Protagonistas y testigos
D¨ªas atr¨¢s, su majestad la reina Sof¨ªa realizaba un viaje que la llev¨® a Colombia y Ecuador para visitar algunos de los proyectos que all¨ª se desarrollan financiados por la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID).
El pr¨®ximo 15 de junio se celebrar¨¢ la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Per¨², y salga quien salga elegido, su alteza real el pr¨ªncipe Felipe asistir¨¢ a la toma de posesi¨®n del nuevo presidente.
Por otra parte, ya se han puesto en marcha los mecanismos para la organizaci¨®n de la XXI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que este a?o tendr¨¢ lugar en Paraguay los d¨ªas 28 y 29 de octubre, y en la que se debatir¨¢ sobre un tema central: Transformaci¨®n del Estado para el Desarrollo, y a la que seguramente asistir¨¢ su majestad el rey Juan Carlos, como ha sucedido desde la primera de aquellas cumbres en 1991.
Son notas de la agenda iberoamericana de este a?o, que denotan el importante papel que juega la Casa Real espa?ola en las relaciones entre Espa?a y Am¨¦rica Latina.
En este art¨ªculo pretendemos rememorar en qu¨¦ momento surge esa pasi¨®n de la democracia espa?ola por Am¨¦rica Latina.
El 20 de noviembre de 1975 muere Franco y dos d¨ªas despu¨¦s, Juan Carlos I es proclamado jefe del Estado de acuerdo con una vieja Ley de Sucesi¨®n. A mediados de diciembre, bajo la presidencia de Carlos Arias Navarro, comienza su andadura el primer Gobierno de la Monarqu¨ªa restaurada, del que forman parte personalidades, algunos de los cuales ser¨¢n considerados hombres del Rey, que en su mayor parte jugar¨¢n un importante papel en la pol¨ªtica y la econom¨ªa espa?olas en los a?os siguientes; muchos de ellos comienzan a tomar posiciones para desmontar el r¨¦gimen franquista mediante reformas internas todav¨ªa dentro del marco de las leyes del Movimiento.
En sus intervenciones p¨²blicas, Juan Carlos I utiliza un lenguaje todav¨ªa impregnado del pasado, pero en el que quedan reflejadas las dificultades del presente y en el que se anuncia un futuro nuevo. Es plenamente consciente de que comienza una nueva etapa, en la que Espa?a desea mantener las relaciones m¨¢s estrechas con todos los pa¨ªses para alcanzar la paz y el mejor entendimiento entre todas las naciones.
Y en esos momentos dif¨ªciles, inquietantes y de transici¨®n, Am¨¦rica Latina est¨¢ presente en el discurso de Juan Carlos I. En la recepci¨®n al cuerpo diplom¨¢tico del 12 de enero de 1976, la primera ocasi¨®n que como Rey se dirige a los diplom¨¢ticos acreditados en Espa?a, afirma: "El pueblo espa?ol es universal por naturaleza y por vocaci¨®n, y uno de sus leg¨ªtimos orgullos es ser a su vez ra¨ªz de un gran conjunto de pueblos hispanoamericanos, a los que quiero dedicar un familiar saludo. Espa?a no se concibe encerrada en s¨ª misma, sino abierta a los cuatro puntos cardinales, en din¨¢mico impulso de participaci¨®n en la construcci¨®n de un futuro mejor no s¨®lo para nosotros, sino para toda la humanidad".
Y cierra las palabras dirigidas a los diplom¨¢ticos: "(...) la Monarqu¨ªa espa?ola har¨¢ de la paz interior e internacional y de la cooperaci¨®n entre los pueblos objetivo primordial de sus esfuerzos".
El 4 de mayo de 1976 aparece otro testigo y protagonista de la vida espa?ola, el diario EL PA?S, fundado por Jos¨¦ Ortega Spottorno y dirigido por Juan Luis Cebri¨¢n, con una clara vocaci¨®n por la democracia, que le convertir¨¢ en los a?os siguientes en el peri¨®dico de la Espa?a democr¨¢tica.
En su primer mes de existencia, sus p¨¢ginas reflejan la incertidumbre con que se vive, a trav¨¦s de las noticias, los editoriales y la opini¨®n, "el laberinto espa?ol", la "Espa?a en la encrucijada": las huelgas y los conflictos laborales, la reforma y la libertad sindical, la reorganizaci¨®n de la patronal o los esc¨¢ndalos empresariales como el de Sofico; los movimientos y las actividades de los partidos pol¨ªticos todav¨ªa en la clandestinidad o los enfrentamientos entre facciones como los que ocurrieron en Montejurra; las reformas pol¨ªticas, las nuevas leyes, la necesidad de transformar las Cortes o el sufragio universal; el terrorismo y los atentados contra las librer¨ªas; las actividades y viajes del Rey, la Ley de Sucesi¨®n o las funciones del jefe del Estado; las regiones, las autonom¨ªas o el federalismo y los problemas vasco y catal¨¢n; el monopolio del patriotismo y los ataques del bunker al Gobierno; la situaci¨®n del Ej¨¦rcito y los movimientos de los militares; las alternativas democr¨¢ticas y no democr¨¢ticas; los que entran y los que salen de la c¨¢rcel y la necesidad de una amnist¨ªa; la subida del precio de los alimentos; las asociaciones de vecinos; la Iglesia y sus giros a la derecha y el Palmar de Troya; la situaci¨®n de la Universidad; la funci¨®n cr¨ªtica de la prensa; en fin, la necesidad de un pacto nacional. Y como tel¨®n de fondo, los art¨ªculos sobre la Guerra Civil escritos por Gerald Brenan.
Tambi¨¦n reflejan sus p¨¢ginas lo que est¨¢ pasando en el mundo. Especial significado tiene la informaci¨®n y el debate sobre el nuevo orden econ¨®mico mundial, el conflicto del S¨¢hara, las condiciones para la integraci¨®n de Espa?a en la OTAN y la pol¨ªtica de Portugal ?que ya estaba transitando hacia la democracia? y sus relaciones con Espa?a. Y dos asuntos parecen ser muy determinantes: el debate sobre el tratado Espa?a-EE UU, acordado recientemente, y el debate sobre las condiciones que la Europa comunitaria pone a Espa?a para pertenecer a la misma. De hecho, personalidades pol¨ªticas europeas, como Willy Brandt, o instituciones, como el Parlamento Europeo, piden abiertamente el restablecimiento de las libertades en Espa?a, y de forma concreta, la libertad pol¨ªtica y sindical y una amnist¨ªa.
Por lo que se refiere a Latinoam¨¦rica destacan noticas y debates sobre las dictaduras chilena, argentina y uruguaya, sobre la guerrilla colombiana, sobre la recesi¨®n econ¨®mica en la regi¨®n, sobre la econom¨ªa del petr¨®leo en Venezuela y sobre la revoluci¨®n cubana. Se habla tambi¨¦n de los exiliados espa?oles en Am¨¦rica Latina o de la reuni¨®n de dirigentes socialistas, que se celebra en Caracas, a la que asisten Felipe Gonz¨¢lez y Ra¨²l Morodo.
Mientras, el americanismo espa?ol, en lo que a la historia de las ideas se refiere, deja atr¨¢s los discursos de la hispanidad. Obras que se han editado en los ¨²ltimos a?os, de autores como Jos¨¦ Luis Abell¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Jover, Pedro La¨ªn Entralgo, Vicente Llorens, Roberto Mesa o Enrique Tierno Galv¨¢n, entre otros, plantean nuestra relaci¨®n con Am¨¦rica Latina con una cierta objetividad.
El d¨ªa 24 de mayo, EL PA?S se hace eco del anuncio de Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza del primer viaje oficial de los Reyes al extranjero, que visitar¨ªan d¨ªas despu¨¦s Rep¨²blica Dominicana y EE UU. Es la primera vez en la historia que un rey de Espa?a visita las tierras americanas.
En definitiva, en los primeros meses de 1976 comienzan a perfilarse los objetivos primordiales de una pol¨ªtica exterior distinta, y entre ellos la apertura y la cooperaci¨®n y la familiaridad con Am¨¦rica Latina, pero tambi¨¦n se advierte que las prioridades reales son Europa y Estados Unidos. As¨ª comenzaba la pasi¨®n de la democracia espa?ola por Am¨¦rica Latina.
Tom¨¢s Mallo es presidente del Consejo Espa?ol de Estudios Iberoamericanos (CEEIB).
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