Los nigerianos se vuelcan en las primeras elecciones presidenciales cre¨ªbles en d¨¦cadas
La explosi¨®n de dos bombas en Maiduguri, en el conflictivo noreste de Nigeria, ha ensombrecido el arranque de la jornada
Con la esperanza de participar en las primeras elecciones presidenciales cre¨ªbles en d¨¦cadas, miles de nigerianos hacen cola en los centros electorales en unos comicios en los que el actual mandatario, Goodluck Jonathan, parte como claro favorito ante las divisiones de la oposici¨®n. La explosi¨®n de dos bombas en Maiduguri, en el conflictivo noreste de Nigeria, ha ensombrecido el arranque de la jornada, aunque en el resto del pa¨ªs parece que las votaciones se desarrollan de forma ordenada.
Desde el fin del r¨¦gimen militar del mayor productor de petr¨®leo africano, en 1999, Nigeria ha sido incapaz de celebrar comicios libres y limpios. Sin embargo, las elecciones parlamentarias de la pasada semana, consideradas cre¨ªbles por los observadores internacionales pese a algunos actos de violencia aislados, parecen haber despertado la fe de los votantes en la democracia en un pa¨ªs con 150 millones de habitantes.
"No hay mago mago", afirmaba en Lagos Agu Michael, un observador nigeriano, usando la expresi¨®n yoruba para las artima?as. "La gente acudir¨¢ en masa".
Efectivamente, desde primera hora, la participaci¨®n parece mayor que en los comicios parlamentarios, con colas en colegios de todo el pa¨ªs, incluido el pueblo de casuchas en el delta del N¨ªger (sureste) donde vota el presidente, y la localidad de Daura (norte) de su principal rival, el antiguo dirigente militar Muhammadu Buhari.
Las encuestas dan ventaja a Jonathan, el primer jefe de Estado procedente de la regi¨®n petrol¨ªfera del delta del N¨ªger, frente a Buhari, un musulm¨¢n del norte con reputaci¨®n de duro. Jonathan, un antiguo profesor de zoolog¨ªa cuya familia fabricaba canoas, cuenta con el respaldo del Partido Democr¨¢tico del Pueblo, que ha ganado todas las elecciones desde 1999.
El mandatario accedi¨® al cargo el a?o pasado al morir su predecesor, Umaru Yar'Adua, procedente del norte del pa¨ªs, interrumpiendo la rotaci¨®n tradicional en la presidencia entre norte y sur, y creando cierto resentimiento en la zona septentrional.
"Hemos venido temprano porque es el momento del norte. Sabemos que Buhari puede cambiar las vidas del pueblo, cambiar su est¨¢ndar de vida", explica Salisu Yahaya, un funcionario de 35 a?os que hace cola en Daura.
Sin embargo, Buhari necesita evitar que Jonathan logre una cuarta parte de los votos en dos tercios de los 36 estados para pasar a una segunda vuelta, algo que solo el apoyo del norte no garantiza a este musulm¨¢n conocido por su "guerra contra la indisciplina". Su partido, el Congreso para un Cambio Progresivo, no logr¨® alcanzar un acuerdo con el Congreso de Acci¨®n de Nigeria de Nuhu Ribadu, con mayor apoyo en el suroeste, por lo que la oposici¨®n se ha presentado hoy dividida.
Hay mucho en juego en estos comicios. Si se desarrollan correctamente, "tendr¨¢ un impacto positive sobre el resto del continente y mostrar¨¢ al resto del mundo que ?frica es capaz de organizar sus propios procesos electorales", explica el expresidente de Ghana John Kufuor, que dirige la misi¨®n de observadores de la Uni¨®n Africana. De lo contrario, "tendr¨¢ una influencia negativa en el continente con serias consecuencias".
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