La familia del fot¨®grafo sudafricano desaparecido en Libia le da por muerto
Reporteros sin Fronteras comunica que Anton Hammerl, que estaba con el fotografo espa?ol Manu Brabo durante su captura, muri¨® por disparos de las fuerzas de Gadafi.
El desenlace feliz para el fot¨®grafo espa?ol Manuel Varela de Seijas, conocido profesionalmente como Manu Brabo, que acaba de aterrizar en Madrid tras ser liberado por el r¨¦gimen de Gadafi, contrasta con el de su colega sudafricano Anton Hammerl, que se encontraba con Brabo y con otros tres periodistas cuando fueron capturados, y al que la familia da por muerto.
Reporteros sin Fronteras ha comunicado "con gran tristeza" la noticia de la muerte de Anton Hammerl. La familia del fot¨®grafo sudafricano ha anunciado en un comunicado publicado hoy en Facebook que las fuerzas pro Gadafi le mataron hace seis semanas. "Anton fue asesinado por las fuerzas de Gadafi en un rec¨®ndito lugar del desierto libio. Seg¨²n testigos oculares, sus heridas eran tales que no pod¨ªa sobrevivir sin recibir atenci¨®n m¨¦dica", indica el comunicado. En el texto se explica que recibieron ayer las "devastadoras noticias" de la muerte del fot¨®grafo y que "las palabras no son suficientes para describir el incre¨ªble trauma que la familia Hammerl est¨¢ pasando".
En rueda de prensa en el aeropuerto de Barajas, Manu Brabo ha explicado que el 5 de abril pasado se encontraba con otros compa?eros en "primera fila" de batalla durante un contraataque de las fuerzas de Gadafi sobre el "ej¨¦rcito de Pancho Villa" de los rebeldes cerca del enclave petrolero de Brega. Los rebeldes huyeron y dejaron a los periodistas a su suerte, que se convirtieron en "blanco" de las tropas de Gadafi. Brabo consigui¨® ponerse a cubierto alej¨¢ndose de la carretera, pero el periodista sudafricano Anton Hammerl result¨® herido cuando intentaba alcanzar uno de los veh¨ªculos de los rebeldes que hu¨ªan.
Dos de los compa?eros de cautiverio de Brabo, los estadounidenses James Foley y Clare Morgana Gillis, que tambi¨¦n recuperaron la libertad el mi¨¦rcoles, informaron anoche a la esposa de Hammerl, Penny Sukraj, que pensaban que no hab¨ªa sobrevivido a los disparos de los leales al coronel durante el incidente. Brabo, que tras aterrizar en Madrid ha explicado el periplo vivido durante su cautiverio, ha confirmado la gravedad del estado de Hammerl: "Cuando nos iban a subir al cami¨®n vi a Anton muy p¨¢lido y con las tripas fuera", ha dicho. Las tropas libias no subieron al sudafricano al veh¨ªculo. "No s¨¦ nada m¨¢s de ¨¦l. Creo que ni los militares han informado de lo que le ha pasado".
La esposa del fot¨®grafo desaparecido confiaba en que este regresara con vida, ya que el Gobierno libio inform¨® a las autoridades sudafricanas y a las austriacas (ten¨ªa doble nacionalidad) de que hab¨ªa sido capturado. Sin embargo, sus esperanzas se diluyeron cuando el mi¨¦rcoles fueron liberados los reporteros que le acompa?aban cuando fueron detenidos cerca de la ciudad de Brega: los estadounidenses Foley y Gillis, el brit¨¢nico Nigel Chandler y Brabo, que lleg¨® anoche a la capital tunecina tras un viaje en autom¨®vil de cerca de ocho horas desde la frontera libia. Los cuatro periodistas, acusados por el r¨¦gimen de entrar en el pa¨ªs sin permiso, han sido condenados a un a?o de prisi¨®n, eludible por no tener antecedentes, y a una multa econ¨®mica de unos 100 euros. El portavoz del r¨¦gimen, Musa Ibrahim, asegur¨® el mi¨¦rcoles desconocer el paradero de Hammerl.
Foley y Gillis relataron por tel¨¦fono a la esposa del sudafricano que al parecer, el fot¨®grafo recibi¨® un disparo en el est¨®mago, seg¨²n una amiga de la familia, Bronwyn Friedlander, citada por The New York Times, que se encontraba con ella en la casa en Londres donde reside con los hijos de la pareja.
Seg¨²n los periodistas estadounidenses, despu¨¦s de que los leales a Gadafi iniciaran el tiroteo, escucharon a Hammerl pedir ayuda. Foley le pregunt¨® si estaba bien, y el sudafricano respondi¨® que no. Cuando volvieron a llamarle, ya no hubo respuesta. Las fuerzas libias capturaron a los reporteros, que no volvieron a ver al sudafricano. Pero contaron a Sukraj que pensaban que sus heridas eran tan graves que no hab¨ªa esperanza de que sobreviviera sin atenci¨®n m¨¦dica inmediata.
Por ese motivo, la familia de Hammerl, de 41 a?os, considera "de una crueldad intolerable que los leales a Gadafi conocieran la suerte de Anton todo este tiempo y optaran por encubrirlo". El sudafricano, antiguo jefe de fotograf¨ªa de The Saturday Star en Johannesburgo, cubr¨ªa la guerra libia desde marzo como freelance. Casado y padre de dos hijos, uno de ellos un beb¨¦ de tres meses, Anton Hammerl viv¨ªa y trabajaba en el Reino Unido.
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