fundaci¨®n, bien sea en cualquier otro puesto, la actividad internacional forme parte de la agenda inmediata de esta formidable figura pol¨ªtica latinoamericana.
M¨¢s de 100 millones de votantes
- Casi 136 millones de brasile?os estaban citados ayer a las urnas para la segunda ronda de los comicios presidenciales. Unos 106 millones de ciudadanos respondieron a la convocatoria. La tasa de abstenci¨®n se situ¨® en el 21%.
- Dilma Rousseff gan¨® la presidencia cosechando m¨¢s de 55 millones de votos. La candidata del Partido de los Trabajadores es la duod¨¦cima mujer en ascender al poder en Latinoam¨¦rica.
- Jos¨¦ Serra, candidato del Partido de la Social Democracia Brasile?a, obtuvo unos 43 millones de votos.
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