Simb¨®lica visita de Isabel II al escenario del Domingo Sangriento de 1920
El esp¨ªritu de reconciliaci¨®n marca el viaje oficial de la reina ante el estadio donde se produjo la matanza de 14 irlandeses durante la guerra de Independencia contra Inglaterra
En su segundo d¨ªa de visita de Estado a Irlanda, Isabel II ha depositado esta ma?ana una corona en el monumento que honra a los soldados irlandeses que combatieron en la I Guerra Mundial y ha visitado esta tarde Croke Park. Sede hoy de la Asociaci¨®n Atl¨¦tica Ga¨¦lica, ese estadio capaz de alojar hoy a 82.300 espectadores fue el 21 noviembre de 1920 escenario de una matanza que pasar¨ªa a la historia como Domingo Sangriento. Por desgracia no ser¨ªa el ¨²ltimo domingo sangriento de la turbulenta historia de la isla de Irlanda.
Antes, la reina de Inglaterra y su marido, el duque de Edimburgo, hab¨ªan visitado la antigua factor¨ªa de la legendaria cerveza Guinness en el centro de Dubl¨ªn, y esta noche han asistido a un banquete de Estado en su honor en el Castillo de Dubl¨ªn en el que la soberana brit¨¢nica ha le¨ªdo un mensaje ensalzando la reconciliaci¨®n entre ambos pa¨ªses. La reconciliaci¨®n es el mensaje dominante del viaje de Isabel, el primero de un monarca brit¨¢nico a Irlanda en 100 a?os y el primero desde la independencia. Esa reconciliaci¨®n ha tenido esta tarde su momento ¨¢lgido en Croke Park. No por lo que ha ocurrido durante la visita, completamente anodina, sino por el escenario.
En ese mismo estadio, hace m¨¢s de 90 a?os, las fuerzas de seguridad brit¨¢nicas abrieron fuego contra la multitud en un tiroteo deliberado en el que murieron 14 espectadores y 80 resultaron heridos. Una matanza que se interpret¨® como venganza por la ejecuci¨®n a sangre fr¨ªa horas antes de 14 civiles a los que el IRA consideraba el coraz¨®n de los servicios secretos brit¨¢nicos en Irlanda. Es una matanza que sigue despertando pol¨¦mica porque en el imaginario irland¨¦s se trat¨® de un acto organizado por el poder colonial mientras para los brit¨¢nicos fue un acto espont¨¢neo de venganza de un grupo de polic¨ªas, que en realidad eran mayoritariamente irlandeses.
Acompa?ada siempre por la presidenta de la Rep¨²blica, Mary McAleese, Isabel II hab¨ªa buscado ya el simbolismo al depositar horas antes una corona en el Memorial que homenajea en Islanbridge a los 49.400 soldados irlandeses que murieron entre 1914 y 1918 durante la I Guerra Mundial. Fue un acto emotivo en presencia de numerosos veteranos. No muy lejos, la polic¨ªa contuvo a los manifestantes republicanos que se manifestaban contra la presencia del monarca brit¨¢nico en la Rep¨²blica. Por la ma?ana, Isabel II y el duque de Edimburgo visitaron la antigua f¨¢brica de Guinness en Dubl¨ªn, aunque se abstuvieron de catar la pinta que les ofrecieron. Quiz¨¢s la hora no acompa?aba. Luego visitaron en su residencia oficial al primer ministro irland¨¦s, Enda Kenny, y su esposa, Fionnula.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.